"Con el Dipy estamos muy avanzados en las negociaciones, creemos que sería un gran intendente para La Matanza, falta ponerle el moño. Existen grandes chances porque es un gran ser humano, somos amigos, está haciendo un proceso de crecimiento fenomenal en términos de formación y creemos que puede dar un batacazo en un bastión peronista, que les ponga en jaque la Provincia y la elección."
Con esas palabras, el precandidato a presidente de La Libertad Avanza Javier Milei, hizo pública su intención de que David Adrían Martínez, el famoso cantante de cumbia conocido como "El Dipy", sea quien lo represente en el partido bonaerense de La Matanza durante las próximas elecciones.
El Dipy agradeció al presunto libertario por sus elogios públicos y se llamó a silencio, aunque a lo largo de los últimos años se dedicó a repetir una y otra vez que "la gente honesta no se mete en política" y que, si se lo ofrecieran, no lo haría porque no está "preparado".
De la pandemia en adelante, El Dipy utilizó sus redes sociales para descargar su ira contra el funcionamiento del Estado. En la actualidad, David Adrián Martínez es conocido por frecuentar los canales de televisión y agredir a dirigentes del oficialismo. Con la mirada hacia abajo y gestos que se asemejan al sufrimiento, Martínez siempre apeló a un supuesto "sentido común" y a las frases que, según él, escucha en los almacenes del barrio. Con apoyos de un lado y repudios del otro, el cantante movió el avispero, colmó las pantallas con sus títulos y no es casualidad que La Libertad Avanza se fije en él. "La gente le cree a Javier Milei, explica muy bien y es el único político que nunca me ofreció nada", dijo Dipy en 2021. Los tiempos cambiaron.
Negacionista activo
Luego de asistir muchas veces a los programas de Viviana Canosa y Jonatan Viale, El Dipy comenzó a trabajar en Radio Rivadia y compartió estudio con Eduardo Feinmann y Baby Etchecopar. En televisión, llegó a decir cosas como ésta: "Si un cantante te tiene que decir cómo manejar el país estamos acabados". O "un buen gobierno no da comida, crea las condiciones para que vos puedas comer lo que se te cante". "Aplaudir a un político es como que una vaca aplauda a un carnicero", una de sus más repetidas.
A la hora de referirse a diversos actores de la política, Dipy acudió a las agresiones. Al hablar de Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, Martínez dijo que los manifestantes eran una "manga de parásitos que no dejan tranquila a la gente" porque "hacen mierda todo". Cuando apareció un dicho de Juan Grabois, Martínez apuntó: "Pero mirale la cara... dios mío". En otra ocasión, volvió a referirse al dirigente social: "De Grabois no hablemos, es un pelotudo, saquémoslo pobrecito, es un bolchevique".
A catorce días del intento de magnicidio contra la vicepresidenta de la nación, Dipy dijo que Cristina Kirchner “es una actriz”. Y se enroló en los que, como Patricia Bullrich, ignoraron o banalizaron la seriedad del atentado: “La verdad es una genia, pero lo usa para el mal. Nos mintieron tanto que hay gente que no le cree a Cristina. En un país normal, todos estaríamos juntos para decir ‘esto no puede pasar, no puede ser’, pero le hicieron mierda la cabeza a la gente. No tengo ni idea qué son ‘los copitos’. Quisieron atentar contra una vicepresidenta y hablamos de ‘copitos’. Encima los políticos usan esto como una herramienta para hacer política. Intentar -o no- matar a un vicepresidente de la nación, en cualquier país normal es un escándalo, pero la mitad cree y la mitad no porque le rompieron la psiquis”.
