A partir de 2012, el tercer sábado de mayo se conmemora el Día Mundial del Whisky, una bebida alcohólica de raíces escocesas e irlandesas que posee muchas variantes y se puede tomar de muchas formas. En esta fecha, amantes del whisky celebran en todos los países con degustaciones, eventos y reuniones.
Al tratarse de una bebida que gana prestigio por su particular sabor y calidad en todo el mundo, el consultor y especialista Blair Bowman llevó once años atrás al parlamento escocés una propuesta para fijar una fecha de conmemoración anual del whisky, y su iniciativa tuvo buenos resultados.
El término whisky o whiskey -como lo denominan en Irlanda y Estados Unidos- deriva del gaélico escocés "uisge beatha" y del gaélico irlandés "uisce beathadh", que significa, en ambos casos, "agua de vida", precisa la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca.
El whisky es una bebida alcohólica que se obtiene por la destilación de malta fermentada de cereales tales como cebada, cebada malteada, centeno y maíz, y su posterior envejecimiento en barriles de madera, tradicionalmente de roble blanco. En tanto, se comercializa con un contenido alcohólico de entre 40 y 62% del volumen, en la mayoría de los casos.
Los primeros registros del whisky en el mundo datan de 1409 en Irlanda, lugar donde los monjes destilaban, y 1496 en Escocia. Sin embargo, el origen de la bebida es incierto y sigue en disputa, dado que si bien se cree que existía desde hacía varios cientos de años, el cuándo y dónde fue destilado por primera vez es desconocido dada la poca documentación existente.
Variedades de whisky: cuántos hay
El whisky se obtiene a partir de tres ingredientes básicos básico: cereales (centeno, maíz, trigo y cebada), agua y levadura. Las principales diferencias entre los tipos de esta bebida alcohólica se reducen a cuatro cosas: el grano utilizado; el proceso de producción; el lugar en que se elaboró el whisky; y por cuánto tiempo se maduró.
De todas las variedades, el escocés está hecho principalmente de cebada malteada -cualquier grano que haya germinado y luego secado- y es uno de los que más se consumen alrededor del mundo. En líneas generales, hay tres tipos de whisky escocés: de malta única, de grano único y de mezcla (blended): el single malt o malta única se elabora con cebada malteada; el grano único generalmente se hace a partir de maíz con un poco de cebada malteada; y los whiskies mezclados (blend) se hacen combinando los otros dos.
El escocés se destila entre dos y tres veces según el caso y se deja añejar exclusivamente en Escocia, conforme a los estándares de la Orden de Whisky Escocés. Por su parte, su competidor irlandés es elaborado base a cebada, y se caracteriza por su triple destilación, que lo hace suave y delicado.
Otra variedad es la denominada "Cask strength" -"fuerza de la barriles"-, que es un whisky que no recibe ninguna dilución antes de su embotellamiento, por lo que procede directamente de los barriles seleccionados, conservando así su graduación.
Además está el whisky canadiense, que se produce exclusivamente en Canadá a base de maíz y centeno malteado, lo que le proporciona su característica suavidad y ligereza. Este se destila en alambiques que permiten un gran control del producto y tras ser diluido en agua para reducir su grado alcohólico, se lo envejece en barriles de roble durante 3 años como mínimo.
Asimismo, está el whisky estadounidense, que es elaborado a base de maíz por lo menos en una concentración de entre el 51 y 70%, aunque algunas destilerías llegan a utilizar un 80-85% de maíz en la mezcla. Otros ingredientes usuales son el trigo, centeno o cebada malteada. De estos, hay tres tipos muy comunes: el Bourbon, el cual tiene que contener un mínimo de 51% de maíz, y para que aparezca en la etiqueta la denominación "Bourbon" debe ser destilado y envejecido en Kentucky; el Rye, que debe tener un mínimo de 51% de centeno; y finalmente, el Corn, que tiene que contener 80% de maíz mínimamente.
Cómo se toma el whisky
En la página web del Día Mundial del Whisky, su fundador, Blair Bowman, busca que los consumidores de esta bebida alcohólica la disfruten al máximo en todas sus posiblidades. Aunque aclara, que todos son libres de beberla como más les guste.
“Todos pasan por los mismos procesos, y lo que sale es el espíritu. Pero como saben, todos tienen un sabor increíblemente diferente. El espectro de sabores es muy amplio”, asegura el especialista. Son principales consejos, en este sentido son: olerlo con detenimiento, observar el color para descubrir sus cualidades, no ponerse ansioso con el primer sorbo, e incluso, mezclar dos tipos de whiskies para comparar.
Bowman recomienda olfatear el vaso pero no "demasiado rápido", ya que el alcohol podría quemar la nariz del catador y generarle una sensación desagradable. “Es bastante difícil al principio cuando te estás acostumbrando al whisky, pero notar diferentes aromas viene con la práctica", expresa, y sugiere intentar olerlo desde diferentes alturas o comenzar con el vaso desde la cintura hasta acercarlo de a poco a la nariz. Otra forma de "practicar" es ir a la cocina y oler previamente las frutas, verduras y alimentos que se encuentren ahí.
Asimismo, el catador escocés enfatiza en las claves que otorga el color del whisky: "se puede saber mucho con solo mirarlo, puede informar sobre el tipo de barriles en las que estuvo", explica.
En cuanto al primer sorbo, sugiere no apurarse a tragarlo y esperar a que el paladar se acostumbre a su sabor e intensidad. "Intente dejarlo en la boca durante diez segundos y gírelo. Luego trague y exhale lentamente", explica, y añade: "Probar whisky de esta manera lo hará más rendidor. Reducí la velocidad y tomate tu tiempo. Digamos que una botella de whisky tarda diez años en madurar: mucha gente diría que podés dedicarle al menos diez segundos de tu tiempo", sostiene.
En tanto, apunta que "una excelente manera de beber whisky es beber dos vasos distintos a la vez", para que el consumidor pueda "comparar y contrastar".
Aunque existen muchos mitos a la hora de beber whisky, Blair sostiene que "lo divertido de este delicioso néctar es que no hay reglas establecidas", y concluye: "solo, con hielo, con un chorrito de agua o en un cóctel, todo es aceptable mientras ayude a disfrutar más del whisky. Esa es la forma correcta de beberlo".