Una verdadera multitud convocaron los movimientos sociales que, en coincidencia con el día de San Cayetano, el patrono de los trabajadores, recorrieron buena parte de la ciudad de Buenos Aires para culminar en la Plaza de Mayo. Bajo la sola consigna “Pan, Paz, Tierra, Techo y Trabajo”, la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC) le exigieron al Gobierno nacional la sanción de una ley de emergencia alimentaria que les permita para paliar la crisis que provocó la política económica del presidente Mauricio Macri: “El problema no son los trabajadores que quedan desempleados sino que este gobierno los lleva a la marginalidad y de ahí es muy difícil salir”, sintetizó Esteban “El Gringo” Castro de la CTEP.
El cierre de la movilización se hizo con la Pirámide de Mayo colmo telón de fondo. El primero de los dirigentes en hablar fue Daniel Menéndez de Barrios de Pie, quien afirmó que “estamos acá para reclamar algo que cualquier gobierno con un poco de sensibilidad aceptaría, que es la emergencia alimenticia, es fortalecer a los comedores, a los merenderos”. El dirigente aseguró que se ha incrementado la presencia de niños en los diferentes comedores que organizan y por eso “la necesidad de una ley de emergencia alimentaria” y agregó que lo se necesita con urgencia es que “se revea la política que lleva el Gobierno, que debe convocar al diálogo de manera inmediata”.
Cuando se realizaron los discursos ya se conocía la declaración de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que había dicho que “convertir a San Cayetano en una movilización es una barbaridad”. Menéndez no se olvidó y aseguró que “se nota que (la ministra) nunca siquiera le ha estrechado la mano a alguien que no tiene trabajo”.
En tanto, Alderete de la CCC aseguró que “el Gobierno quiere esperar a después de las elecciones (legislativas) para tratar la ley de Emergencia Alimentaria pero le decimos que el hambre y la desocupación no espera a las elecciones. No vamos a dejar la calle hasta que no tengamos la Ley que reclamamos”. Por otra parte, señaló que “necesitamos fortalecer esta unidad para defender los derechos del pueblo contra un gobierno que va a fondo contra los derechos de los trabajadores y no vacila en reprimir”. Al reclamo de la ley, Alderete también le sumó el necesario incremento de “salarios y jubilaciones de acuerdo al costo de la canasta familiar, defender el trabajo, parar los despidos y frenar las importaciones”.
El “Gringo” Castro fue el encargado de cerrar el acto. Habló con Juan Grabois a su lado. El dirigente aseguró frente a la multitud que “hemos caminado llevados por la fe del pueblo y por la reivindicación de los derechos de nuestro pueblo”. Señaló también que durante la extensa jornada no solo se rezó sino que además “vinimos a pelear por los derechos sagrados de nuestro pueblo que son paz, pan, tierra, techo y trabajo”. El dirigente social cuestionó la “concentración de la economía” en el país que la ejemplificó con “los seis hipermercados que fijan los precios, esos seis hipermercados son nuestros enemigos y son a los que el Gobierno beneficia. ¡Que bajen los precios!”, exigió.
Castro aseguró que todavía siguen peleando por la aplicación total de la Ley de emergencia social que se sancionó hacia finales del año pasado y que todavía el Poder Ejecutivo no la aplicó en su totalidad. Un dato que Castro remarcó como preocupante porque “ahora necesitamos la declaración de emergencia alimenticia” y advirtió que van “a seguir en la calle” hasta conseguir que el reclamo se vuelva realidad.
El referente de la CTEP reconoció que el Gobierno no rompió el diálogo con las organizaciones sociales pero advirtió que eso no significa que es fructífero. Por caso dijo que “el otro día hablamos con la ministra de Desarrollo Social (Carolina Stanley), es muy gauchita, podemos dialogar todo lo que quiera, pero le aseguramos: el 22 de agosto reventamos la plaza nuevamente junto a la CGT y a todo aquel que se quiera sumar”, indicó en referencia a la marcha que ya anunció la central obrera.
En su discurso, Castro no se olvidó y reclamó la aparición con vida del joven Santiago Maldonado, quien según varios testigos fue secuestrado por efectivos de Gendarmería en Chubut cuando reprimieron una manifestación mapuche.
Muy temprano en la mañana los militantes de las organizaciones sociales convocantes llegaron a la parroquia de San Cayetano ubicada en el porteño barrio de Liniers. Desde allí comenzaron a recorrer los quince kilómetros que los separaba de Plaza de Mayo (ver nota aparte).
Los marchantes hicieron una primera parada en la Plaza Once donde se habían implementado unas ollas populares para alimentar a los caminantes. En ese lugar se sumó el triunviro Juan Carlos Schmid quien llegó acompañado del judicial Julio Piumato y el aeronavegante Juan Pablo Brey. Estos acompañaron a la gruesa columna hasta Plaza de Mayo pero, tal como habían convenido, se retiraron y no participaron del acto final. Según confiaron integrantes de la organización el propio triunviro había expresado su deseo de no subir al palco para no quitarle protagonismo a los movimiento sociales.
La marcha hizo una corta parada en el Congreso de la Nación. Allí dejaron un petitorio con firmas recolectadas para reclamarle a los legisladores la elaboración y sanción de una ley que declare la emergencia alimentaria.
Pero no fue la única columna ya que otras organizaciones sociales, sindicales y políticas se plegaron a la convocatoria desde otros sectores de la Capital Federal y que fueron confluyendo a la plaza hasta colmarla. Así, largas filas de manifestantes comenzaron a llegar a la plaza desde Avenida de Mayo, de Diagonal Norte y Diagonal Norte. Algunas de estas provenían desde la zona sur de la ciudad, de Puente Pueyrredón. De a poco en la plaza ya no había espacio para desplazarse.
El palco fue organizado como en dos plantas. En la de abajo, casi al ras del piso, la ocuparon los locutores quienes afirmaron que había más de 300 mil personas participando. Allí también colocaron dos imágenes. Una de ella era de San Cayetano y otra de la Virgen de Luján que la trajo un grupo de manifestantes que partieron el sábado desde la Basílica y luego de dos jornadas de caminata llegaron en la mañana de ayer hasta la iglesia de San Cayetano para sumarse a la movilización. En la planta alta del palco estuvieron Castro y Grabois de la CTEP, Alderete de la CCC y Menéndez de Barrios de Pie.
Una de las columnas más importantes fue la que aportó el Movimiento Evita que, a la sazón, sus diputados impulsan en la Cámara baja el proyecto. En ese marco, Leonardo Grosso aseguró que “miles de personas pierden todos los días el trabajo y la capacidad de compra, por eso los trabajadores de la economía popular salimos a frenar el ajuste”. La iniciativa cuenta con el respaldo del bloque del Frente para la Victoria y de los legisladores de la izquierda. Ahora resta ver si las bancadas logran coordinar para que entre las PASO y los comicios de octubre puedan llevar el proyecto al recinto.
“Fue una movilización muy heterogénea, pacífica y firme que, a pocos días de las PASO, envió un claro mensaje al gobierno sobre el difícil momento que vive el sector del trabajo informal pero también de los trabajadores registrados”, sintetizó Luis Cáceres del sindicato de Ladrilleros y nexo entre la CGT y la CTEP.