Al menos 13 personas murieron y otras 10 mil fueron evacuadas en Emilia-Romaña, región del noreste de Italia, en el marco de las intensas inundaciones que dejaron localidades devastadas y miles de explotaciones agrícolas afectadas.
Una veintena de ríos se salieron de sus cauces en las llanuras de la mencionada localidad, donde viven 4,5 millones de personas, debido a las lluvias torrenciales que cayeron en la región en los últimos días, que también provocaron deslizamientos de tierra, según las autoridades regionales. El agua cubrió inmensas superficies agrícolas destruyendo los cultivos, pueblos enteros sufrieron el paso de la fangosa crecida, algunos puentes se derrumbaron y 400 rutas se hundieron.
En este contexto, varios medios locales señalaron que 13 personas fallecieron, pero las autoridades aún no confirmaron el número exacto de víctimas fatales.
Con "seis meses de lluvia en 36 horas" y "precipitaciones récord" desde hace dos semanas, "ningún territorio puede resistir", lamentó Stefano Bonaccini, presidente de la región de Emilia-Romaña.
Los destrozos podrían llegar a costar miles de millones de euros, a los que se añaden 2.000 millones (unos 2.150 millones de dólares) por las inundaciones sufridas al comienzo del mes.
Por el momento, la lluvia se detuvo a media tarde el miércoles y los meteorólogos no prevén precipitaciones significativas para lo que resta de la semana.
La alcaldesa de Rávena, Michele De Pascale, indicó este jueves que aunque los habitantes de ciertas localidades evacuadas podrían volver a sus casas, otros tendrían que partir por la amenaza de rotura de algunos diques de contención.
En los lugares donde las aguas estaban disminuyendo, los habitantes limpiaban casas y calles cubiertas de barro y escombros.
Para las autoridades y los expertos, estas catástrofes serán habituales. "Nada será como antes, porque este proceso de topicalización que sube de África también afecta a Italia", advirtió el miércoles el ministro de Protección Civil, Nello Musumeci.