A pocos días del veredicto que halló culpables a los cuatro policías de la Masacre de Monte, un policía de la Bonaerense volvió a disparar por la espalda y mató. El muerto fue un ladrón que le había robado la moto y que, como se observa perfectamente en un video, ya no reprsentaba peligro alguno.
Igual que con el policía Luis Chocobar, la precandidata a presidenta del PRO Patricia Bullrich no dudó al tuitear. Escribió: "La policía debe tener el respaldo necesario para poder cumplir su rol". Agregó: "El policía actuó infraganti delito. Sin embargo, hoy está detenido". Fue un apuro, porque a las pocas horas fue liberado. Y remató Bullrich: "Si hubiera sido al revés, el motochorro estaría libre".
Es difícil entender qué significa "al revés" en el fraseo de la ex ministra de Seguridad de Mauricio Macri. Obviamente, si el motochorro le hubiera disparado al policía, y le hubiera acertado uno de los cinco tiros como sucedió efectivamente, claro que estaría libre. Pero lo más importante es quel policía estaría muerto. Rara la construcción. A menos que encierre un mensaje: hay que matar a los motochorros en cualquier circunstancia, y si un policía los mata no importa nada más. No valen ni los protocolos, ni el deber, ni las normas, ni la percepción de peligro ni las leyes. Se mata y listo. Un motochorro menos.
El problema de Bullrich es que, por nombrar un solo caso, ya cargó con un muerto por un disparo en la espalda. En noviembre de 2017 el prefecto Francisco Javier Pintos disparó en Villa Mascardi contra el chiquito mapuche Rafael Nahuel mientras lo perseguía. Pintos pertenecía al Grupo Albatros, la fuerza de elite de la Prefectura. En ese momento Mauricio Macri era Presidente y Bullrich su ministra de Seguridad. Pintos alegó "agresión ilegítima". Los jueces Marian Lozano, Richard Gallego y Ricardo Barreiro aceptaron la apelación de los abogados de Nahuel. Nada de agresión ilegítima. El chico estaba desarmado y recibió disparos de fusil. "No se puede dejar muertos en todos los desalojos", dijo entonces la abogada Florencia Arietto en su etapa no PRO. Después fue asesora de Bullrich y hoy está con Horacio Rodríguez Larreta. La diputada del Frente de Izquierda y de los Trabajadores Myriam Bregman criticó entonces a la ministra porque dijo que se había apurado "en instalar que Rafael Nahuel tenía pólvora en las manos".
Cuando el policía Luis Chocobar fue condenado a dos años de prisión en suspenso por "exceso en el cumplimiento del deber", el 28 de mayo de 2021, tras haber matado por la espalda a un ratero, Bullrich, que ya era presidenta del PRO, lo abrazó y le dejó una frase solidaria: "Vos hiciste todo lo que tenías que hacer, todo lo que tiene que hacer un buen policía".
Ismael Jalil es un abogado con mucha experiencia. Pertenece a la Correpi, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional. En conversación con este diario, analiza Jalil que "lo que dijo Patricia Bullrich en defensa del policía que asesinó al motochorro de Moreno se inscribe en la sublimación de la política de mano dura como toda respuesta para resolver cualquier conflicto con la sociedad". Para Jalil, esto "preanuncia lo que se viene si su coalición política arriba nuevamente al gobierno nacional", porque "pedir apoyo popular para el policía que mató sin ninguna causa de justificación y en clara condición de fusilador con el arma provista por el Estado, entrenado por el Estado y habilitado por el Estado, es generar consenso para que el crimen institucional se naturalice como ya lo hizo Bullrich con la nefasta Doctrina Chocobar".
Para Jalil, "al contrario de lo que propone Bullrich lo que se necesita es bajar los decibles de la violencia y de la inseguridad que nos atraviesa", y por lo tanto se impone desautorizar la portación fuera de servicio y condenar con la pena máxima a quien la usa, como en este caso".
Jalil usa una denominación entre técnica y coloquial, que toma de su experiencia como abogado en cientos de casos parecidos: "Es la práctica habitual y característica del gatillo fácil 'en ocasión de robo'. Se bajan de la moto simulando entregarla al ladrón, toman distancia y una vez que se aseguran de que no corren riesgos disparan sin ninguna circunstancia que los justifique".
¿Seguro no hay ninguna justificación de peligro posible? Jalil está seguro. No la hay. "Es un típico homicidio agravado por el uso del arma de fuego, y de ese modo zafan". Añade que "a veces hasta hay jueces que entiende que se trató de un exceso en la legítima defensa, pero para eso deberían darse tres condiciones conjuntas: agresión ilegítima, fala de provocación suficiente por parte de quien se defiende y proporcionalidad del medio empleado para repelerla". Jalil también está seguro de que en el caso de Moreno "esa proporcionalidad no está disminuida sino que directamente no existe".
"Y no hay que olvidarse de un detalle no menor por si llega a invocar el policía legítima defensa o hasta un exceso en legítima defensa", dice. "Siempre la legítima defensa la dla tiene que probar quien la invoca. O sea que el policía de Moreno debería probar que corría riesgo su vida o la vida de un tercero, cosa que parece claro que no ocurría de ninguna manera."
Según la estadística del Ministerio Púbico Fiscal, que encabeza no un izquierdista liberal sino un funcionario cercanísimo a Macri, Julio Conte Grand, vienen bajando en la Provincia los asesinatos intencionales en ocasión de robo. Incluso son más los asesinatos entre conocidos, familiares, amigos o vecinos. Y aumentan los femicidios. Si ése es el mapa del delito, ¿por qué sigue habiendo casos de policías bonaerenses que lo ignoran cuando están en una situación extrema en la calle? Y además, ¿qué antiguo reflejo no corregido lleva a matar, y a matar por la espalda? Tema para Sergio Berni.