En los papeles River estaba en condiciones de ganarle con facilidad a Platense. En el arranque del partido el equipo de Demichelis se puso en ventaja, y eso hacía pensar que esa gran diferencia individual y colectiva se iba a concretar sin problemas.
Y si se toman en cuenta los últimos cinco minutos en los que River, a favor de mucho espacio disponible y de su mejor resistencia física generó tres situaciones clarísimas, vuelve a aparecer la idea de la gran distancia.
Pero fuera de la teoría y de lo ocurrido en el arranque y el final del encuentro, la realidad es que en el balance de los 90 minutos, River no la pasó bien. Cometió errores defensivos y fue superado en algunos pasajes de un encuentro que no le resultó cómodo.
Los dos goles de River fueron muy parecidos. Y tuvieron a los mismos protagonistas: Solari, Borja y Nacho Fernández. Pase de Nacho, centro de Solari y gol del colombiano en el primero. Muy buen pase de Borja a Solari, centro, rebote en el tobillo de Jacquet, y gol de Fernández entrando solo en el segundo.
El gol de Platense se produjo por un doble error de Armani, que con una mala entrega generó el córner que terminó en gol. En el tiro de esquina ejecutado por Baldassarra al segundo palo, el arquero de River amagó salir y cuando quiso volver, la pelota, impulsada por el paraguayo Martínez de cabeza, viajaba hacia la red.
En gran parte del primer tiempo el equipo de Palermo maniató a River en el medio, y repartió el dominio de la pelota y el terreno. Esa tónica se mantuvo en la primera franja del complemento, Platense se arrimó mucho (tuvo dos tiros libres cerca del área) pero no puso en apuros a Armani.
Lejos de sus mejores momentos en este campeonato, sin que fluyera su buen juego, River ganó merecidamente y volvió a sacar una luz importante en la punta de la tabla.