El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, finalizó este viernes su participación en el primer día de la cumbre número 49 del G7 realizada en la ciudad japonesa de Hiroshima, haciendo una reunión bilateral con el presidente de Australia, Anthony Albanese.
Si bien Brasil no es miembro de este foro de economías industrializadas, asistió como invitado junto con India, Indonesia y otros. Este encuentro con Albanese fue la primera de varias reuniones bilaterales que tiene previstas el brasileño en el marco del G7. En la reunión "hablamos de las relaciones Brasil-Australia, de la Copa Mundial Femenina de Fútbol y recibí una invitación para visitar Australia. Vamos a trabajar para acercar a nuestros países", escribió el mandatario brasileño.
El presidente Lula también dejó claro que una de sus prioridades es reforzar la protección del medio ambiente y la biodiversidad, y mencionó las inversiones australianas en la producción de hidrógeno verde en el estado de Ceará que, según él, complementan la matriz energética brasileña, que "ya es bastante limpia". Albanese felicitó a Lula por la presidencia del G20 que ostentará el país en 2024.
La agenda ambiental de Lula
El presidente de Brasil, quien asumió el poder por tercera vez en enero de este año, prometió incrementar ampliamente las energías limpias y recomponer el liderazgo de su país en la cuestión climática, tras cuatro años de deterioro en este aspecto durante el gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
Lula se comprometió a alcanzar la deforestación ilegal cero hacia 2030 para la preservación de la selva amazónica; destacó los derechos de los pueblos indígenas; se propuso reinsertar a Brasil en las discusiones climáticas internacionales; y prometió que la política ambiental será transversal a todas las áreas de su gobierno. Esta postura le valió los elogios de una amplia gama de ambientalistas y activistas indígenas, así como la buena voluntad de socios internacionales.
La creciente producción de energías eólica y solar en Brasil, permitió en febrero reducir el uso de combustibles fósiles para generar electricidad en ese país, según una investigación difundida este jueves por el centro de estudios Ember. La vasta red eléctrica usó 4,9 por ciento de combustibles fósiles en febrero de este año. Como resultado, las emisiones de CO2 cayeron 29 por ciento, a pesar de un aumento en la generación de electricidad.
Los parques eólicos y solares, que solo representan 12 por ciento y 3 por ciento respectivamente, de la matriz eléctrica de Brasil, hicieron posible esa reducción de las fuentes contaminantes. Brasil, que asumirá la presidencia del G20 en 2024, tiene el mayor porcentaje de electricidad limpia del grupo, según otro análisis de Ember.
Brasil en el G7
Esta reunión del G7 tiene récord de países asistentes entre los que también están Corea del Sur y Comoras, presidente actual de la Unión Africana. Todo esto es un intento de los miembros del foro para ampliar sus alianzas.
En esta reunión número 49, los mandatarios de Japón, Alemania, Canadá, Francia, Italia, Reino Unido y Estados Unidos buscan mandar "un fuerte mensaje" antinuclear e imponer sanciones sobre Rusia en relación a la guerra con Ucrania.
Lula participará en tres reuniones temáticas durante los próximos dos días en las que se discutirán la seguridad alimentaria, el cambio climático y el fortalecimiento al sistema mundial de salud. Y aprovechará su presencia en Hiroshima para tener reuniones bilaterales con el primer ministro de Japón, Fumio Kishida; el primer ministro de India, Narendra Modi; y el presidente de Indonesia, Joko Widodo.
Brasil y Japón sintonizan
Los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira, y de Japón, Yoshimasa Hayashi, también se reunieron este viernes en el marco de la cumbre del G7. En la conversación entre ambos, que duró 50 minutos, se destacó la importancia de fortalecer sus relaciones bilaterales, especialmente en el sector económico, digital y medioambiental.
Los dos ministros de Exteriores compartieron la opinión de que toda la comunidad internacional "debe trabajar unida" para defender "un orden internacional libre y abierto, basado en el estado de derecho". Y Hayashi celebró el progreso en la posible adhesión de Brasil a la OCDE, según un comunicado del Ministerio de Exteriores de Japón.
Tokio se comprometió también a apoyar el sistema sanitario brasileño, además de otros sectores a través de inversiones, y a ayudar con la candidatura brasileña para ser la sede de la COP30 en 2025. Por último, los cancilleres intercambiaron sus perspectivas sobre la situación en Ucrania y el este de Asia, y señalaron que seguirán coordinándose estrechamente como miembros no permanentes del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.