Una mujer de 95 murió este miércoles en Australia, tras una semana de agonía, luego de haber recibido una descarga de pistola Taser por parte de un oficial de policía. Clare Nowland "murió en paz en el hospital justo después de las 7 esta noche, rodeada de su familia y sus seres queridos", afirmó en un comunicado la policía de Nueva Gales del Sur.
Nowland, que padecía demencia senil, se encontraba hospitalizada en estado crítico tras haber recibido un disparo de la pistola eléctrica Taser el 17 de mayo en un incidente que conmocionó a los australianos. Unas horas antes de su muerte, un oficial de policía de 33 años fue acusado por causar lesiones corporales graves mediante el uso de la pistola Taser.
El incidente se produjo en la residencia para ancianos Yallambee Lodge en Nueva Gales del Sur, cuando personal del lugar llamó a la policía para informar que una mujer estaba "armada con un cuchillo".
Qué paso con el oficial que disparó y la teoría del cuchillo
El oficial de 33 años que descargó la Taser fue suspendido e imputado por lesiones corporales graves con negligencia y asalto con lesiones graves. El agente deberá enfrentar un juicio en la primera semana de julio.
La semana pasada, la policía afirmó que la mujer estaba "armada" con un cuchillo de carnicero. El viernes, confirmaron que la mujer hacía uso de un caminador para desplazarse y que el policía descargo su pistola eléctrica cuando ella se le acercó "a paso lento".
"Usaba un caminador. Pero tenía un cuchillo", había dicho el viernes el comisionado asistente de la policía, Peter Cotter. En un comunicado, la familia de Nowland dijo ella era "una respetada, muy querida y generosa miembro de su comunidad local" además de la "querida y afable matriarca de la familia".
La señora Nowland vivía en el hogar geriátrico en el pueblo de Cooma, unos 114 kilómetros al sur de Canberra, la capital australiana, desde hace más de 5 años.
La policía dijo que sus pensamientos y condolencias "están con aquellas personas que tuvieron la suerte de conocer, amar y ser amadas por la señora Nowland durante la vida que llevó, caracterizada por familia, amabilidad y comunidad".
No es la primera vez que un policía mata a alguien con una Taser en Australia
Esta muerte no es el primera que se produce a manos de un oficial o más en Australia, a raíz del uso de las pistolas táser.
En el año 2012, el estudiante brasileño Roberto Curti perdió la vida en Sídney tras recibir 14 descargas eléctricas por parte de la Policía australiana, en un incidente en el que un tribunal del país encontró culpable en 2014 a cuatro oficiales por el uso excesivo de la fuerza que derivó en el fallecimiento del joven. Este, además, sufría en el momento de la muerte un episodio psicótico después de ingerir una sustancia psicotrópica.