Poné los fideos

Si la comida, el paisaje, la cultura y las personas son parte de una totalidad indivisible, como le gustaba decir a Anthony Bourdain, entonces es lógico que exista un concurso de fotografía gastronómica que es a la vez un mapa cultural de los sabores del mundo. Se trata de The Pink Lady Photographer of the Year, que acaba de anunciar sus ganadores para la edición 2023. Con un jurado compuesto por fotógrafos y editores y con un equipo de “embajadores” interdisciplinario encabezado Ferran Adrià, la decisión fue premiar como mejor imagen “The candy man”, la foto de un vendedor de copos de azúcar en Mumbai tomada por el inglés Jon Enoch. “La imagen es parte de un proyecto personal: dediqué una gran cantidad de tiempo hasta obtenerla desde que vi por primera vez a los vendedores de algodón de azúcar. Me atrajo la yuxtaposición de formas y colores como parte del entorno urbano”, explicó Enoch en diálogo con la BBC. El concurso tiene varias categorías que trazan una mirada caleidoscópica en torno al universo gastronómico. Es así como las fotos tomadas en el campo tienen su lugar, igual que aquellas que a través del estilismo conciben la comida como una forma decorativa excelsa o las que comparten los influencers (¡al fin postear fotos de este tipo sirve para algo!). También se reconocen los momentos de alegría en torno a la mesa, las fotos de casamientos, las que son tomadas por niños o las que documentan la gastronomía callejera, entre otros rubros. Por ejemplo, Khanh Phan Thi, de Vietnam se llevó el premio a la mejor foto de cosecha por una imagen espectacular tomada en medio de la tormenta y la italiana Carla Sutera Sardo es autora de la mejor foto tomada por mujeres por el retrato de una anciana en su cocina durante la pandemia. Las fotos se exhiben en The Royal Society de Bristol hasta el 11 de junio. Pero también se pueden ver en la web de este concurso de una exquisitez absoluta, tanto en términos literales como metafóricos.

El retorno de Boddah

La Fender Stratocaster negra de Kurt Cobain está cubierta de rayones y madera astillada. Los nombres de Kurt y de Nirvana están mal escritos. Y la guitarra en sí, que una vez se rompió y se volvió a armar, ya no se puede tocar. Sin embargo, se acaba de subastar por 596 mil dólares, casi diez veces más que el precio de apertura. La guitarra finalmente fue reparada y regalada a Mark Lanegan, amigo y colaborador de Cobain. “¡Hola, Mark! Con amor, tu amigo, Kurdt Kobain, Estrella de rock lavada”, escribió Cobain con marcador plateado en el cuerpo de la guitarra. Otras referencias icónicas de la Fender son la inscripción “Boddah Lives”, grabada en la placa del mástil, que hace referencia al amigo imaginario de la infancia de Cobain que sigue intrigando a sus fans. Krist Novoselic y Dave Grohl también estamparon sus nombres. El estuche de la guitarra también incluye la frase "Abort Christ" escrita en grandes letras blancas. “Los artículos de Kurt Cobain o de Nirvana son cada vez más difíciles de obtener y son de los más requeridos de todas las bandas de rock”, dijo a NPR Darren Julien, director ejecutivo de Julien's Auctions a cargo de la subasta. Se sabe que a Kurt le gustaba destruir guitarras y esta en particular, según la leyenda, fue estampada contra el piso mientras Nirvana grababa el incombustible Nevermind a principios de los noventa. Es lógico que Julien haya subrayado que se trata de "un objeto particularmente especial” que parece sintetizar la vida breve de Cobain.

Un pedazo de pizza

La cadena DRG, en Glasgow, debió retirar toda la cartelería en los subtes que promocionaba las bondades del restaurante italiano Barolo con el David de Miguel Ángel a punto de zamparse una porción de pizza. Si el slogan era algo así como “Más italiano no se consigue”, parece ser que la empresa Global, que supervisa la publicidad en el transporte público de la zona, decidió mostrar los dientes al modo escocés. La razón es que se consideró de mal gusto este David desnudo, por más que sea una de las esculturas más icónicas del Renacimiento. Global primero propuso que DRG enmendara los anuncios originales colocando calcomanías de la bandera italiana para ocultar las zonas pudendas del buen David. Desafortunadamente, una vez impresas, esas pegatinas resultaron demasiado pequeñas. Al final, DRG y Global acordaron un diseño actualizado en el que el protagonista está recortado por encima de la cintura. “La composición no es la misma y parece extraño haber cortado la mitad de una figura icónica, por lo que se distorsiona la propuesta desde nuestro punto de vista”, se quejó Nadine Carmichael, directora de ventas y marketing de DRG. Los anuncios de años anteriores mostraban a la Mona Lisa comiendo espaguetis y Dios, como se muestra en La creación de Adán, entregando una porción de pizza. La misma que, suponemos, estaba comiendo David antes de que lo vinieran a molestar por exhibir su cuerpo de una belleza indiferente al paso de los siglos.

El sabor del encuentro

“Fácil de tomar, fácil de disfrutar” fue el slogan de la cerveza Bud Light durante los avisos del último Superbowl. Sin embargo, la espuma comenzó a crecer y como resultado, la empresa se encuentra con un revés en sus finanzas mientras intenta que el branding y la corrección política se unan para dejar contentos a todos. El asunto empezó en abril cuando Dylan Mulvaney, una mega influencer trans de TikTok, mostró una serie de latitas con su rostro para promover un concurso de Bud Light en las redes sociales. Fue entonces cuando varios ciudadanos de bien pusieron el grito en el cielo, diciendo que cómo era posible beber una lata con la foto de “un chico vestido de chica”. De nada sirvió que Alissa Heinerscheid, vicepresidenta de marketing de Bud Light, saliera a aclarar que las latas personalizadas habían sido un regalo sólo para Mulvaney. De hecho, Alissa –contratada en su momento con el mandato de que las ventas de la cerveza dejen de caer, algo que había logrado en su momento con el nuevo slogan– fue despedida. Por su parte, la empresa responsable de la campaña, Anheuser-Busch, explicó que Dylan es sólo una de las muchas personas influyentes que permiten que la marca “se conecte de manera auténtica con distintas audiencias”. Incluso aclaró que la lata de Mulvaney “fue un regalo para celebrar un hito personal” ya que Dylan comenzó publicando para unos pocos sobre su transición mientras que actualmente tiene casi once millones de seguidores sólo en TikTok. Pero el razonamiento logró echar más leña al fuego. Y el ala conservadora difundió el rumor de que Anheuser-Busch había dejado en la calle a todo su equipo, algo desmentido luego por Associated Press. Mientras tanto Bud Light, ya en estado de desesperación por la escala de la controversia, accedió a convocar a un grupo de empresarios republicanos de Washington como consultores para que no se sigan enojando. Y paralelamente, el cantante Kid Rock subió un video en Twitter donde disparaba con su AR-15 contra un pack de cervezas aguadas para dejar en claro que la campaña no le gusta y la cerveza aguada, menos. Aunque recibió elogiosos bravatas por su particular modo de hacer justicia por mano propia, mucha gente salió a cuestionarlo, incluso el padre de un chica que murió en el tiroteo en la escuela de Parkland en 2018. A todo esto, Dylan (que ya promocionó otras marcas, Nike incluida) dijo: “Hubo tanto ruido que decidí sentarme en el asiento trasero y ver qué pasa”. Y lo que pasa es que sus seguidores siguen subiendo mientras Bud Light intenta no perder más plata en estos tiempos líquidos.