Ante el silencio de sus compañeros de mesa, quienes abrían los ojos e imaginaban la repercusión posterior en las redes sociales, Martínez puso quinta y continuó: “Errar es humano y echarle la culpa a otro es de peronista. Estamos peor que en el 2001 y esto no va a explotar porque los dueños de la bomba están en el gobierno. Como están ellos, no vuela una mosca. Llenan el Luna Park o la plaza porque los llevan en micro y, si no van, no le dan más el plan, siempre fue así. Los piqueteros dicen que tienen hambre, pero con todo el gasoil que gastan en ponerle a los colectivos que llevan la gente le dan de comer a todos. No piden laburo, piden planes. El gobierno generó que dependas de ellos”.
En sintonía, Dipy optó por utilizar una analogía, donde “Cristina es el hacha y el pueblo es un árbol”: “El hacha era tan inteligente que les hizo creer a los árboles que, porque tenía el mango de madera, era igual a ellos." Dijo también que "la gente que está en las marchas no sabe ni para qué va”.
A pesar de todas esas posturas de un aparente outsider antistema, el cantante empezó a encontrar su lugar, no sólo en los medios, sino en el mundillo político. Vinieron las selfies con Patricia Bullrich y Mauricio Macri, y los ataques contra Estela de Carlotto. "Ella también quería una foto", dijo una noche en medio del programa de Viviana Canosa. Ante la atenta mirada de la conductora, quien corregía al pasar los furcios del cantante, Dipy quiso convertir en victimaria a una víctima como Laura Carlotto, la hija de Estela desaparecida y asesinada por la dictadura militar. "Le voy a decir, Estela: mis papás me enseñaron lo que es la verdad. ¿Usted se acuerda de que tenía una hija a la que le decían Rita? Yo no me saco fotos con quienes avalan la mentira", expresó.
La plata, la música y la noche
Si bien nació en Gualeguaychú, Entre Ríos, el Dipy se mudó al partido bonaerense de La Matanza cuando era muy chico. Junto a sus padres sentaron base en la localidad de Rafael Castillo. Nada fue fácil para ellos. Más de una noche, sumidos en la pobreza, durmieron en la calle, acamparon en una plaza y "vivieron de prestado", tal como contó el cantante en más de una ocasión. En épocas donde secaban la yerba al sol, su padre consiguió trabajo en una fábrica de faros de auto en San Justo y, una vez que aprendió el oficio, logró que también ingresara su esposa.
Pese a que sus padres ahorraron dinero, hicieron su casa y pusieron una despensa propia, David trabajó desde los doce años y eso lo alejó de los estudios. Con la escuela primaria realizada, este hincha fanático de Racing Club ayudó a su vecino en la construcción de una vivienda y gracias a eso juntó sus primeros pesos. Así como llegó la plata, llegaron los años y las salidas. En la calle Provincias Unidas al 3839, en San Justo, el Dipy asistió por primera vez a Galaxy, una matineé típica de principios de los '90. Al ingresar, centró su atención exclusivamente en la cabina del DJ. Ni los tragos, ni las mujeres, ni el baile. No le importó nada más que la música. Tiempo después, en la avenida Gaona al 2800 de Ramos Mejía, visitó religiosamente el boliche Moon con el mismo fin: prestarle atención al DJ.
Él mismo contó que "pagaba la entrada solo para sentarme a ver cómo pasaban música". Pasaron tres meses y "Billi, el DJ, me dijo ‘Vení que te enseño’". Esa fue la puerta de entrada al mundo de la noche. Cuando Dipy empezó a pasar música por cuenta propia en diversas fiestas de la zona, conoció a Sergio Galván, alias "Fideo", cantante, compositor, tecladista y uno de los pioneros más reconocidos de la cumbia villera y la movida tropical. Fideo, tiempo después, le propuso formar parte de la banda de cumbia El Empuje.
Con "Fideo" como cerebro y Dipy como cantante, El Empuje empezó a sonar a en todos lados. Radios, estéreos y casetteras reproducían, allá por 2006, una y otra vez gloriosos hits del momento que fueron agrupados en el disco debut, “Cumbia Cha Cha”. Un año más tarde, el material “Estamos Más Allá De Mi Rosquete” se convirtió en disco de oro y platino. Las giras de todos los fines de semana fueron moneda corriente y desembocaron en el programa de televisión Pasión de Sábado, la "Primera División" de las bandas de cumbia.
