Más allá de que intente mostrar solo actos de gestión en un contexto harto complejo, el ministro de Economía, Sergio Massa, conjuga con cada vez más intesidad su tarea en la cartera con la de co-armador -con el kirchnerismo y otros sectores- de la estrategia electoral y de candidaturas del Frente de Todos. Según confiaron desde su entorno a Página I12, en la cabeza del funcionario hay hoy dos datos, uno económico con conexión política y otro netamente electoral: el primero, que antes del 20 de junio planea cerrar la negociación con el Fondo Monetario (FMI) para el adelanto de los desembolsos, lo que sería un gesto de estabilización previo a las PASO; el segundo, que madura, tras diferentes reuniones con la vicepresidenta, Cristina Fernández, la idea de que haya un candidato de unidad a la presidencia, al menos desde ese binomio.
Massa, que sabe que el contexto y la inflación le condicionan el escenario, quiere que sea cualquiera acordado, pero que la fórmula presidencial del oficialismo sea solo una. En este contexto, plantea un debate que ya es frontal con la idea del Presidente Alberto Fernández de apoyar las primarias y candidaturas bajo su ala, como las de Daniel Scioli y Agustín Rossi. De hecho, hasta el canciller Santiago Cafiero salió a celebrar el lanzamiento del militante de Patria Grande Juan Grabois, alimentando en redes la línea pro PASO de la Rosada hasta con los candidatos que menos intención de voto tienen.
En la última semana, el ministro pasó al menos dos veces por el despacho de la vicepresidenta en el Senado, las charlas son políticas y económicas, pero Massa se ha tomado por costumbre no difundir ningún detalle de los encuentros con CFK. Esa conducta es algo que se mantiene desde los años de Cristina como Presidenta y funciona como un idioma, también, de los que la visitan. El mismo hermetismo mostró el propio "Chivo" Rossi cuando se reunió con ella antes de su exposición en el Congreso, semanas atrás. "Nada de lo relevante de esas charlas se sabe", es una máxima.
Hoy, haya o no PASO, hay dos bloques en el armado del FDT. Cristina y Massa (con sus diferencias) por un lado, y los albertistas por el otro. Como no parece ceder el Presidente en la idea de no ir a unas primarias, el otro polo le muestra los dientes con diferentes acciones, como la amenaza de Massa de presentar al salteño Gustavo Saenz como pre candidato en el Congreso del Frente Renovador el 10 de junio.
Hasta el 23 de junio se van a ver pulseadas casi diarias entre ambos bandos, pero a la espera del mensaje de Cristina el 25 de mayo, hay una única certeza: si el Presidente insiste con la PASO, alguno de sus candidatos tendrá que ir a las primarias con un candidato de unidad del kirchnerismo-massimo. Cualquiera sea su nombre o filiación, será solo uno. El lunes hubo un gesto elocuente en la materia: la foto de Máximo Kirchner y la mesa del Frente Renovador, armando en conjunto el acto del 25. Massa, en principio, no estará en ese palco, pero participa en el armado y juega.
La cuestión económica y los dólares
La frase de Massa de "no hay estabilidad económica sin estabilidad política" lo pone además pensando, como la vice, en que la ampliación del espacio oficialista debe contar con los gobernadores del Interior y con la CGT. En ese sentido, como la firma del PJ ahora es del formoseño Gildo Insfran, estiman ambos que las alquimias son más sencillas. Respecto al sindicalismo, el ministro resalta cada vez que puede las reuniones y charlas que mantiene con Carlos Acuña, de la CGT y del FR, con Héctor Daer y sobre todo con los Moyano.
Mientras tanto, el jefe de Hacienda se enfrenta a "su" final del mundo. En su entorno aseguran que antes del 20 de junio se cerrará el acuerdo para el desembolso en una vez de cerca de 10 mil millones con el FMI. Una vez ocurrido eso, viajarán el viceministro Gabriel Rubinstein y el Jefe de Gabinete, Leonardo Madcur, a rubricarlo. La decisión se demora porque el staff del organismo tiene una posición dura en la cesión del dinero y, sobre todo, en si se usará ese dinero para intervenir en los mercados, algo que el FMI aborrece pero viene dejando hacer, de hecho. Así las cosas, el que definió es el espectro político. En principio, Massa ya tiene el ok de Janet Yellen, la dama de hierro de Joe Biden, para avanzar en concreto.
La campaña del "modelo"
Ayer por la tarde Massa se la pasó en reuniones reservadas con sus equipos técnicos, mitines que van sobre lo económico y lo político. El ministro ya trabaja en las ideas que se verán en campaña.
La primera es que se enfrentarán dos modelos, el especulativo y devaluatorio de Juntos y Milei y el productivo y de trabajo del oficialismo. En paralelo, Massa empezará a vender como un logro del tándem massismo kirchnerismo que hacia fines de año el perfil exportador de Argentina pasará de ser solo agrícola a mitad agrícola-mitad energético.
Allí destaca las obras de los gasoductos de Bahia Blanca, el Néstor Kirchner y otros del Norte, que le permiten a Argentina dejar de depender enteramente de las divisas del campo. Según Massa, todos esos avances se concretaron con la salida de Martín Guzmán y el reordenamiento de las áreas de energía y producción en un solo lugar y bajo una lógica única.