Desde Santa Fe
El párroco de San Javier, Sergio Capoccetti, perseguido y estigmatizado por los operadores de Mauricio Macri en la provincia y hasta denunciado ante el arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo, porque llamó "mentirosa" a la diputada del PRO Gisella Scaglia, tenía razón. El juez Iván Gustavo Di Chiazza lo absolvió de "culpa y cargo" por una denuncia que le plantó la legisladora por supuesta "violencia de género" y archivó la causa por inexistencia de delito. "Que los mentirosos te quieran llenar de calumnias por decir la verdad es un premio", dijo el sacerdote al notificarse de la resolución judicial y descartó la posibilidad de iniciar acciones legales contra Scaglia por falsa denuncia.
La investigación se inició a mediados de abril, cuando Scaglia denunció que el cura la había llamado "facha, hija de puta" después de un cruce en el estudio de una emisora de San Javier. Capocetti lo negó y hasta lo consideró otra "bajeza" de su denunciante. Y su relato de los hechos quedó probado en la causa: Scaglia ni siquiera concurrió a ratificar la denuncia, uno de los testigos dijo que Capocetti nunca insultó a la mujer y el sacerdote declaró lo que siempre dijo en público, que entró "a la radio" y llamó "mentirosa" a Scaglia porque ésta había negado el ajuste en los planes sociales.
El incidente ocurrió en plena campaña, mientras Scaglia era entrevistada por una FM de San Javier, donde justificó una represión a docentes que había ocurrido días antes y hasta se empeñó en negar los recortes en los planes Remediar y Materno Infantil. Capocetti escuchaba el reportaje en su auto y no pudo con su enojo, fue hasta la radio y en un momento, irrumpió en el estudio. "¡Señora diputada, usted miente!". Y le informó que los centros de salud de San Javier no recibían partidas de leche en polvo de la Nación desde hace un año y medio y los remedios escaseaban.
Ya en la puerta de la radio, Scaglia reprochó al sacerdote el tono y no haberle pedido disculpas, pero después le plantó una denuncia policial por supuesta "violencia de género" en la que imputó haberle dicho "facha hija de puta". Capocetti lo negó, dijo que los insultos no forman parte de su lenguaje y consideró la actitud de la legisladora como otra "bajeza".
El operativo contra el cura siguió con un planteo de dirigentes del PRO al arzobispo Arancedo, ante quien se quejaron por el presunto destrato a Scaglia y un ataque de los trolls a su página de Facebook, donde lo difamaron. "Estar al lado de los que necesitados no significa ser kirchnerista. Es simplemente ser pastor. Hoy hay gente que no lo comprende o no quiere comprenderlo para no caer en la verdad", se defendió Capocetti. La presión del PRO a la Iglesia tuvo su efecto porque Arancedo le "bajó línea" a Capoccetti y le pidió que termine la polémica.
Ayer, Capocetti anunció que el juez Di Chiazza lo había absuelto por la denuncia de Scaglia y archivó la causa. "Yo también voy a proceder a archivar este suceso entre las anécdotas de mi vida", dijo y descartó la posibilidad de demandar a Scaglia por falsa denuncia. "Que los mentirosos te quieran llenar de calumnias por decir la verdad es un premio. Yo puedo andar por la calle y presentarme ante la comunidad", cerró.