Tras el último material discográfico de la banda lanzado en 2008, cuando la fama era total y la popularidad los abrazaba, Dipy y Fideo separaron sus carreras para convertirse en solistas. Con tres discos como solista y un pelotón de canciones, el Dipy volvió a pisar fuerte en la televisión cuando participó del "Bailando por un sueño" 2017, impulsado por su pareja, la modelo Mariana Diarco, quien dos años antes lo había denunciado por violencia de género, pese a que tiempo después habló del hecho y señaló: "No es que sea mentira, pero no fue como lo relaté".
Para 2020, el cantante devoto del Gauchito Gil también incursionó en el automovilismo, algo que ya había ocurrido de manera fugaz en 2015. "Me siento, me pongo el buzo y soy yo: Adrián. La música, en cambio, es mi laburo. Soy fanático de los autos desde que soy chiquito. El papá de mi amigo nos llevaba a ver TC cuando yo tenía 9 años, nos colábamos en el Gálvez", contó Dipy en una entrevista. Corrió en la categoría Top Race Junior, donde incluso alcanzó un podio, en el Autódromo Oscar y Juan Gálvez.
Paralelamente, la música siguió siendo su principal actividad. Tras firmar contrato con el sello discográfico MOJO, Dipy sacó temas que tuvieron un importante alcance como "Jaguay" y "Par-Tusa", canción que sonó hasta en el vestuario del Paris Saint Germain, mientras los franceses celebraban el pase a la final de la Champions League de aquel año.
El candidato que dice odiar la política
Sin lugar a dudas, la pandemia fue un quiebre en la exposición mediática de David Adrián Martínez. Sumergido en la cuarentena y cargado de odio, el cantante apeló a las redes sociales y subió videos donde recriminó, repudió e insultó al Gobierno por las medidas contra la propagación de la COVID-19. Twitter fue uno de sus pilares. Allí dejó frases que, paradójicamente, hoy resultan contradictorias. "Voy y a dejar algo en claro porque se ve que no entienden qué pienso: por las cosas que escribo aca, varios políticos me escriben para ver si quiero formar parte de su partido. Primera y última vez que hablo d esto: LA GENTE HONESTA NO SE METE EN LA POLÍTICA. ¿Ta claro? Besis" (sic).
Y siguió: "Vuelvo a poner esto porque parece que no entendieron. No me manden más msj. No quiero formar parte de ningún partido político. Creo en mi. No creo en los políticos. Para mi Son todos chorros. El que se fue, el que esta y los que van a venir. ¿Listo? Ok. Dejen de joder ya".
Dada la repercusión de sus mensajes públicos, rápidamente se convirtió en tendencia de Twitter. Ni lentos ni perezosos, los productores de televisión dedicados al debate político no tardaron en levantar el teléfono y, de un momento a otro, Dipy ocupó los sillones de los programas cuyas líneas editoriales iban en sintonía con la retórica del cantante.
Con el correr del tiempo, las mesas que frecuentaba el cantante lo juntaron con el precandidato a presidente de La Libertad Avanza. Al igual que Milei, Dipy quedó más de una vez pedaleando en el aire ante un retruque de un periodista. Pero al economista, que se hizo famoso por enumerar teóricos y clásicos de las viejas doctrinas liberales durante sus apariciones en programas de radio y televisión, eso le parece un activo. En más de una ocasión, Milei elogió al Dipy por "el sentido que tiene de la realidad", ya que "no estuvo lastrando libros".
El Dipy asegura "no estar preparado", aunque siempre dice que "La Matanza está hundida en la pobreza" porque las 1.837.774 personas que la habitan "es pelotuda para votar". Si se deja convencer por Milei, tendrá que salir a buscar esos votos. Si eso pasa, el hombre que dice no haber creído nunca en la política posiblemente sea candidato a gobernar al municipio más poblado de la provincia de Buenos Aires.