Tras haber sido denunciado por acoso y “grooming” por parte de una alumna de 17 años –15 al momento de los hechos–, el reconocido exgimnasta Federico Molinari emitió un comunicado en donde negó “enfáticamente” las acusaciones y afirmó que siempre tuvo un “cordial vínculo” con la denunciante.
El medallista de bronce en los últimos Juegos Panamericanos de Lima 2019 y finalista en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 dijo ser “incapaz de cometer cualquier tipo de abuso o exceso con un alumno” y expresó, a su vez, que “lamentablemente, la realidad ha sido tergiversada”.
La denuncia, presentada ante la Fiscalía especializada en delitos conexos a la trata de personas y Pornografía Infantil del Departamento Judicial de San Isidro, afirma que Molinari habría enviado mensajes inapropiados por redes sociales a la chica, sobre quien además habría ejercido prácticas de acoso en persona.
“Niego enfáticamente haber remitido mensaje alguno con contenido o sentido sexual. Siempre tuve un cordial vínculo con la alumna y los contactos que he mantenido con ella han estado destinados a acompañarla y levantarle el ánimo en momentos difíciles que ha tenido”, expresa el descargo del deportista.
Qué dice el descargo de Federico Molinari sobre los hechos en los que se lo acusa
La madre de la joven gimnasta de 17 años relató en la presentación judicial los hechos ocurridos en febrero de 2021, siete meses después de comenzar a asistir a la escuela del deportista.
Todo comenzó con el intercambio de chats a través de las redes sociales, desde la cuenta de la institución: por ese medio, Molinari habría realizado comentarios inapropiados para la chica, que en ese entonces tenía 15 años. Estos eran bajo la modalidad efímera, que desaparecen una vez que son leídos.
En uno, le habría escrito “cómo agitaste al público, te llevaste todas las miradas, incluso la mía”. Además, siempre según la versión de la denunciante, Molinari una vez habría tomado de la cintura a la niña y le guiñó el ojo.
“El relato de la Sra. está repleto de inexactitudes y confusiones y que difiere en gran parte de una denuncia administrativa que ella había efectuado anteriormente ante la Federación bonaerense de gimnasia”, señaló Molinari en su comunicado, en donde además excusó que “la denunciante ha tenido inconvenientes en dos instituciones de gimnasia en las que su hija entrenó anteriormente”.
“Creo muy relevante decir que, hace más de un año, cuando la madre conoció los mensajes cuestionados, la menor continuó entrenando en nuestra institución por mucho tiempo y ambas siguieron manteniendo una cordial relación conmigo, de lo cual tengo sobradas pruebas –mensajes, etc.-. Por eso tuve una enorme sorpresa cuando apareció esta denuncia penal”, agrega el descargo.
Las acusaciones contra su esposa, Paula Cancio
La madre de la menor subrayó que la situación decantó en el decaimiento anímico de su hija, que hasta habría exteriorizado su deseo de abandonar la gimnasia y requirió tratamiento psicológico. Ante lo ocurrido y enterada de los mensajes, la mujer decidió enfrentar a Molinari, quien habría prometido un tratamiento especial y cambio de entrenador.
Desde entonces, Paula Cancio, esposa del exmedallista olímpico, empezó a encargarse de los entrenamientos de la niña, y se la acusa de haberla maltratado y discriminado en las actividades y competencias.
Sobre esto, Molinari aclaró que su esposa no es parte de la causa. “No obstante, cierto es que la menor tuvo alguna discrepancia con ella, pero estrictamente relacionada con el entrenamiento en sí. De todas formas, la Sra. y su hija mantuvieron con Paula una correcta relación hasta que decidieron abandonar nuestra escuela”, expresó.
“Mi mujer Paula ha sido testigo presencial de muchas situaciones, conoce la realidad y me acompaña incondicionalmente. Por ella, por mis hijos y por todos ustedes –además de por mi buen nombre y honor-, aguardo una rápida y clara resolución de la Justicia”, concluyó el medallista olímpico.
El descargo completo de Federico Molinari
Escribo estas líneas acompañado de mi mujer Paula Cancio.
En primer lugar, quiero decir que en cuanto tomé conocimiento de la denuncia penal que me involucra (no así a Paula) me presenté a la Justicia con mis abogados y al día de hoy no he sido citado y continúo a disposición.
Se trata de una denuncia efectuada por una madre de una ex alumna de 16 años -que era entrenada por Paula-, por un supuesto caso de “grooming” de mi parte. Es importante aclarar que eso no implica ningún tipo de abuso ni contacto físico con la menor, sino que hace referencia a aparentes mensajes míos inapropiados. De todas formas, niego enfáticamente haber remitido mensaje alguno con contenido o sentido sexual. Siempre tuve un cordial vínculo con la alumna y los contactos que he mantenido con ella han estado destinados a acompañarla y levantarle el ánimo en momentos difíciles que ha tenido. Lamentablemente, la realidad ha sido tergiversada.
La Justicia, en la que confío plenamente, está analizando los mensajes y no dudo que se concluirá que no he cometido delito alguno.
Teniendo en cuenta que la causa ha tomado estado público y que la denunciante ha efectuado declaraciones en algunos medios de prensa, me veo en la obligación de decir que el relato de la Sra. está repleto de inexactitudes y confusiones y que difiere en gran parte de una denuncia administrativa que ella había efectuado anteriormente ante la Federación bonaerense de gimnasia -de la cual decidí dar un paso al costado provisoriamente, hasta que esto se resuelva-.
Creo muy relevante decir que, hace más de un año, cuando la madre conoció los mensajes cuestionados, la menor continuó entrenando en nuestra institución por mucho tiempo y ambas siguieron manteniendo una cordial relación conmigo, de lo cual tengo sobradas pruebas –mensajes, etc.-. Por eso tuve una enorme sorpresa cuando apareció esta denuncia penal.
Reitero que mi esposa Paula no ha sido denunciada en la causa, como inexactamente trascendió. No obstante, cierto es que la menor tuvo alguna discrepancia con ella, pero estrictamente relacionada con el entrenamiento en sí. De todas formas, la Sra. y su hija mantuvieron con Paula una correcta relación hasta que decidieron abandonar nuestra escuela.
Me veo también obligado a decir en mi defensa que la denunciante ha tenido inconvenientes en dos instituciones de gimnasia en las que su hija entrenó anteriormente. Asimismo, mientras la menor era entrenada por mi esposa y también por otro profesional se han suscitado problemas que no viene al caso mencionar, pero nosotros siempre priorizamos la salud de la alumna.
Por otra parte, quienes me conocen saben de mi trayectoria, mi pasión por el deporte y la docencia y, especialmente, que soy incapaz de cometer cualquier tipo de abuso o exceso con un alumno. He tenido más de 5.000 alumnos que han pasado por nuestra escuela –siempre con libre acceso a las clases para los padres- y jamás tuve inconveniente alguno como el que motivó esta denuncia.
Quiero agradecer muy especialmente el apoyo que he recibido en estos días de alumnos, padres, colegas, amigos, etc.
Sabrán comprender que prefiero no hablar en los medios ni dar notas. Entiendo el interés de la prensa, pero se trata de un tema delicado que involucra a una menor y que ya está en manos de mis abogados y en especial de la Justicia, cuya decisión aguardo.
Mi mujer Paula ha sido testigo presencial de muchas situaciones, conoce la realidad y me acompaña incondicionalmente.
Por ella, por mis hijos y por todos ustedes –además de por mi buen nombre y honor-, aguardo una rápida y clara resolución de la Justicia.