Hay tres tiempos en el discurso de Cristina. Los mismos no guardan entre si una relación homogénea, cada uno tiene su propia especificidad a desentrañar.
Los tres tiempos pueden ser designados con los propios términos que Cristina propuso: Acuerdo, La postal del país que vivimos, Hijos de la generación diezmada.
Acuerdo : no es la primera vez que se presenta esta cuestión en su discurso; cada vez que habla del bimonetarismo que atenaza a la Argentina la consecuencia lógica es el llamado a un Acuerdo. Se trataría de qué los distintos sectores depongan transitoriamente su antagonismo y acepten un acuerdo patriótico y fundacional que impida la dolarización del país. Unas nuevas bases para otro comienzo en la historia de la Nación. Existen referencias históricas de este tipo de acuerdos: el gran Acuerdo nacional propuesto por Perón que tuvo, como es sabido, un desenlace fallido y luego trágico. O en España los pactos de la Moncloa, ejemplo que si bien fue efectivo, no resulta muy útil dado que fue monitorizado por la Unión Europea y su hegemonía alemana. Tal como he señalado en otra nota, el enigma que aún se esconde en este posible acuerdo, es cuáles son los actores del mismo, especialmente cuando tendrían que apartarse de la "máquina de guerra" desplegada por la derecha argentina. Sería una suspensión estratégica de los antagonismos con miras a salvar al país de su devastación inflacionaria. Lo que le otorga veracidad a este acuerdo es que sería la única forma de salvar al país de la pendiente de la dolarización. El problema está en quiénes aceptarían ese llamado y si tienen vocación patriótica para algo semejante. Obviamente no parece nada difícil descartar a Milei y a Bullrich de esta gran operación.
La postal del país que vivimos
En este punto Cristina, con su gran capacidad argumental, da cuenta de la secuencia que val del 55, pasa por el horror del 76 y culmina en estos días con el intento de su asesinato y el modo siniestro en que fue tratado por los medios hegemónicos, la Justicia y los distintos dispositivos de poder.
En esta postal donde el paisaje muestra sin velos una cuasi ruptura del pacto democrático, se revela otra cuestión: ¿hasta dónde el Poder neoliberal está de verdad involucrado en mantener la forma democrática? Esta, sin duda es otra cuestión, un debate teórico y político que se presenta en el interior del discurso de Cristina y que entra en tensión con el llamado al Acuerdo.
Hijos de la generación diezmada
Si el kirchnerismo es la renovación del peronismo es porque asumió como ninguna otra fuerza política la herida trágica de la dictadura. No es la única, pero sí la que anudó lo nacional y popular, los derechos humanos y la cuestión clave de la relación de la mujer con el actual régimen patriarcal.
En el kirchnerismo ha tenido lugar el momento más virtuoso de la política argentina: el acceso a importantes responsabilidades de Estado por parte de sobrevivientes del genocidio. En este horizonte es en donde tal vez se dilucide quién puede ser el próximo candidato o candidata, quien lo sea tendrá que asumir una novedad apasionante, en un país presidencialista tendrán que convivir de un modo no conflictivo, el posible Presidente y la conducción estratégica que sin duda será asumida Cristina.
La mitología romántica que indica que entre el pueblo y su líder fluye una comunicación sin obstáculo y sin necesidad de lectura, aquí en esta encrucijada ha quedado obsoleta.
Después de cada intervención de Cristina surge un trabajo de lectura que debe intentar ser práctico y extraer consecuencias políticas que pongan un límite al goce hermenéutico que se demora a la hora de las decisiones .
Estos apuntes intentan seguir está orientación.