Cuando 2023 finalice y los gobernadores cuenten el dinero que por coparticipación federal hayan recibido, Axel Kicillof se dará cuenta que sus reclamos fueron infructuosos y que no solo no mantuvo el lugar que ocupó en 2022 en el reparto, sino que cayó al último puesto, tras ser superado por el distrito gobernado desde finales de 2015 por Horacio Rodríguez Larreta.

Así lo indica un estudio que realizó el Instituto Argentino de Análisis Fiscal, que con sus datos valida el histórico reclamo de Buenos Aires. Según el documento, las provincias que más aportan a estos fondos coparticipables son precisamente las que menos reciben.

El IARAF informó que las cinco jurisdicciones que más transferencias per cápita reales recibieron fueron: Tierra del Fuego, Catamarca, Formosa, La Rioja y La Pampa. En contraposición, el quinteto que menos recibió estuvo compuesto por CABA, Buenos Aires, Mendoza, Córdoba y Neuquén.

¿Cómo se reparte la torta?

Durante 2022, las provincias y CABA recibieron en promedio $298.000 de transferencias per cápita reales (a diciembre del 2022) por parte del gobierno nacional en concepto de coparticipación, leyes especiales y compensaciones.

Pero la palabra “promedio” que dialécticamente equipara el reparto no tiene correspondencia con la realidad, ya que son varias las provincias que reciben sumas por encima de la media (10) y muchas más las que están por debajo (14).

El estudio agrupó a las 24 jurisdicciones nacionales en función de sus ingresos promedios y de sus densidades poblacionales, en cuatro grupos más homogéneos.

En el grupo Altos ingresos y alta densidad poblacional, Santa Fe fue la jurisdicción que más transferencias per cápita reales recibió en 2022, con un monto aproximado de $213.000 ($85.000 por debajo del promedio). Le siguen, dentro del grupo, Córdoba ($185.000), Mendoza ($172.000), Buenos Aires ($113.000) y CABA ($61.000).

Donde se ubicó a las jurisdicciones con altos ingresos y baja densidad, Tierra del Fuego lidera las transferencias per cápita reales recibidas en 2022, con aproximadamente $534.000 ($236.000 por sobre la media). Le siguen, dentro del grupo, La Pampa ($430.000), Santa Cruz ($397.000), San Luis ($344.000), Río Negro ($274.000), Chubut ($222.000) y Neuquén ($203.000).

Para las provincias con bajos ingresos y baja densidad, Catamarca fue la jurisdicción más beneficiada con aproximadamente $521.000 ($223.000 por encima del promedio). Le siguen, dentro del grupo, Formosa ($498.000), La Rioja ($442.000), San Juan ($339.000), Santiago del Estero ($326.000) y Salta ($225.000).

Finalmente, las provincias con bajos ingresos y alta densidad, donde Chaco fue la jurisdicción que más transferencias per cápita reales recibió en el año 2022, con

aproximadamente $365.000 ($67.000 por sobre la media), seguida por Jujuy ($295.000), Entre Ríos ($284.000), Corrientes ($263.000), Tucumán ($232.000) y Misiones ($219.000).

Las cifras marcan sin error que los habitantes de la provincia más austral de nuestro país recibieron $4,72 por cada peso destinado a un bonaerense. En el caso de los catamarqueños la cifra disminuye a $4,61. En la provincia de Gildo Insfrán, la relación fue de $4,40. 

Para las 10 provincias que más recibieron -y que están sobre el “promedio”- los montos van desde los 326 mil pesos por habitante hasta los 534 mil.

Pero si la comparación fuera con Mendoza, que es la provincia que está inmediatamente por encima del distrito comandado por Kicillof, veremos que recibe un 52,21% más de lo que llega a Buenos Aires, y aunque esta cifra parece insignificante frente a las casi 5 veces que reciben los habitantes del Tierra del Fuego, sigue mostrando una gran inequidad con Buenos Aires.

Los números son claros y tanto la CABA como la provincia de Buenos Aires fueron en 2022 los dos distritos que menos dinero por habitante recibieron, a pesar de que el distrito gobernado por Kicillof es el que más aporta a los fondos coparticipables y al PBI del país.

