Diversos organismos internacionales advierten que la economía mundial está sufriendo un proceso de desaceleración, principalmente como causa de las políticas monetarias más restrictivas que aplican los países desarrollados. Eso representa menor crecimiento y un endurecimiento de las condiciones crediticias y de inversión.
De modo que además de una de las sequías más importantes de su historia, la economía nacional tiene viento de frente, tal como señala el último informe de la Fundación Embajada Abierta. Esto se produce en un contexto macroeconómico que ya era delicado. Y como si fuera poco, el combo aparece en medio del proceso electoral, que tradicionalmente es un elemento que acarrea incertidumbre.
Los problemas macroeconómicos que Argentina tiene desde hace tiempo, en particular la inflación, recrudecen en este contexto global y regional adverso. En el caso nacional, las perspectivas para 2023 se están acomodando a la baja. El Fondo mantiene un tibio 0,2 por ciento de mejora, aunque la Cepal ya estima una caída del PBI del 2 por ciento y JPMorgan le apuntó a una merma del 3,3 por ciento.
Nueva década perdida
De acuerdo a la Cepal, "las economías de América Latina y el Caribe enfrentan en 2023 un complejo escenario externo, marcado por bajo crecimiento en la actividad económica y del comercio mundial. A las alzas experimentadas por las tasas de interés a nivel mundial se agregaron las turbulencias financieras observadas a comienzos de marzo, lo que ha acentuado la incertidumbre y volatilidad de los mercados financieros".
A raíz de ese diagnóstico, el organismo dependiente de Naciones Unidas calculó que América latina y el Caribe crecería este año un 1,2 por ciento. América del Sur como subregión enfrentaría la menor tasa de crecimiento de América latina, con apenas el 0,6 en 2023. Así se cerraría una nueva “década perdida”, que tuvo un rendimiento económico incluso peor que la de los ‘80, marcada por las crisis de deuda externa.
Brasil crecería apenas 0,8 por ciento este año, mientras que México se expandiría un 1,5 por ciento. Algo mejor se ubicarían Uruguay, Perú, Ecuador y Bolivia, con una tasa estimada del 2 por ciento. América latina anotó el año pasado un crecimiento del 4 por ciento, luego de la mejora del 6,9 por ciento en 2021, que vino a recuperar el desplome del 6,8 por ciento registrado en 2020, el más agudo en 120 años.
Para el Banco Mundial, América latina y el Caribe crecería 1,4 por ciento en 2023, ya que "los nuevos vientos en contra que provocan la caída en los precios de las materias primas, la suba en las tasas de interés en los países desarrollados y la incierta recuperación de China podrían ensombrecer de nuevo las perspectivas".
Señor frío
A nivel global, las políticas de suba de tasas de interés para contener la inflación puestas en marcha por parte de los países centrales viene teniendo consecuencias negativas sobre el crecimiento. También permitieron moderar en parte la suba de precios, aunque todavía no lo suficiente para frenar el ajuste. El frío monetario proveniente de las bancas centrales todavía tiene efecto.
Por ello, el crecimiento de la economía mundial, de acuerdo al FMI, sería del 2,8 por ciento este año, por debajo del 3,4 por ciento de 2022. Alemania tendría una caída del 0,1 por ciento, mientras que la Zona Euro anotaría una mejora de apenas el 0,8 por ciento. Estados Unidos, en tanto, anda un poco mejor, con una mejora del 1,6.
Para la Unctad, el crecimiento global será del 2,1 por ciento, con una desaceleración económica en todas las regiones. "Muchos países en desarrollo se enfrentan a una crisis cada vez más profunda, a medida que los niveles de deuda altísimos y los costos de servicio más elevados restringen la inversión productiva", indica el organismo.
Potencias emergentes
Si bien el crecimiento global sigue siendo empujado por las potencias emergentes del mundo asiático, en particular de China, la dinámica no es la misma que hace unos años atrás. El gigante asiático crecería este año 4,8 por ciento según la Unctad, bien por debajo de las tasas de 10 por ciento que registró en los '90 y los 2000 y el 8,6 por ciento promedio del período 2010-2014.
La India, en tanto, moderó su dinámica pero bastante menos, y de hecho ahora su crecimiento es superior a la China, con un avance estimado del 6 por ciento.