La Casa Mínima, Casa Angosta o Casa del Esclavo Liberto, situada en el corazón del barrio de San Telmo, en Pasaje San Lorenzo 380, Ciudad de Buenos Aires. Sus dimensiones, de 2,50 x 13 metros, son las que la hacen la casa más angosta de la ciudad. Los relatos de quienes vivieron en San Telmo en el Siglo XIX y que perduran en la memoria generacional, refieren que allí vivió un africano a quien, luego de finalizada la esclavitud, el esclavista le cedió espacio de su propiedad.
En el marco del Día de la libertad de África, el 25 de mayo, es de destacar la presencia africana y afroargentina en la Ciudad de Buenos Aires, que en ese momento representaba el 30% de la población con sus cofradías y Naciones. Si bien se puso fin a la esclavitud en 1853, Ciudad de Buenos Aires adhirió a la norma constitucional en 1861. Aunque libres ya -en lo formal-, las condiciones de vida de quienes habían sido esclavizados y/o vuelto de las Guerras por la Independencia eran indignas, como nos recuerda la historia de María Remedios del Valle. Lo menos frecuente era que accediesen a parcelas, como es el caso de quien vivía en Casa Mínima.
Otros relatos, sustentados por investigaciones académicas dicen que allí no vivió un hombre que había sido esclavizado y hablan de mito, de leyenda urbana. Se refuerza así la duda, y hasta la negación. Lo que no se puede negar es que la Casa Mínima, o Angosta, o del Liberto, viene a recordarnos metafóricamente el lugar que el relato oficial continúa dando a nuestros ancestros y ancestras, que aprovecha toda ocasión para poner en duda su existencia, y sobre todo su supervivencia.
San Telmo respira en sus calles la cultura afroargentina. Mito o verdad, la casa está allí para visitarla.
Adaptación de nota publicada originalmente en el periódico “El Afroargentino”, año 8, n°10, noviembre de 2021.