La suma del Movimiento Evita en el peronismo y Ciudad Futura resultó en las precandidaturas de Eduardo Toniolli a gobernador, y de Juan Monteverde para intendente, como una de las alternativas del frente Juntos Avancemos para estas primarias del 16 de julio. Y en la nómina para el Concejo, el acuerdo forjó una lista íntegra de militantes de base, con origen y permanencia en el trabajo social en los barrios. Eso es lo que se propone esta inédita comunión de fuerzas del campo popular: meter en la agenda pública la mirada y los temas que interesan a la población vulnerable, subrepresentada por el establishment de la política. Así lo explica quien encabeza la lista, Mariano Romero, referente del Evita en la zona sur de Rosario, miembro de la Agencia de Prevención del Consumo de Drogas y Tratamiento Integral de las Adicciones (Aprecod) de Santa Fe.

Romero pugnará en la interna peronista en explícita disidencia con los nombres propios del espacio en funciones ejecutivas hoy, Omar Perotti y Alberto Fernández. Reniega del recurso que propicia la boleta única: los conocidos y mediáticos para captar votos pero empobrecer a la vez la práctica política. "Cuando el peronismo no es transformador, gana la derecha y pierde el pueblo. El peronismo tiene que volver a la vocación de transformar la realidad aunque enoje al poder concentrado. Si no, no hay modo de combatir la desigualdad", postuló en diálogo con Rosario/12 este abogado de 32 años que se hizo a la política como futbolista amateur en clubes de barrio como Valencia, Morning Star, Sagrado Corazón, también Central Córdoba y Central.

-Me hizo clic cuando tuve conciencia de que mis amigos con los que compartía equipo ya estaban trabajando, y yo no, yo soy hijo de una familia de profesionales, clase media. Y por el fútbol me relacioné con chicos muy humildes, que entrenaban y también iban a la escuela y trabajaban. Yo los visitaba en sus casas, en asentamientos en condiciones muy precarias, hacían el triple de esfuerzo que hacía yo. Entonces quise involucrarme para cambiar esa desigualdad. Empecé cocinando para personas en situación de calle, desde la agrupación universitaria del Movimiento Evita" -cuenta Romero acerca de sus comienzos. Hacíamos apoyo escolar –prosiguió–, luego fui tomando más responsabiidades, y hoy tenemos unidades productivas de compañeros en barrios, tomamos obra pública con cooperativas de trabajo, participamos de centros comunitarios con actividades educativas, culturales, alfabetización, educación digital, asistencia alimentaria. Y también desarrollamos una movida nueva que viene desde la pelea en la época del macrismo:  los dispositivos de abordaje de consumo problemático en los barrios, espacios abiertos a la comunidad en medio de los asentamientos con profesionales de salud mental para enfrentar el problema en el mismo barrio.

-Te ocupaste mayormente del consumo problemático de sustancias en las clases populares. ¿Cómo fuiste fijando tu atención en ese tema?

-Esto pasa en todos los sectores, pero en los barrios populares lo veía de manera más elocuente. Las familias viven hacinadas en viviendas muy humildes, por lo tanto mucho de esa problemática transcurre en la calle. Muchas veces comprobé que pibes y pibas tenían la voluntad de salir adelante, con tratamientos largos, internaciones de un año, pero entonces, cuando salen, vuelven al mismo contexto, sin acompañamiento ni atención y con las mismas problemáticas que los llevaron al consumo. Entonces vimos la necesidad de que en el territorio haya acompañamiento personalizado, profesional, para que la adicción no se agrave, y para acompañar a las personas que salen. Es una lógica distinta, tratamos de integrar a las personas que atraviesan esta problemática con la comunidad, y a participar de los mismos espacios de la comunidad. En zona sur hay 35 espacios, de los cuales hay dos –se llaman Casa Pueblo– que tienen esta características. Es un trabajo mancomunado en el que convivimos organizaciones políticas, sociales, religiosas...

-¿Cómo te encuentra esta candidatura, la alianza con Ciudad Futura? 

-No es la primera vez. En la elección pasada fui en segundo término, detrás de Norma López, pero (Lisandro) Cavatorta nos duplicó en votos y no entré. Ahora sí es la primera vez que encabezo lista. Es un camino que ya veníamos trazando en el territorio, nuestro trabajo cotidiano, y algunos proyectos en común con Ciudad Futura. Somos dos organizaciones que venimos trabajando juntos en los barrios. Llevamos adelante algunos reclamos, algunas obras, algunas actividades en conjunto con ellos y con la organización Nuestra América. De allí surge el paso a lo político, presentarnos juntos ante la arremetida de la derecha hoy con el frente de frentes y la bajada de sectores progresistas que se aliaron con la derecha. 

-¿Qué expresa el nombre de la lista "Un futuro sin miedo"?

