El gobierno bonaerense anunció que, a través de una inversión de 550 millones de pesos, restaurará el histórico autódromo de Balcarce "Juan Manuel Fangio". La puesta en valor de lo que el gobernador Axel Kicillof denominó como "una verdadera joya de la provincia de Buenos Aires", consistirá en el mejoramiento de la seguridad en la pista, el acondicionamiento de las zonas de espectadores, los accesos y los estacionamientos.
"Hay pocas actividades que, como el automovilismo, tengan tanto alcance y movilicen a miles de bonaerenses, uniendo la pasión, el turismo y la familia, por eso nos propusimos, desde un primer momento, la puesta en valor del autódromo de Balcarce ya que es una verdadera joya. Tanto por el lugar donde está emplazado, por sus paisajes y por su peso simbólico para el deporte”, aseguró Kicillof en la firma del convenio, llevado a cabo el lunes en el Salón Dorado de la Gobernación.
El Autódromo Juan Manuel Fangio se ubica como uno de los más característicos del automovilismo nacional por diversos motivos. Nombrado en homenaje al "chueco", bicampeón del Turismo Carretera, pentacampeón de Fórmula 1 y nacido en Balcarce, en el baúl de los recuerdos guarda carreras históricas, épocas de apogeo y millares de movilizaciones masivas en sus inmediaciones. También un trágico accidente en 2011 que, a raíz de la muerte de Guido Falaschi, significó una década posterior sin motores sobre el asfalto.
"La puesta en valor de este autódromo trasciende lo automovilístico y tiene que ver también con potenciar turísticamente al municipio de Balcarce, que es una maravilla natural de la provincia de Buenos Aires que cuenta con una vista única para disfrutar más allá de la competencia deportiva”, remarcó Augusto Costa, ministro de Producción, Ciencia e Innovación Tecnológica.
Tras posicionarse como uno de los primeros grandes exponentes del deporte argentino a nivel mundial gracias a la potencia con la que el gobierno de Juan Domingo Perón apostó a los deportes, entre ellos el automotor, fue el mismísimo Fangio el que contó que el proyecto del Autodromo de Balcarce fue pensado, en sus inicios, para la ciudad de Mar del Plata. De hecho, la pista ya contaba con los planos y el financiamiento para ser concretada, pero el intendente de la ciudad balnearia no estuvo de acuerdo en realizarla. Su ciudad natal sí lo hizo, pero con una única condición: que llevara el nombre del ídolo. Fangio, alejándose de los flashes, quería que se llamara "Ciudad de Balcarce".
En 1970 se iniciaron los trabajos para remover más de 600 mil metros cúbicos de tierra y rocas. Inaugurada el 16 de enero de 1972 ante la presencia de 65.000 personas, la pista está ubicada en el noroeste de la Sierra La Barrosa, desde donde se la aprecia junto a la inmensidad del campo que abraza al municipio de Balcarce. "Yo quería que todo el mundo pase por mi ciudad antes de ir a ver la carrera", contó Fangio, al recordar de qué manera se ideó la ubicación. "Como circuito, por la zona en la que se encuentra, es el más panorámico de todos. Desde la sierra se ve toda la pista en su totalidad", le cuenta a BuenosAires/12 Alejandro Gagiulo, histórico seguidor del automovilismo.
Con el fin de trazar una carretera exigente para los pilotos, los terrenos en desnivel vinieron como anillo al dedo para alcanzar ese objetivo. Con curvas rápidas, chicanas, puentes, horquillas, rectas dinámicas y continuos cambios de nivel, al poco tiempo de ser inaugurada, la pista de Balcarce ya era un plaza habitual del Turismo Carretera, la máxima categoría del automovilismo nacional.
Ante las visitas masivas que generaba la competición, Balcarce desarrolló un sentido de pertenencia que lo situó como un digno destino fierrero. "Las competencias en Balcarce eran de las que más publico llevaba, ya que de las zonas aledañas iban todos, incluso cuatro días antes de la carrera, para obtener una buena ubicación", relata Gagiulo, quien aseguró que el circuito "es uno de los más pintorescos de todos, pero también de los más peligrosos".
Ese peligro latente que representaba el circuito terminó de palparse el 13 de noviembre de 2011, en la decimoquinta fecha del Turismo Carretera de aquel año. El prometedor corredor Guido Falaschi, figura del Turismo Carretera conocido como "el príncipe", perdió la vida en un trágico accidente, justo un día después de establecer el récord de la vuelta más rápida en la historia del circuito. El choque, ocurrido a la salida del paso por debajo del puente, fue la "mancha negra" que significó la ida de los campeonatos nacionales de la ciudad de Balcarce.
Esa misma fecha, en el circuito de prueba, el corredor Agustín Canapino también se había accidentado a gran escala. A 250 kilómetros por hora y tras quedarse sin frenos en la curva 1, al final de la recta, su auto salió despedido del circuito, voló sierra abajo y muchos coinciden en que, a partir de esa acción, el resto de la actividad tendría que haberse suspendido por falta de seguridad. De hecho, el accidente no tuvo peores resultados ya que no había público en ese sector, algo que sí ocurría los domingos, el día de la carrera.
Pese a que todas las miradas recayeron sobre el piloto Néstor Girolami, quien impactó a 140 kilómetros por hora contra el auto de Guido Falaschi segundos después de que este colisionara contra los neumáticos de contención, con el tiempo ese sentimiento de enojo se fue disolviendo entre sus colegas. En dialogo con TyC Sports, el piloto Gabriel Furlán aseguró: "El 99% es de negligencia de alguien, pero los únicos que no pueden ser responsabilizados de lo que pasó aquel día son los pilotos. Cuando uno organiza un evento y dirige una categoría, tiene muchísimo tiempo para tomar decisiones, pero debe tener la voluntad de proteger las vidas y es lo que en aquel momento no existió".
El mismo Furlán, dos días antes de la muerte de Falaschi y minutos después del accidente de Canapino, escribió en su Twitter una triste premonición: "Perdón 'Chueco', pero ahí no se puede correr. No creo que sea el único lastimado del finde". Por aquel entonces, la Asociación de Corredores del Turismo Carretera era conducida por Oscar Aventín, quien aseguró en conferencia de prensa que "fallar no falló nada", ya que "un minuto después terminaba la carrera", y que "el primer responsable de una tragedia es la fatalidad". Desde ese día, el Turismo Carretera no se volvió a correr en Balcarce.
"Para el mundo del automovilismo, Balcarce es como el Monumental o la Bombonera en el fútbol". dijo Leonardo Regueira, reconocido periodista del deporte automotor. Recién en el año 2019, para una prueba piloto de una categoría zonal, la cinta asfáltica de las sierras volvió a tener actividad gracias al trabajo de la Comisión Autódromo Balcarce, quien acudió a rifas, membresías de adhesión y hasta alquiler del circuito para test drives y publicidades, con el objetivo de sumar el dinero necesario para la refacción. Con el apoyo de la Asociación de Corredores del Turismo Carretera, el impulso por lograr que Balcarce restablezca su plaza histórica dentro del deporte automotor llegó a la meta el lunes pasado, con el anuncio del gobernador Axel Kicillof.
“Estamos dando todos los pasos necesarios para poner en valor un espacio que trasciende la cuestión local, porque está en el corazón del automovilismo argentino y del deporte nacional”, expresó el gobernador bonaerense, quien además de la remodelación integral del autodromo, enmarcó "su reposicionamiento como sede del automovilismo y motociclismo nacional" entre los principales objetivos de la inversión.