Compañeros de deuda, / teniendo en cuenta los últimos sucesos / en la política, / quisiera preguntar, me urge: / qué tipo de ruleros / debemos usar para hacer / que Cristina decida y sea candidata otra vez. / Hasta dónde debemos / pedirle tanto esfuerzo: / hasta donde sabemos / si ella está proscripta, / marchemos por las calles… / ¡y viva Perón!
Silvio Rodríguez jamás escribió estas palabras, inspiradas en su bellísima y ya clásica canción Playa Girón, que homenajea a los/as cubanos/as que defendieron su tierra cuando les tocó ser invadidos por... ¿adivinen por quiénes? ¡Sí, por los norteamericanos!, que, al inicio de la década del 70, tenían por costumbre invadir a sus vecinos, costumbre que luego cambiaron por la de fogonear golpes de Estado vernáculos y, últimamente, por golpes de mercado, deudas, lawfare y presión mediática hegemónica.
Bueno, pero esto no tiene nada que ver con aquello. O tal vez sí. Porque decidí parodiar el hermoso tema de Silvio cuando, a lo largo de la semana que está terminando, me vi rodeado de compañeras y compañeros que cancelaban sus citas con el coiffeur que les iba a hacer "los rulos para salir en la foto de la victoria”. Pero –ya sabemos que en el pero-nismo siempre hay “peros”–, Cristina les volvió a avisar lo que ya les había dicho que ya les había anunciado que ya les había advertido que ya les había enunciado que ya les había afirmado que ya les había explicado que ya les había explicitado: ¡si la proscriben, no puede ser candidata! Si el Joder Pudicial Supremo a la Maryland decide quién se puede presentar o no (y falta poco para que además decida quién gana), la democracia se transforma en una palabra que te da muchos puntos si jugás al scrabble o al boggle, pero no mucho más que eso. Si les que tienen el poder quieren reducir al resto de la población a contactos de feisbuk que pueden bloquear cuando se les cante el extremo inferior del tubo digestivo, los que gobiernan se transforman en bocaditos simpáticamente empaquetados, cuyo etiquetado frontal debe decir: "No contienen nada”.
Ella dijo, redijo, predijo y recontradijo que NO va a ser la mascota de les poderoses, que así no, que proscripta no, que “de mentirita, no”, y sin embargo, unes cuantes se hicieron les rules... ¡Andá a saber en qué foto tienen ganas de salir!
Mientras tanto, el que no se hace los rulos ni se peina es un muchacho de ojos celestes e ideas oscuras que, entre ansiolíticos y antialucinógenos, encuentra los monosílabos necesarios para fogonear a las especies en vías de extinción que, cual si él fuera el flautista de Hamelin, lo siguen rumbo al precipicio: si gana, solamente vas a tener "dólar" (uno solo); si no querés ir al colegio, usás el váucher y te comprás una pistola; si tenés ganas de vender tu duodeno, lo publicás en Segundapata –medio que en cualquier momento aparece–. Ah, y la última novedad: si el muchacho gana, a los diputados y senadores los echa sin indemnización.
Es entendible que él prometa todo eso y mucho más: viajes a Plutón, orgías literarias o sánguches de litio, porque sabe que no va a ser necesario que cumpla nada, pero nada de nada. ¿O en serio les creen a las encuestas que, para meterle un poco de interés a estas elecciones tristes, le adjudican alguna chance? Gente, ese señor NO ES NADIE. Y lo voy a demostrar a pura lógica: si sos el candidato que van a votar los que cuando les preguntan a quién votarían contestan "a nadie", es que SOS nadie.
Por otro lado, no puedo dejar de imaginar la escena del voto tilingo: muches de sus votantos, con tal de desafiar la ley, con tal de denostar a “la casta”, el sábado anterior a las PASO se van a dar con de todo. Entonces, el domingo se van a despertar a las 17.45 y, hasta que le terminan de dar cuerda a la neurona, ya se hicieron las 18, y ¡chau! Después dirán: “Uy… yo lo iba a votar, pero pintó otra, salió birra y me colgué”.
En resumiendo, con perdón de la errata: la situación no puede esperar, el coiffeur, sí. Bueno, me parece.
Sugiero acompañar esta columna con el video de Rudy-Sanz (RS+) “Si la tocan”