-El miedo va en doble sentido: primero lo que se vive en lo cotidiano, lo que se vive en la sociedad, la mayoría de los muertos los ponen los barrios populares. Las víctimas de homicidios habitan los barrios y por lo tanto, hay un miedo claro. Pero también hay un miedo de la dirigencia política a animarse a traspasar ciertas barreras, a traspasar los escritorios y generar transformaciones. Queremos apostar a futuro, cambiar de raíz la realidad, no venimos para seguir siendo parte de la misma clase política sino que nos involucramos, no como una cuestión laboral sino para transformar una realidad injusta y dura. Hay que construir un futuro distinto y sin miedo. 

-Te diferenciás de Cavatorta pero él llegó con ese mismo discurso de ser distinto, supuestamente. 

-No, somos lo nuevo porque nunca las organizaciones sociales pudieron llevar adelante política de Estado. Es otro sector, otro tipo de militancia, y la realidad de la economía popular tratamos de colarla en la agenda de sectores que nos escuchan pero que no ven la realidad que vivimos. Queremos dar una vuelta de tuerca. No renegamos de nuestra identidad política, somos peronistas, somos militantes, pero somos algo nuevo, no venimos de afuera y caemos acá y ahora justo porque hay elecciones. En este tiempo de lucha hemos generado teoría y también propuestas que ya venimos construyendo desde afuera del Estado, y queremos poder construirlo llenando la agenda los lugares legislativos y también ejecutivos, por eso vamos por Toniolli a gobernador y Monteverde intendente. Ese es el sentido. 

-Te acompaña Julieta Riquelme, hermana de Jonatan Herrera (joven víctima de gatillo fácil policial) y otros militantes de base. ¿Qué demanda expresa esta lista al establishment político local?

-Es una lista toda constituida por militantes territoriales, algunos referentes de sindicatos nuevos como Cadetes, Aeronáuticos, Maleteros, Empleados de Carnicerías, y expresiones de lo social como la agrupación El Tigre (por Héctor Cavallero) que existe desde el '83, y otros sectores, pueblos originarios, responsables de centros comunitarios. Lamentablemente, por este sistema electoral, personas de trayectoria terminan buscando algún famoso que le salve las papas. Nosotros venimos por el camino inverso, trabajo de hormiga, independientemente de resultados electorales. Los sectores populares hoy están subrepresentados en los ámbitos parlamentarios, y eso queremos revertir. 

-¿Qué opinás de la penetración de "conocidos" en las listas de la política?

-El problema es cuando hay aptitud para recaudar votos pero muy poco compromiso para transformar y aportar ideas que cambien la realidad. No significa que todos los que vienen de afuera de la política sean malos, pero el panorama que se ve hoy en el debate legislativo es de una chatura tremenda, mientras la realidad va empeorando. Esto genera mayor rechazo de la gente, porque se malinterpreta de que a eso se reduce la política, solo a ganar elecciones y ocupar lugares, sin interés de hacer transformaciones de fondo. 

-¿Cómo analizás este momento político, el desafío del peronismo hoy, donde los nombres propios de gestión están dados por Alberto Fernández y Omar Perotti? 

-La realidad es que no nos sentimos representados con el peronismo de estos ejecutivos. Cuando el peronismo no es transformardor gana la derecha y entonces pierde el pueblo. El peronismo tiene que volver pero mucho más ampliado con sectores del campo popular con vocación de transfomar la realidad, sin importar las consecuencias.

-¿Qué le falta al Concejo, a la agenda pública de la ciudad?

-Creo que hay una agenda muy importante relacionada al mundo del trabajo que no está involucrada, más allá de la integración urbana y de politicas sociales. Faltan herramientas para la economía popular, para aquellos que no tienen un patrón, que viven en la informalidad, con emprendimientos. Necesitan acompañamiento estatal para tener ingresos dignos. Hoy la política de producción y trabajo del municipio se orienta más a la especulación inmobiliaria y financiera, a los servicios; y expulsa a la industria a localidades cercanas. Esto perjudica a los y las trabajadoras de Rosario, y propicia un caldo de cultivo que genera marginación social. 

-¿Cuáles son los ejes temáticos de tu propuesta? 

-Un eje es el trabajo. Promover políticas activas municipales que favorezcan áreas industriales para pymes, y facilidades para regularizar emprendedores de la economía popular, créditos no bancarios, distintas herramientas que ya experimentamos en nuestras comunidades, pero que necesitan del acompañamiento del Estado. Otro es el abordaje de lo social, estos dispositivos en territorio que son muy buen complemento de escuelas y centros de salud para abordar consumos problemáticos, un enfoque desde la salud mental. Esto hoy no es política de Estado, no hay dispositivos municipales en vinculación con las organizaciones, y creemos que es urgente y necesario. La otra es la situación de los barrios populares de Rosario. Es inconcebible que hoy todavía haya tanta gente sin acceso al agua potable, abastecidas con camiones cisterna y los vecinos yendo a buscarla con baldes. Hay 110 barrios en Rosario en estas condiciones, y es sumamente urgente solucionarlo.