Buscando a Nemo
Hay gente que no se siente del todo a gusto en este mundo. Según el refrán, gente que se siente como pez fuera del agua. La artista Liz Sexton exploró esta idea parar crear una serie de máscaras en papel maché que ahora se exhiben en la muestra Out of Water, en el Museo de Arte Marino de Minnesota. Esta serie de esculturas llaman la atención sobre una variedad de peces y seres que dependen de los ecosistemas acuáticos para sobrevivir. “Hago esculturas de papel maché inspiradas en el mundo natural. A contrapelo de mucha obra artística, casi todo está destinado a interactuar, ya sean máscaras, títeres o simplemente objetos”, explica Sexton, que nació en St. Paul pero ha vivido en París, Berlín y Nueva York. Sus esculturas retratan especies que, en sus hábitats nativos, están amenazadas por la pesca indiscriminada o sufren los efectos de la crisis climática. El delicado equilibrio entre el entorno creado por el hombre y los ecosistemas naturales es captado en las fotografías de las máscaras hechas por Ben Toht, socio y colaborador de la artista. Sexton comenzó a centrarse en las máscaras de animales durante una celebración de Halloween, diez años. Y decidió que trabajaría con elementos de deshecho fácilmente disponibles como tela, alambre o pintura acrílica. A partir de entonces, comenzó haciendo trabajos pequeños y luego creó máscaras gigantes y también, sistemas planetarios como móviles que se pueden ver en su página web. A los tiburones, peces espada y besugos que son su última exploración, se le suman búhos, cuervos o ratas que aparecen instalados en el subte, en una lavandería o sacando fotocopias. “También trabajo con animales comunes que, presentados a escala humana, se convierten en miembros visibles de nuestras comunidades. La idea es dar cuenta de que todos habitamos el mismo lugar. Y que todos nos sentimos raros en esta época de amenaza ecológica”, asegura.
Loros con Tinder
Alguna vez, los loros se dedicaron a pedir papa o silbar la marcha peronista. Pero el mundo cambió y ellos, también. Así es como un estudio reciente examinó 18 loros domésticos para ver si las videollamadas podrían ayudarlos a satisfacer sus necesidades sociales. Y comprobó que los bichos se la pasan genial. “Los loros son criaturas increíblemente complejas socialmente y superan a los niños de 6 y 7 años en tareas como armar rompecabezas y habilidades de memoria”, asegura Jennifer Cunha de la Universidad Northeastern, en Boston, coautora del estudio. Estas necesidades mentales, aseguró, no siempre pueden ser satisfechas en casas donde los animales pasan mucho tiempo en soledad. Así que Cunha se reunió con Rébecca Kelinberger, directora del proyecto, y con Ilyena Hirskyj-Douglas de la Universidad de Glasgow, para ver si los loros en cautiverio podían encontrar compañía en las videollamadas. Las investigadoras les enseñaron a tocar una campana, después de lo cual les presentaron una pantalla donde aparecían una o dos imágenes de otros loros. Y usando sus picos o lenguas, los loros elegían. Ellas estaban preparadas para ver reacciones agresivas. Pero en cambio, aseguran, vieron muchos comportamientos sociales que potencialmente verían entre pájaros que estaban juntos o en la naturaleza. “Reflejaron comportamientos en los que podrían moverse de la misma manera, bailando, cantando juntos”, dijo Cunha. “Realmente parecen cobrar vida durante las llamadas”.
Canibalismo cósmico
A ocho mil millones de años luz de la Tierra estaría teniendo lugar uno de los actos de más impresionantes de canibalismo cósmico en la historia del universo. Así lo asegura un estudio publicado por The Royal Astronomical Society, de Londres. Según se indica, en cierta remotísima zona, más allá de Vulpécula (una de las 88 constelaciones en las que los astrónomos han dividido el cielo en un intento de mapearlo), hay un agujero negro del tamaño de mil millones de soles que pasa sus horas comiéndose una enorme nube de gas circundante. El estudio comenzó en 2021, cuando la Instalación Transitoria Zwicky, un pequeño telescopio que buscaba estrellas en explosión o supernovas, detectó un destello peculiar. La mayoría de las supernovas se desvanecen después de unas pocas semanas pero este estallido, conocido como AT2021lwx, siguió funcionando y explotando durante tres años. Por eso una red mundial de telescopios y satélites lo viene monitoreando. “Al principio pensamos que podría ser un agujero negro que consumía una estrella pasajera. O que se trataba del estallido de un cuásar; es decir, energía que brotaba del borde de un agujero negro supermasivo en el corazón de una galaxia. Pero esto es otra cosa”, dijo Matt Nicholl, de la Queen's University de Belfast. Lo más probable, concluyen los astrónomos, es que haya un agujero negro disfrutando de un festín: casi como un Hannibal Lecter de escalas colosales en un lugar que nos resultan inconcebible.
Problemático y febril
Cuando Hannah Gadsby estrenó su stand up Nanette en 2018, estaba dispuesta a quemar las naves y dejar de hacer reír porque, como decía en el espectáculo, se había cansado de burlarse de sí misma (por lesbiana, por su talla fuera de norma, por chica australiana nacida en Tasmania, algo así como un suburbio del primer mundo) en nombre de agradar. Así que Nanette comenzaba siendo una suerte de autoparodia y terminaba con una fuerte interpelación a la cultura cis y héteropatriarcal como medida de un mundo donde las mujeres llevan la peor parte. Como Gadbsby además se especializó en historia del arte, a lo largo del stand up se dedicó a cortar cabezas ilustres: sobre todo, la de Pablo Picasso y su inveterada misoginia. Hannah no sabía que Nanette terminaría siendo un furor en Netflix y que lejos de sepultar su carrera, se transformaría en fenómeno global. De eso (entre otros temas) habla Something special, el nuevo espectáculo con el que marca su retorno al streaming. Y mientras tanto, en el marco de las muestras de Picasso que se replican en todo el mundo conmemorando los cincuenta años de la muerte del artista, Gadsby es co-curadora de It’s Pablo-matic. Se trata de una muestra que no sólo confronta pasado y presente a través del rescate de artistas contemporáneas sino que además sigue ampliando el debate en torno a las masculinidades. It's Pablo-matic (cuya sonoridad, claro, es un juego de palabras vinculado a lo problemático y lo automático del pensamiento cultural y artístico) muestra casi cien obras de mujeres artistas de los siglos XX y XXI. Entre ellas, Cecily Brown, Renee Cox, Käthe Kollwitz, Dindga McCannon, Ana Mendieta, Marilyn Minter, Kiki Smith, May Stevens y Mickalene Thomas. La exposición, indica la web del museo, “aborda cuestiones complejas en torno a la misoginia, la creatividad, el canon histórico del arte y lo que es el genio en el caso de artistas”. En una entrevista reciente con Esquire, Gadsby aseguró que “el feminismo y el hip hop hicieron más por complejizar la cultura contemporánea que todo el legado de Picasso”. La muestra, explica Hannah, es un rescate que busca poner en valor artistas pero invisibilizadas y proponer cánones artísticos más abiertos e inclusivos, capaces incluso de revisar su historia. “No es una muestra anti nadie pero la verdad, estamos viviendo tiempos inciertos así que es necesario que el arte invierta en gente creativa más que en ciertas vacas sagradas que ya ni siquiera son novedosas”, agregó la comediante.