El precandidato a gobernador bonaerense del PRO Néstor Grindetti empezó a calentar la interna del macrismo en la provincia diferenciándose claramente de su contendiente Diego Santilli. Dijo que tiene con él “diferencias profundas” y le dedicó una chicana que pone en tela de juicio su territorialidad: “Yo pongo sobre la mesa mis antecedentes de bonaerense”, algo que el porteño Santilli no puede exhibir en buena medida.
“Tengo diferencias profundas en cuestiones tácticas con Santilli y con Horacio (Rodríguez Larreta), pero no de valores”, subrayó el elegido de Patricia Bullrich para representar al ala más dura del PRO en la elección primaria del principal distrito electoral del país.
Pase de facturas por el pase de distrito
El modo con que el intendente de Lanús -con pedido de licencia para ser presidente interino del club Independiente de Avellaneda- eligió para comenzar la campaña de cara a agosto fue mostrar sus pergaminos de bonaerense, algo que Santilli no puede lucir.
Si bien Grindetti se desempeñó como ministro de Economía de Mauricio Macri en los ocho años de este al frente de la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, su origen es lanusense; de hecho, es intendente de ese distrito hace casi ocho años.
Santilli, como es sabido, es porteño de pura cepa. Nació allí e hizo toda su carrera política en la ciudad. Fue ministro porteño, llegó a ser vicejefe de gobierno de Larreta y ocupó distintos cargos desde 2009. Actualmente es diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, implantado allí hace dos años en una estrategia del macrismo por imponer una cara nueva que limpie la mala imagen que dejó María Eugenia Vidal en su paso por la gobernación.
Grindetti no dudó en aprovechar estas diferencias, así que le sacó brillo a su chapa y se la enrostró a su oponente interno: “Pongo sobre la mesa mis antecedentes de bonaerense”, lanzó durante una entrevista por Futurock.
Durante la charla, consideró que “uno de los atributos importantes para ser gobernador es haber sido intendente”, porque “eso da experiencia en el manejo territorial” de un distrito provincial. “Es difícil que uno pueda ver las cosas desde La Plata (sede del gobierno provincial) si uno fue o no intendente”, se arrogó.
Luego intentó bajarle el tono a la chicana al aclarar que su intención no es “hacerle publicidad a Diego, que también tiene sus antecedentes”. Pero luego arremetió: “Yo puedo hablar con mucho criterio, y la campaña tiene que ser la muestra de los atributos de cada uno, después juzgarán los vecinos”.
La interna bonaerense del PRO
En un principio, a Grindetti también se lo acusó de ser un experimento del macrismo cuando se presentó como candidato a intendente bonaerense siendo ministro porteño. Es más, ahora también se lo cuestiona por haber dejado temporalmente la Intendencia de Lanús para hacerse cargo de Independiente de Avellaneda. Pero nada parece importarle.
Ahora está abocado a mejorar las finanzas de su club, mientras de reojo atiende la interna del PRO. Al respecto, ratificó que “la lista única en la provincia está descartada totalmente”, y aseguró que su interna con Santilli es la previa de la pelea de fondo entre Rodríguez Larreta y Bullrich.
Grindetti afirmó que “no me gusta nada el (posible) desdoblamiento” de las elecciones bonaerenses respecto de las nacionales, tal como se lo hizo en la ciudad de Buenos Aires, y consideró que una jugada como esa es “embarrar la cancha”. “Dije lo mismo cuando paso en la ciudad, no me gusta cambiar las reglas en la mitad del partido”, subrayó.
También salió a ponerle paños fríos a los malheridos que dejó su nombramiento como precandidato, por encima de los demás que se habían postulado. Entre ellos, el diputado Cristian Ritondo.
“Cristian está con nosotros”, aseguró y lo calificó como un “referente importantísimo” del PRO. Dijo que, ya que no será candidato a gobernador, “podría tener un rol legislativo” o bien jugar un papel “donde él se sienta más cómodo”. “Tiene muchísimas alternativas, pero lo importante es que estamos codo a codo”, insistió.