La expresidenta de la Asamblea Nacional del Ecuador Gabriela Rivadeneira se refirió este miércoles a la situación actual de ese país luego de que se conociera que el presidente Guillermo Lasso podría llegar a gobernar por 6 meses por decreto o someterse a un juicio político que lo destituya.
En diálogo con AM750, Rivadeneira afirmó que está "muy expectante, pero preocupada por lo que pueda pasar".
En este sentido, puso en contexto la situación del país: "Lo que está pasando en Ecuador es en el marco de un juicio político emprendido contra el presidente Guillermo Lasso por la Asamblea Nacional. Ayer, cuando Lasso debía presentar su descargo sobre las acusaciones por supuestos nexos de corrupción, hizo una rendición de cuentas, mas no un descargo", explicó.
"Eso motivó que se pudieran garantizar los 92 votos que se necesitan para su destitución, pero antes de que se sometiera a votación el juicio político Lasso invocó una figura constitucional que se denomina "muerte cruzada" -el presidente disuelve el Parlamento y se convoca de manera inmediata a elecciones presidenciales y parlamentarias- y él debe irse dentro de los seis meses", siguió.
"Hay dos opciones: si sigue el juicio político, Lasso es destituido y asume el vicepresidente, y si se aplica la 'muerte cruzada' Lasso gobierna por decreto seis meses", agregó.
En este marco, señaló que en este momento "la Legislatura está cerrada y militarizada". "Los jueces de la Corte determinan la vigencia y el cumplimiento pleno del mandato constitucional. La Asamblea está poniendo ahora una demanda en la que la Corte deberá decidir si sigue el juicio político o se aplica la 'muerte cruzada'", dijo.
"Si Lasso dio este paso es también porque el Departamento de Estado y la propia Embajada de Estados Unidos, que han comandado las decisiones de su gobierno en los últimos años, podrían estar detrás de esto", remarcó.
"Si hay juicio político, Lasso no podría presentarse a elecciones, sin embargo si se aplica la muerte cruzada sí podría", indicó.
Y concluyó: "Lasso tiene menos del 11% de credibilidad, es el presidente que menos credibilidad ha tenido por lo menos en cinco décadas del país. Hay un rechazo muy grande producto de la crisis económica y la inseguridad".