La responsabilidad de la anticoncepción ha recaído históricamente sobre las mujeres, con varios métodos, desde pastillas diarias hasta operaciones invasivas, como la ligadura de trompas. Mientras, los hombres no cuentan con muchas opciones para ocuparse de prevenir un embarazo, más allá del preservativo. En los últimos años, sin embargo, la división de esta carga está variando, en gran parte gracias al acceso a la vasectomía, intervención a la que cada vez se animan más varones, ya sea por compartir la responsabilidad con sus parejas, por pura planificación familiar, y hasta por la situación económica.
Según números recientes del Hospital de Clínicas, hoy se realizan "cinco veces más vasectomías que hace cinco años". Este crecimiento va en línea con la tendencia en todo el país. A nivel nacional, los últimos datos que dio a conocer el Ministerio de Salud indican que entre 2015 y 2019 el número de vasectomías realizadas se multiplicó por 12: pasó de 56 a 683.
"A veces los pacientes son hombres muy jóvenes, sin paternidad previa, que comienzan a tener consultas y que finalmente se operan”, explicó a Página|12 Mariano Cohen, jefe de Andrología del hospital dependiente de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Él atribuye estos números a un “cambio cultural”.
Marcelo Valla tiene 52 años y es uno de los pacientes que pasó por la vasectomía, en mayo de 2022. Es dueño de un restaurante, papá de un varón de 11 y una nena de 8, y está de novio hace 18 años. “El tema de la vasectomía arrancó con mi pareja, quien había tenido problemas con varios métodos anticonceptivos antes. A eso también se le había sumado nuestra decisión de no tener más hijos, y al hablar con el doctor me comentó que la opción de la intervención era la más efectiva”, contó a Página|12.
Sobre la intervención relató que no le costó animarse, y que ahora “se siente mucho más tranquilo”. “Con más de 50 años, e hijos, tomé la vasectomía como algo normal, nada extraordinario. Ahora me sorprende mucho, al hablar del tema, que muchos ya se hicieron la operación”, precisó.
En general, contó el Dr. Cohen, los pacientes llegan preparados a la consulta y son “personas instruidas, porque accedieron a información previa”, a pesar de que luego surjan preguntas más específicas sobre cada caso en particular.
“He recibido pacientes con familias, o separados pero que no desean tener más hijos. Una vez que se despejan las dudas sobre la disfunción sexual o de eyaculación, rápidamente acceden a operarse”, explicó.
“También he notado que la mayor información es recibida a través de conocidos o de grupos de amigos. A veces viene uno a hacerse la vasectomía y al mes cae el resto porque se dan cuenta de que es un procedimiento sencillo”, agregó.
Pablo Benassi, casado y de 36 años, se hizo la intervención hace tres meses y pronto debe hacerse un espermograma de rutina. Benassi confesó haber tomado la decisión basado en su “proyección hacia el futuro” y en parte por “la situación socioeconómica”.
“Surgió desde una cuestión personal desde hace muchos años, pero la determinación se fue prolongando y acrecentando en el tiempo. Tiene que ver con todo: la realidad coyuntural, mis proyecciones, pero también la responsabilidad de traer a alguien al mundo”, dijo a Página|12.
“Ese alguien también lleva a dividirse y a relegar un montón de cosas. Esto no quiere decir que mi decisión no haya sido consensuada. Sin embargo, jamás pensé en hacerme la vasectomía para luego revertirla”, sumó.
Sobre la operación contó que fue poco invasiva y para nada dolorosa, y que antes de proceder a hacer lo consultó con dos amigos que, casualmente, son urólogos. “Solo tomé ibuprofeno, me puse hielo, y a los tres días ya estaba subiendo y bajando escaleras. Debo admitir que luego de la operación salí muy contento, pero también me sentí realizado”, cerró.
La vasectomía: ¿reversible o definitiva?
La vasectomía se concreta mediante el corte y el cierre de los conductos deferentes que transportan los espermatozoides del testículo al pene. De esta manera, el cuerpo absorbe el esperma, evitando que llegue al semen. Se realiza con anestesia local y demora entre 20 y 30 minutos.
El efecto anticonceptivo comienza después de tres meses o de las primeras 20 eyaculaciones, por lo que durante ese tiempo se recomienda utilizar otros métodos de cuidado, y controlarse con un médico. “Antes de la operación, le ordeno al paciente hacerse un espermograma, solo si es joven y sin paternidad previa, para saber si es efectivamente fértil y evaluar la calidad del semen, al igual que a los tres meses de la vasectomía”, contó Cohen
Existen versiones cruzadas sobre si el procedimiento es reversible —es decir, si el paciente puede volver a ser fértil reabriendo los conductos—. Cohen, sin embargo, advierte a sus pacientes que, si bien existe la posibilidad de revertirla, “vean a la operación como una opción definitiva”. “La persona debe saber que no quiere tener hijos, ya que a medida que pasan los años, la tasa de reversibilidad disminuye entre un 90 y 70 por ciento; y hasta un 40 y un 20 después de diez años”, detalló.
“Es importante que el paciente tenga toda la información, porque tiene derecho tanto a conocer sus opciones como a confundirse todo lo que quiera. No hace falta consentimiento de nadie más que del hombre que lo desea, siempre y cuando sea mayor de 16 años, como indica la ley nº 26.130”, añadió.