El 2023 y el fallo de la Justicia

Tras el fallo de la Corte, la suma por persona en Buenos Aires apenas se incrementará en $2000, pero la Ciudad duplicará sus ingresos y llegará a los 128 mil pesos per cápita.

En ese marco, se estima que durante el año 2023 las provincias y CABA recibirán transferencias per cápita reales promedio de $300.000 por parte del gobierno nacional en concepto de coparticipación, leyes especiales y compensaciones.

Es importante resaltar que el crecimiento de las transferencias por habitante reales promedio entre el 2022 y el 2023, es producto del aumento en la coparticipación per cápita real que recibiría CABA como consecuencia de la medida cautelar, ya que el resto de las jurisdicciones percibirán montos reales similares a los del 2022.

La Coparticipación Federal de Impuestos fue un mecanismo que nació para acabar con las asimetrías, pero solo logró profundizarlas y a pesar que la reforma constitucional de 1994 ordenó dictar una nueva ley, a casi tres décadas de ese mandato, el texto para discutirla no aparece.

Todo esto continúa ubicando a Buenos Aires como la última en la cola, a pesar de ser la que más pone en la balanza, algo que deberá cambiar de cara al futuro para darle más justicia financiera al distrito más poblado, con mayor superficie, y con el mayor entramado productivo de la nación que además no cuenta entre sus beneficios, con las regalías que otorga por ejemplo la actividad petrolera si tienen provincias que en el reparto de los fondos coparticipables se ven mucho más beneficiadas.

La voz de Kicillof

El mandatario bonaerense reclamó una vez más y a viva voz el 6 de marzo, durante la apertura de las sesiones legislativas en la Cámara de Diputados bonaerense, luego de que la Corte restituyera a la CABA los 2,35 puntos porcentuales que el gobierno Nacional les había quitado.

Debido al fallo, este año se duplicará la suma que el gobierno nacional le otorgó a la CABA por cada uno de sus habitantes en 2022 y mantendrá casi intacto (o con una variación muy pequeña) lo que llega a las 23 provincias para los suyos. Este dato indica que a pesar de que la inflación arremeta contra la economía de los habitantes de todo un país, todos los distritos deberán ceder durante 2023 pequeños porcentajes de sus partidas para que los habitantes de la Ciudad puedan duplicar lo que su gobierno percibe por cada uno de ellos en concepto de coparticipación.

Así lo afirmó Kicillof en el Salón Dorado de la sede administrativa bonaerense, cuando tras una reunión con intendentes indicó que “No tiene ninguna lógica quitarle recursos a las provincias, y a la nuestra entre ellas. No es un problema de la ciudad de Buenos Aires con la provincia de Buenos Aires. Es un problema de la ciudad de Buenos Aires que por chat decidió que iban a sacar recursos a todas las provincias Argentinas para dárselo a la jurisdicción más rica del país”.

Durante toda su gestión el gobernador insistió sobre el tema y puso de relieve los 203 kilómetros cuadrados de superficie de la CABA contra los más de 300 mil de la Provincia; los 17 millones de habitantes que pueblan el suelo bonaerense contra los 3 millones que recorren las calles porteñas; la cantidad de escuelas, hospitales, caminos, obras de agua y demás cuestiones que tienen que atenderse en una y otra, pero nada de esto parece servir como argumento ante una Corte que sigue favoreciendo a quienes viven del otro lado de la General Paz.

Buenos Aires aporta casi un tercio del PBI de nuestro país (el 40% si se deja afuera a la CABA) pero recibe apenas el 21,7% de los fondos coparticipables, y esta situación obviamente genera malestar y descontento en la sede administrativa de calle 6, haciendo que Kicillof aproveche cualquier micrófono que se le ponga adelante para denunciar la discriminación que sufre la provincia en este sentido.

Pero cabe destacar que la CABA no es la causante de todo este problema, sino que el propio sistema que nació con un objetivo solidario, para beneficiar a las provincias menos desarrolladas, fue el mismo que generó que algunas de ellas descansaran en los fondos enviados por la Nación en lugar de usarlos para generar bienestar a largo plazo en su población.

Los números no mienten y con apenas un vistazo se puede concluir que los distritos más favorecidos por los fondos enviados desde el gobierno nacional son más pobres y tienen menos incentivos para la actividad privada. Sostienen el empleo público con las partidas de dinero coparticipable al empleo público.