El coleccionista de frases –obstinado arqueólogo que preserva en el tiempo los “restos materiales” diseminados en el espacio de una obra– celebra la sistemática inmadurez y provocación de Witold Gombrowicz (1904-1969), el escritor polaco que llegó a Buenos Aires en 1939 y se quedó a vivir veinticuatro años en la Argentina. “No se puede ser una nulidad durante toda la semana para ponerse a existir el domingo”, escribió en su Diario. Ahora, la actriz Cristina Banegas agita la remera con esa frase en el video promocional de una campaña de financiamiento colectivo que se propone recaudar fondos para que pueda salir a la calle Witolda. Revista de la persistencia, la primera publicación de número único sobre Gombrowicz, en la que participan escritores, traductores y especialistas de todo el mundo. Hay artículos de Enrique Vila-Matas, Juan Villoro, Noé Jitrik, César Aira, Ricardo Bartís, Germán García, Martín Kohan, Jorge Consiglio, Patricio Pron, Oliverio Coelho, Hernán Ronsino, Liliana Colanzi, Esther Cross, María Rosa Lojo y Paula Pérez Alonso, entre otros.
Witolda, como todos los proyectos del Congreso Gombrowicz, es sin fines de lucro. La preventa de la revista –editada por los escritores Nicolás Hochman, Diego Tomasi y Javier Reboursin- está disponible hasta el 1 de septiembre en www.idea.me/witolda. A la par de Banegas, agitan las remeras del escritor polaco, en el video de promoción, los actores Gonzalo Heredia, Nazareno Casero y Luis Ziembrowski, y la periodista Eugenia Zicavo. “Desde hace un tiempo venimos haciendo cosas con Gombrowicz: el I Congreso Internacional en 2014, ‘Gombrowicz en 1 minuto’ en 2015, ‘Contra los escritores en 2016’. Para este año dijimos: ‘Hagamos algo chiquito, simbólico, por los 70 años de la edición argentina de Ferdydurke’. Se nos fue de las manos, para variar, y terminamos armando la primera revista sobre Gombrowicz en español, con más de 100 colaboradores de 14 países. Ni nosotros podemos creer quiénes son, además, esos autores. Por otro lado, 1947 es el año en el que Gombrowicz publicó Aurora. Revista de la resistencia, y su amigo Virgilio Piñera Victrola. Revista de la insistencia. Witolda busca retomar esa tradición de provocar. Inclusive, de provocar a Gombrowicz”, advierte Hochman a PáginaI12. Tomasi plantea que las frases del escritor polaco que eligieron para la campaña pertenecen al Diario. “Son frases que nos gustan, que nos interpelan, y creemos que pueden ser atractivas para más personas. Por otro lado, cuando Gombrowicz escribió ‘Soy. Soy en exceso’; o ‘Soy forastero en todas partes’; o incluso cuando dijo ‘Qué triste país, tan puto y tan retorcido, donde nadie se atreve a darse el gusto’, en todos esos casos, estaba poniendo en circulación una de sus capacidades máximas: la posibilidad de hablar de sí mismo al tiempo que hablaba de la construcción de la identidad y de la complejidad de la condición humana”.
¿Qué significa “ponerse” la camiseta de Gombrowicz hoy? “A Gombrowicz le fascinaba adoptar posturas, aun contradictorias entre sí, sólo con el fin de confrontar, irritar e incomodar a sus oponentes. Y siempre eligió jugar de visitante, ya fuera desde el exilio o desde la periferia. Hoy, ponerse la camiseta de Gombrowicz, es un gesto que propone tomar posición para pensar su obra, discutirla, pero sobre todo, poder difundirla por fuera del campo intelectual donde suele circular. Desde luego que mañana podemos cambiar de bando”, ironiza Reboursin. La actualidad de la literatura del autor de las novelas Transatlántico (1953), Pornografía (1960) y Cosmos (1967) tiene que ver con que “no fue actual en su época, que se adelantó mucho a la moral, a los temas, a las formas de hacer algo con la literatura”, reflexiona Hochman. “Gombrowicz murió hace casi cincuenta años y no se me ocurre ningún autor más pertinente para hablar de lo conflictiva que puede ser una tradición –cualquier tradición, de lo que sea–, o pensar los nacionalismos, la sexualidad, la juventud o la ruptura de las formas. Nuestro objetivo es que los lectores que ya lo conocen encuentren material nuevo, fresco, diferente. Otras perspectivas. Y que los que no lo leyeron nunca se animen. Lo más complicado que tiene Gombrowicz es el apellido. Su literatura es compleja y molesta, pero no difícil”.
¿Gombrowicz fue el último gran provocador de la literatura argentina? “Gombrowicz era ‘El contra’. Escribió contra los poetas, los artistas, los actores, los intelectuales, los polacos, los franceses, los argentinos –enumera Hochman–. Se peleó con (Jorge Luis) Borges y el Grupo Sur, con (Mario Roberto) Santucho, con intelectuales de todo el mundo, con gente de la calle. Pero esa provocación no era gratuita: era una especie de mecanismo de supervivencia, pero también de marcar la cancha, de forzar al otro a que pensara. No creo que sea el último provocador de la literatura argentina, porque después de él –a partir de él, a través de él, pese a él– aparecieron muchos otros: Germán García, (Ricardo) Piglia, (César) Aira, Fogwill, Copi, (Néstor) Perlongher, muchos otros. Son un montón, felizmente”.