Un proyecto legislativo presentado por la investigadora Nuria Giniger y el diputado Pablo Carro en la Cámara Baja busca la ampliación de los derechos de los becarios y de las becarias del Conicet. Entre otros aspectos, propone que sus estipendios se actualicen conforme lo hacen los montos que cobran investigadores de carrera, al tiempo que contempla el reconocimiento de aspectos centrales como el aguinaldo y los aportes previsionales para una población de trabajadores cercana a los 11.500. Si bien fue presentado desde el Frente de Todos, el proyecto es apoyado por legisladores y legisladoras de diferentes espacios políticos.
Se trata de una norma que tiene como fin garantizar una serie de derechos que, históricamente, estuvieron en disputa. Los becarios y becarias del Conicet --personal joven (por lo general tienen entre 27 y 35 años)-- constituyen mano de obra calificada, y motor de las investigaciones más pujantes que el sistema científico y tecnológico produce. Uno de los primeros artículos de este texto, en esta línea, prevé la actualización de sus estipendios “de manera automática en función de los montos que perciban los Investigadores Asistentes de Carrera”. Para ello, la proporción será la siguiente: “el estipendio de la beca de Doctorado equivale al ochenta por ciento de lo percibido por un Investigador de Carrera Asistente, mientras que el de la beca de Postdoctorado equivale al noventa por ciento de lo percibido por un Investigador de Carrera Asistente”.
En diálogo con Página 12 lo explica Giniger: “El objetivo es resolver de algún modo la deuda con respecto al derecho de los becarios y becarias. Hay varios temas que nos interesan y se incluyen en el proyecto: el primero es que el aumento del estipendio quede anclado al incremento de la paritaria; el segundo es el aguinaldo, esto es, un derecho que los becarios y becarias hoy no tienen; también el reconocimiento de los aportes previsionales; y la incorporación al sistema de obras sociales, ya que acceden a una cobertura médica que el Conicet hoy paga de manera tercerizada”.
Luego la investigadora y referente en la redacción del proyecto propone: “Desde el macrismo, la obra social que tienen los becarios se caracteriza por un montón de problemas. Cualquier modificación que realizan, aunque sea temporal, es muy engorrosa y lleva muchísimo tiempo. A veces es tan lento todo el proceso de altas y bajas que la gente se queda durante un período sin cobertura. Todas las semanas levantamos casos de personas a las que se le cayó la obra social”.
Vale destacar que durante esta gestión ya se han realizado algunas conquistas al respecto. A mediados de abril, el gobierno anunció la quinta jerarquización salarial para personas becarias y quienes se dedican a la investigación, y como resultado podrán alcanzar los niveles salariales de 2015. La nueva jerarquización salarial del 10 por ciento se efectivizará a partir de junio y se otorgará de manera complementaria a los aumentos previstos por el acuerdo paritario. A la fecha, el salario bruto promedio de una beca doctoral es 212 mil y el de una posdoctoral 253 mil. Aunque las propias autoridades reconocen que no es suficiente, manifiestan y demuestran la voluntad política de proponer mejoras.
Problemas a resolver
De manera reciente, ATE Conicet realizó un informe que se deriva de una encuesta a los becarios y becarias del Consejo, en la que se les consultó sobre cómo era el ejercicio de sus derechos laborales. De los casi 11.500 becarios en todo el país, fue respondida por 3200 en apenas 20 días, con lo cual, constituye un universo representativo.
Las principales problemáticas declaradas fueron la falta de aportes jubilatorios, aguinaldo y los bajos salarios. En efecto, confían en que un nuevo marco legal podría mejorar su presente. Dice el informe: “La mayoría de ellxs destinan gran parte de sus ingresos en alquileres de vivienda, y afirman que el aguinaldo no solo es un derecho que no tienen reconocido sino que ayudaría a cubrir gastos que les permitan la reproducción de la vida digna. Así, el 99 por ciento de lxs becarixs encuestadxs consideran que es nuestro derecho acceder a aportes previsionales y aguinaldo”.
También se destacó un eje vinculado a las violencias en el sector cuya denuncia suele llevar a consecuencias negativas para los propios denunciantes: 1 de cada 10 declaró haber sufrido violencia o maltrato de parte de su director. A pesar del combate activo, la estructura continúa siendo patriarcal.
La ciencia como inversión
Durante los diferentes mandatos kirchneristas, el campo de la CyT exhibió un crecimiento y robustecimiento a destacar. A la creación del MinCyT en diciembre de 2007, le sucedieron los avances en materia nuclear, satelital, radares y software, la creación de Raíces (repatriación de cerebros) y Pampa Azul (puesta en valor del Mar Argentino) como políticas de Estado. También se fomentaron el incremento en las plantillas de investigadores y becarios, la ampliación de infraestructuras; y en el plano comunicacional, la creación de Tecnópolis, de TecTV y el Centro Cultural de la Ciencia.
A partir de 2019, el gobierno de Alberto Fernández cumplió con su promesa de recuperar el MinCyT degradado a Secretaría durante el macrismo; se duplicaron los ingresos a la Carrera del Investigador Científico y aumentaron los becarios; se creó el Plan de Fortalecimiento de los Recursos Humanos de los Organismos de CyT (que incorporó mil científicas y científicos a los organismos dependientes del Poder Ejecutivo Nacional); se relanzó el Raíces y el Pampa Azul antes desfinanciados; se sancionó la Ley de financiamiento de la CyT; y se creó la Unidad Covid-19 en una época crítica. En el presente, existen políticas activas para federalizar el sistema, construir nueva infraestructura (Construir Ciencia) y comprar equipamiento de punta (Equipar Ciencia). Deudas y pendientes que comienzan a saldarse.