Caja negra

Luis Ortega

2002

La ópera prima de Luis Ortega, estrenada en pleno boom del Nuevo Cine Argentino a comienzos de siglo, ofrece la primera actuación central de Dolores Fonzi en un largometraje, en el papel de una joven que cuida de su abuela muy anciana al tiempo que se reencuentra con el padre luego de que este sale de prisión. Para la actriz, que contaba apenas con veintidós años, esa película la hizo conocer la autogestión en el cine. “Éramos cuatro y hacíamos de todo. Fue una manera de ver el atrás y el delante de cámara de manera más fluida. Producir una película sin darte cuenta demasiado de cómo lo estás haciendo. Más allá de actuar, de estar en prácticamente todas las escenas, recuerdo estar en mil cosas más. Así conocí lo autogestivo en el cine”. Caja negra fue rodada en un formato de video digital de baja resolución y ampliada a 35mm para su exhibición en festivales, y disfrutó de un estreno reducido que, sin embargo, tuvo mucho impacto en la crítica.

El aura

Fabián Bielinsky

2005

El segundo y último largometraje de Fabián Bielinsky antes de su temprana muerte, protagonizado por un Ricardo Darín en plena forma como un taxidermista epiléptico obsesionado con llevar a cabo el crimen perfecto, incluyó en el reparto a Fonzi en un rol secundario. “Creo que fui algo así como un ingrediente en una maquinaria muy grande. Pero lo que significa El aura en la historia del cine argentino es muy importante. Me veo como testigo de eso, de alguna manera, porque el personaje era muy pequeño. No fue mi primera película de gran presupuesto, ya que había participado en Plata quemada, por ejemplo, pero la recuerdo como algo relevante, con un director con mayúsculas detrás. Siempre me preguntan por la película y me encanta haber estado ahí. La siento como un regalo en esa primera etapa de mi carrera”.

La patota

Santiago Mitre

2015

Para Fonzi, la primera colaboración con el realizador Santiago Mitre, que además es su pareja en la vida real, se transformó en un “antes y un después en mi manera de actuar”. La película es una relectura del film homónimo de Daniel Tinayre de 1960, protagonizado por Mirtha Legrand. “Pero más allá de la película en sí misma, creo que ahí hubo algo ligado a la maternidad. Cuando la hice ya tenía dos hijos; la más chica tenía dos años y pico. Una actúa de manera diferente después de ser madre, creo. Tu mundo cambia un montón porque, de repente, hay alguien que es más importante que vos. Eso se siente en la actuación. A mí me hizo una persona no sé si más entregada, pero sí con los sentimientos fundamentales más a mano. La patota fue una capacitación en el acto de sentir. Fue un antes y un después, no sólo en términos actorales sino en cómo me preparé para el papel, como me involucré con la película. Y fue justo cuando apareció el #NiUnaMenos, un momento muy reflexivo”.

Distancia de rescate

Claudia Llosa

2021

Presentada en el Festival de San Sebastián cuando las salas de cine comenzaban a reabrir tibiamente en todo el mundo, la actriz cree que Distancia de rescate, por haber caído justo en la pandemia, es una película que “no tuvo el reconocimiento que siento que merece. Hay algo de la fuerza de la novela de Samanta Schweblin, la dirección de Claudia Llosa y la interacción en pantalla de María Valverde conmigo que la hace muy especial. Fue una película donde me sentí como una atleta de élite: ocho semanas de rodaje en Chile, una locura de concentración física y mental. Mis hijos estaban con el padre, así que fue muy intenso en términos de concentración, muy afilado actoralmente. Fue un film que tenía pensado un recorrido más importante y la pandemia lo transformó en otra cosa. Lo bueno es que está en Netflix y lo puede ver mucha gente”.