Los movimientos sociales habían advertido semanas atrás al Gobierno que de continuar el ajuste protagonizarían la movilización más masiva de los últimos años. Este jueves cumplieron: la Avenida 9 de Julio, frente al Ministerio de Desarrollo Social, se llenó de columnas provenientes de todo el país nucleadas en la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y Unidad Piquetera (UP), que volvieron a marchar juntas por primera vez desde los tiempos del macrismo. Según las organizaciones, hubo casi 300 mil personas en calle. Los reclamos, de tipo gremial, se centraron en refuerzos para los comedores barriales, aumentos en el monto del Potenciar Trabajo y un bono de emergencia para combatir la inflación. Pero también los hubo de tipo político: apuntaron contra la ministra del área, Victoria Tolosa Paz, y también dejaron una muestra gratis de su capacidad de pelea ante un eventual cambio de gobierno a partir de diciembre.
“Necesitamos un aumento del Salario Social Complementario, para lo cual hay que llamar al Consejo del Salario. Necesitamos adelantar el bono que se paga a mitad de año por la inflación y que el Gobierno se ponga al día con los alimentos que reciben los comedores y merenderos, que a la vez son nuestros centros comunitarios”, remarcó desde el epicentro de la protesta el secretario general de la UTEP, Esteban “Gringo” Castro.
El planteo fue casi calcado al que las organizaciones le vienen planteando en privado a distintos funcionarios del Frente de Todos desde el inicio de la gestión de Tolosa Paz, sin que hasta ahora se pudiese llegar a un acuerdo. La relación entre la ministra y varios de los principales dirigentes de los movimientos cercanos al oficialismo está prácticamente rota, y las organizaciones de la izquierda directamente piden su renuncia. En ese marco operó la unidad entre la UTEP y UP, que empezó a gestarse desde abajo al calor de los reclamos desatendidos y terminó de concretarse este jueves, en lo que fue “una de las movilizaciones más grandes de los movimientos populares que se haya hecho hasta ahora”, según aseguró Castro.
“Tenemos el marco de unidad en los aspectos gremiales que tuvimos siempre, somos los mismos que nos encontramos en los mismos barrios populares, vecinos con las mismas necesidades. Esta unidad siempre existió de hecho y ahora la demostramos en la calle para pedir una solución urgente a nuestras demandas”, describió el dirigente de la UTEP respecto del proceso de unidad con las organizaciones piqueteras de la izquierda.
Si bien hubo llamados desde el Ejecutivo para concertar una posible reunión la semana próxima, como suele suceder cada vez que se produce una movilización masiva, la perspectiva de las organizaciones es que la conflictividad vaya en aumento. “Si no hay respuestas, se profundizará este escenario”, precisó el dirigente de la UTEP.
El panorama que describen las organizaciones es “desesperante”. “Estamos con la lengua afuera, cerrando comedores porque no tenemos qué dar de comer”, comentó Castro. La asistencia alimentaria fue el eje central de los reclamos, pero la respuesta de la ministra fue desmentir esa situación. “Estamos haciendo la mayor inversión social de su historia, sin precedentes", dijo Tolosa Paz tras la movilización. Y aseguró que la entrega de alimentos para comedores y merenderos "se está cumpliendo".
Sin nombrarla, el secretario gremial de UTEP, Gildo Onorato, la llamó a la reflexión. “Esta manifestación contundente debe servir para que algunos funcionarios reflexionen sobre la gravedad de la situación, los problemas son muy profundos. Lamentamos haber llegado a esta jornada pero si no se escucha el clamor popular en esta crisis, no sabemos hasta dónde puede llegar el resquebrajamiento institucional. Instamos a retomar el diálogo", aseguró.
"No va más, Tolosa Paz. Andate al country, dejanos en paz. Tenemos que luchar por nuestras necesidades. Abajo el ajuste, fuera el FMI", disparó por su parte el referente del Polo Obrero, Eduardo "Chiquito" Belliboni, quien ya había cruzado a la ministra a raíz de la polémica por la presencia de menores en los cortes.
Más allá de la disputa coyuntural con la ministra, las organizaciones se preparan para la continuidad de lo que caracterizan como un programa de ajuste en materia social, que podría profundizarse con un cambio de gobierno, sobre todo a partir de las expresiones que ya manifestaron varios presidenciables de la oposición respecto de recortar planes sociales.
"Hoy realizamos una demostración de la organización y de la fuerza de los trabajadores y trabajadoras de la economía popular, en la calle, en unidad, mostramos con claridad que más allá de quién gobierne, frente a las políticas de ajuste, los trabajadores salimos a defender nuestros derechos", dijo sobre el asunto la referenta del Darío Santillán y secretaria adjunta de UTEP, Dina Sánchez.
"La canasta nos aplasta"
Sobre el asfalto de la 9 julio confluyeron las columnas que habían comenzado a peregrinar desde el lunes. Ese día, dos actos en La Quiaca (Jujuy) y Las Heras (Santa Cruz) le dieron el puntapié inicial a la Marcha Federal, que atravesó varias ciudades importantes del país antes de llegar el miércoles por la noche a la Plaza de Mayo, donde se montó un acampe. “La canasta nos aplasta”, se podía leer en una bandera desplegada junto una maqueta de cartón que simulaba una gran canasta con productos cuyos precios crecen a diario por la inflación.
Bajo la consigna "por trabajo, por salario, contra el hambre y contra la pobreza" confluyeron junto a UTEP y UP organizaciones como el Frente Milagro Sala-FNT, Frente de Lucha, FENAT CTA-A, FETRAES, CNCT, Frente Piquetero, Frente Barrial CTA-T, Lealtad, entre otras. En paralelo a la concentración en el centro porteño, hubo también actividades en Rosario, Formosa, Corrientes, Mendoza y Jujuy (donde también se protestó contra la reforma constitucional que promueve el gobernador saliente Gerardo Morales), además de un corte en los puentes que unen las ciudades de Neuquén y Cipolletti.