Tomates, zapallitos, morrones, bananas, y una variedad de frutos citrícolas de la mejor calidad se producen desde siempre en Colonia Santa Rosa, municipio del departamento Orán. Tanto se produce que, al menos desde la visión de quienes cultivan en la zona, “llega un momento en que la Colonia abastece al país” con estos alimentos frescos.
Sin embargo, la producción se vio seriamente afectada hace una semana. La interpretación de quienes trabajan las tierras (que arriendan) es que fueron sus cultivos fueron afectados por la deriva de herbicidas rociados desde avionetas.
“Nos dijeron que esos herbicidas solo se usan en plantaciones de soja, porotos o caña de azúcar”, dijo a Salta/12 un pequeño productor que pidió mantener su identidad en reserva. Es que en Colonia Santa Rosa “nos conocemos todos, y si alguien fue el culpable de tirar eso puedo tener problemas”, se disculpó. Afirmó que a la entrada del pueblo hay plantaciones de soja, y recordó que Colonia colinda además con las tierras que trabaja el Ingenio El Tabacal.
Hace una semana las y los productores empezaron a ver que las hojas de la parte alga de las plantas empezaron a arruinarse. Ante ello, se asesoraron con un técnico que, tras la observación realizada en una finca que planta maíz, les dijo que se trataba del glifosato 2.4D, que solamente suele utilizarse en monocultivos intensivos.
Las plantaciones que se fumigaron originalmente provienen de semillas genéticamente alteradas, justamente, para resistir esos herbicidas que eliminan las malezas. Pero estos productos químicos, expandidos por el viento sobre otros campos, terminan arruinando otros cultivos que no tienen la mutación genética que los protege del herbicida rociado.
Periodistas de Colonia Santa Rosa indicaron que se habría rociado algún producto sobre una finca experimental de caña de azúcar, y temen que esto haya sido lo que se extendió a las demás plantaciones generando la pérdida de muchas de ellas.
El Senasa prohibió por resolución la importación, elaboración comercialización y uso del “ácido 2,4-Diclorofenoxiácetico (2,4-D) en formulaciones de ésteres butílicos e isobutílicos”, desde abril de 2019.
Según lo que pudo conocer Salta/12, los productores de la zona vieron las avionetas días antes de que las plantaciones sean afectadas. “Pero como curan así los bananales, pensamos que era eso”, dijo el pequeño productor que habló coneste medio al indicar que nadie se percató de tomar una fotografía. Este es uno de los requisitos para realizar las denuncias.
Ante la incertidumbre, desde el Movimiento Evita se indicó que el concejal de Colonia Santa Rosa Facundo Quiroga analizaba pedir informes para conocer con certeza sobre los hechos acontecidos. Hasta ayer, en tanto, se desconocía si algún organismo oficial con facultad para hacerlo inició alguna investigación por lo ocurrido.
Un trabajo que hacen “de generación en generación”
Quien habló con este medio arrienda entre 5 y 10 hectáreas en Colonia Santa Rosa. Anualmente, dijo, se debe pagar el equivalente a mil dólares valuados oficialmente para poder trabajar la tierra. La producción es buscada luego por intemediarios que llevan las frutas y verduras a los centros urbanos más grandes, sea en los municipios más cercanos (como el mercado de Orán, la ciudad cabecera del departamento del mismo nombre), o incluso a mercados de Buenos Aires.
En total, describió que son unas 10 mil las hectáreas que se encuentran en producción en el municipio, y afirmó que en ese sector el arriendo de tierras es común, por lo cual cada parcela “tiene su casita” para la familia que la trabaja.
Si bien el trabajo les permite “ahorrar algo”, en general, con lo que se gana “se vive al día”.