El presidente estadounidense, Donald Trump, prometió responder con “fuego e ira” a Corea del Norte por su programa de misiles, poco después de que medios estadounidenses indicaran que Pyongyang ha logrado miniaturizar con éxito una ojiva nuclear.
“Corea del Norte mejor que no haga más amenazas a Estados Unidos. Enfrentará fuego e ira como el mundo nunca ha visto”, declaró Trump desde su club de golf en Bedminster, Nueva Jersey, donde se encuentra de vacaciones.
Según el diario The Washington Post, un informe de la Agencia de Inteligencia de Defensa estimó que el régimen comunista norcoreano tiene ahora armas nucleares para colocar en sus misiles balísticos, entre ellos los intercontinentales (ICBM).
El Pentágono no comentó estos trascendidos, pero el Post dijo que las conclusiones generales de la evaluación fueron verificadas por dos funcionarios estadounidenses que conocían el informe, y CNN aseguró haberlo confirmado.
Trump dijo que el líder norcoreano Kim Jong-Un “ha estado muy amenazante más allá de un estado normal”. “Como dije, enfrentarán el fuego y la ira y, francamente, el poder”, subrayó el mandatario a periodistas.
Sus comentarios marcan un rápido aumento de la retórica de Washington, centrado hasta ahora en encontrar soluciones no militares en este tema.
El portavoz del Pentágono, el teniente coronel Chris Logan, dijo que Estados Unidos busca una desnuclearización pacífica de la península coreana, pero advirtió que la opción militar nunca está fuera de la mesa.
“Seguimos preparados para defendernos a nosotros y a nuestros aliados y a utilizar toda la gama de capacidades a nuestra disposición¢n contra la creciente amenaza de Corea del Norte”, dijo Logan.
El Post señaló que no se sabe si Corea del Norte ha probado con éxito el diseño de una ojiva más pequeña, aunque el año pasado afirmó haberlo hecho. Los progresos reportados sugieren que Pyongyang está más cerca de tener un misil nuclear desplegable de lo que se había reconocido anteriormente.
Hasta el mes pasado, los expertos habían dicho que faltaban unos dos o tres a¤os para que Corea del Norte desarrollara un misil ICBM con cabeza nuclear.
Pero este cálculo cambió repentinamente luego de que Pyongyang probara por primera vez el mes pasado dos ICBM. La primera de estas pruebas, que Kim describió como un regalo a los “bastardos estadounidenses”, mostró que el cohete podía potencialmente alcanzar Alaska. El segundo misil probado la semana pasada llegó aún más lejos y algunos expertos sugirieron incluso que Nueva York podría ser vulnerable.
El influyente periódico informó que otra evaluación de inteligencia estimó que Corea del Norte tiene ahora hasta 60 armas nucleares, más de lo que se pensaba anteriormente.
A pesar de estos avances, Corea del Norte aún debe superar obstáculos técnicos para poder afirmar que logró perfeccionar su tecnología de armas nucleares.
“Corea del Norte probablemente hizo algunas de las mediciones clave necesarias (...) durante las dos pruebas de julio, pero no creo que haya aprendido lo suficiente como para producir con seguridad una ojiva peque¤a y liviana y lo suficientemente robusta”, dijo Siegfried Hecker, en una entrevista en el Boletín de Científicos Atómicos.
La noticia de que Kim parece haber producido una pequeña ojiva nuclear llega en medio de crecientes tensiones internacionales por el programa de Pyongyang.
A instancias de Washington, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso nuevas medidas contra Pyongyang, que podrían costarle a Corea del Norte 1000 millones de dólares anuales y afectarían el comercio con China, su principal aliado y socio económico.
El régimen de Kim Jong-Un respondió que el endurecimiento de las sanciones no impedirá que desarrolle su arsenal nuclear, amenazando a Estados Unidos con “hacerle pagar mil veces el precio de su crimen”.
Con todo, la gira del canciller de Trump, Rex Tillerson, parece ser fructífera en materia de apoyos asiáticos. Tillerson participó durante los últimos días de la reunión anual de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean), en la capital de Filipinas. Manila fue el escenario perfecto para que Estados Unidos lograra conseguir nuevos respaldos a las sanciones acordadas la semana pasada en Nueva York. Tillerson obtuvo ayer el visto bueno de sus homólogos de China, Rusia y Corea del Sur.
Este gesto de Beijing y Moscú provocó una reacción inusitada de Pyongyang, lo que demuestra la creciente tensión que existe en la región. Corea del Norte cargó contra sus socios más cercanos y aseguró que el apoyo a las medidas punitivas debería hacerles “sentir vergüenza”, a la vez que advirtió que “pagarán caro” por esa posición. Asimismo, el gobierno de Kim amenazó con emprender “medidas estratégicas” y “acciones físicas” contra las sanciones, a las que calificó de “ilegales” y de “acto terrorista”.