En la acción política vemos que los consensos, aún dentro de un mismo partido, son necesarios y a veces imprescindibles. La realidad y la historia nos lo demuestran con numerosos ejemplos.
Esa armonía de pensamiento interno que se extiende a la comunidad y lleva a una buena gestión, se nutre de personas con visiones muchas veces diferentes y es bueno que así sea. Para evitar los unicatos, que quizás entusiasman a muchos pero pueden dejar a la sociedad inerme ante cualquier aventurero.
Este filtro virtuoso es claramente necesario para las macro políticas de un país, pero no para el desarrollo de todas las instancias más específicas dentro de una gestión de Gobierno, como la ciencia y tecnología, la cultura y el deporte, entre muchas otras.
En ese cruce de mundos entre los temas reales y las discusiones de café, entre personas de muy diferente formación, es donde muchas veces se encuentran las causas de gestiones anodinas o directamente fracasadas.
Por ejemplo, en el deporte, una vez designada la conducción por medio de los mejores expertos en el tema y consecuentes con la línea de gobierno general, la acción política en esas áreas acotadas se debe circunscribir a la rápida gestión de los recursos disponibles. Y no a un debate entre o con los políticos de carrera, que eventualmente ocupan ese lugar, de idéntica manera como podría ser en minería, pesca o energía.
De esos debates entre los lamentablemente pocos expertos y los numerosos políticos que atesoran diferentes experiencias, solamente brota lentitud exasperante en la gestión y frustraciones entre los conocedores, que se sienten muchas veces maniatados por la diferente dinámica o por la falta de conocimiento específico de los que ocupan circunstancialmente un cargo.
Esto pasó y les pasa a muchos funcionarios buenos que no pueden dar todo de sí, ante un escenario que diariamente es deliberativo cuando debe ser ejecutivo.
Es evidente que cualquier país necesita macro políticas claras, consensuadas entre la mayor parte posible de los actores parlamentarios y/o partidarios, pero luego de definidos los rumbos y establecidos los presupuestos, los únicos que deben conducir los procesos técnicos son los que saben.
Es en ese sentido que aún existe desinformación entre las similitudes y diferencias que existen entre lo macro, y el quehacer cotidiano o de mediano plazo, que no puede ni debe ser discutido con quienes hacen los primeros palotes en esa actividad.
* Ex Director Nacional de Deportes.