La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal es la figura excluyente de la campaña bonaerense de Cambiemos. Como parte de la estrategia, fogoneada por las encuestas y los focus group, viene dejando a los candidatos el rol de actores de reparto. Ayer Esteban Bullrich, Gladys González y Graciela Ocaña la observaron desde un costado del escenario como desplegaba su histrionismo para intentar atraer algún votante más ante un cuadro complejo para el oficialismo. Vidal llamó a los vecinos bonaerenses a hacer “oír su voz y digan que no vamos a aflojar”.
Incluso, el presidente Mauricio Macri fue excluido de los actos en el Conurbano, luego de que las encuestas que consumen en Balcarce 50 casi como una droga les dijeran que no ayuda a empujar el voto. Vidal quedó sola para ponerse la campaña al hombro. Macri aparecerá tan solo en un acto en Azul, que apunta al electorado del interior bonaerense.
Ayer esa estrategia se volvió a desplegar en Mar del Plata, con Vidal como principal dirigente (aunque no es candidata) y en abierta confrontación con el peronismo: “Sabemos que el cambio no les llegó a todos. Claro... son 18 meses contra 25 años”, responsabilizó a la pesada herencia.