Es bien conocido que Rosario no tuvo fundador ni fecha de fundación, pero su origen se encuentra en algún momento de la segunda mitad del siglo XVIII cuando el capitán Luis Romero de Pineda tomó posesión de las tierras conocidas como Pago de los Arroyos, comprendidas entre el arroyo Ludueña y el arroyo Pavón. La propiedad se extendía desde el este del río Paraná, al norte casi hasta el río Carcarañá, al sur hasta el límite de la provincia de Buenos Aires, y al oeste todo lo que estuviera libre. Lo primer que hizo De Pineda fue armar una plaza y construir una capilla, donde se encuentra actualmente la Catedral, y de esa forma nos remite al punto de partida para conocer los orígenes de la ciudad con la Plaza 25 de Mayo como testigo preferencial de su importante crecimiento. En el marco de las actividades programadas por la Municipalidad en el fin de semana extra largo se realizó un recorrido por su area histórica. Hace varios años que se realizan estos recorridos, especialmente durante los fines de semana largos para aprovechar la llegada de turistas, que también convocan en buen número a rosarinas y rosarinos que quieren conocer el área fundacional.
"Cada vez que hacen un recorrido nos anotamos porque queremos conocer más", cuenta entusiasmada una señora de Rosario. Para el recorrido del feriado del viernes se habían anotado un matrimonio de Berazategui, cuatro mujeres de La Plata, entre otras, pero a medida que se realizaba la actividad se sumaron otras personas que pasaban por el lugar en una tarde que invitaba a caminar por la ciudad después de varios días lluviosos.
Con mucha amabilidad y gran sentido del humor, la guía Norma Cardozo, empezó a contar los orígenes de la ciudad alrededor de la Plaza 25 de Mayo: "Rosario es un damero. Las calles comienzan con un nombre y terminan con el mismo nombre y van descendiendo hacia el río así que es difícil perderse. Si miramos alrededor de la plaza y las comparamos con otras ciudades vamos a encontrar muchas similitudes, una iglesia enfrente; la autoridad civil, el Palacio Municipal, tenemos el Palacio del Correo".
Pero a diferencia de otras ciudades, Rosario no tiene fundación ni fundador. "Saben bien que nosotros fuimos colonia española, y desde el reino de España tenían una serie de leyes que las personas que enviaban, ya sean capitanes o adelantados, debían cumplir para tomar posesión de las tierras y cómo se tenían que armar las ciudades. Y lo primero que se buscaba cuando se armaba una ciudad era la plaza, a la que llamaban Mayor o de Armas. Al frente se le daba un terreno a la iglesia, condición sine qua non, también se instalaba el gobierno, y a los vecinos más importantes se les daban los terrenos más cercanos a la plaza", continuó la guía.
Los orígenes de la ciudad se remontan a la construcción de una capilla de adobe y paja en 1689 por Romero de Pineda, a quien se le da el derecho de estancia -el de estar en esa tierra- para explotar lo que hubiera en ese lugar, básicamente el ganado cimarrón. No se sabe si Romero de Pineda se instaló porque vivía en Sante Fe, pero fue una de sus hijas la que quedó como dueña de todo ese sector, y es la que instala una capilla que estaba en los dominios de su estancia, llamada La Concepción.
"Es curioso, porque antes de una autoridad civil, Rosario tuvo una autoridad eclesiástica. Lo primero que se crea es el curato del Pago de los Arroyos. El nieto de De Pineda, Ambrosio de Alzugaray, fue el primer sacerdote e instaló la primera escuela de la Villa del Rosario como se conoció después porque a la capilla llegó una imagen de la vírgen del Rosario. Casi espontáneamente, muchas familias que venían de Santa Fe y de diferentes lugares encuentran un lugar muy propicio para la vida. Fue el capitán Santiago de Montenegro que construyó la primera capilla de material, dando un paso esencial para su formación, y al pequeño pueblo que se fue formando lo comenzaron a llamar Capilla del Rosario. Con el tiempo y el crecimiento, Villa del Rosario, y finalmente en 1852 ciudad de Rosario", apuntó Cardozo para cerrar la introducción sobre los orígenes de la primera población de la ciudad.
La plaza de esa época era un espacio vacío, sin árboles ni delimitaciones, pero era el lugar donde la gente se reunía después de ir a la iglesia. "Es una plaza chiquita pero ha pasado mucho. Ha pasado uno de los grandes próceres de nuestra historia, como Manuel Belgrano, que creó acá en 1812 la bandera. Cuando llegó con su ejército se forman en esta plaza y se presentan al pueblo de Rosario para defender del asedio español a las 600 familias que se habían instalado", describió la guía. "También pasó por la plaza el cadáver de Sarmiento que había fallecido en Paraguay", agregó.
Luego de comentar las transformaciones que tuvo la Catedral desde sus orígenes, la primera parada del recorrido de la plaza es en el Monumento a la Independencia, el más antiguo de la ciudad. Inaugurado el 9 de julio 1883, fue esculpido en mármol de Carrara por Alejandro Biggi, arquitecto y artista italiano nacido en Carrara. Las esculturas de San Martín, Belgrano, Rivadavia y Moreno se elevan en el monumento dedicado a cuatro hombres pilares de la independencia. "El día que lo estaban montando se cayó la escultura de San Martín, pero había que inaugurarlo y un marmolero pudo arreglarlo y unió sus partes", relató Cardozo entre otras anécdotas que rodean a las esculturas, como la del mismo San Martín restaurado que tiene un cuerpo joven pero rostro de abuelo, o la de Belgrano que tiene cara de niño. "Biggi no tenía muchas referencias", dijo riéndose la guía.
Desde el centro de la plaza, Cardozo señaló una pequeña puerta blanca ubicada al lado del consulado español donde Sarmiento instaló la primera imprenta de la ciudad en 1852, año en que se declara ciudad a Rosario y a la plaza se la denomina 25 de Mayo. Después indicó el lugar donde se encuentra la casa donde funciona el Museo Firma Mayor y Odilo Estevez, que reinagurará el próximo martes, y cuenta su historia. También se refirió a la Casa Uranga, al lado del museo, para destacar que se trata de la medianera más antigua de la ciudad.
En la esquina de Laprida, ex Comercio, en su intersección con Santa Fe, la guía mostró una foto del Palacio Arijón que ya no existe. En diagonal sobrevive la mansión construida por la viuda de Bernardo Roullión. Llegando a calle Córdoba, Cardozo enseñó otra fotografía tomada en 1870 desde la Catedral en dirección a Laprida y preguntó si observaban algún detalle para destacar. De inmediato, una persona señaló la misma reja sobreviente de la época ubicada en la terraza de un local de comidas rápidas en la intersección con Córdoba. "Esto en una ciudad donde todo se demuele y se pìerde es rarísimo", destacó la guía.
Otro edificio emblemático señalado durante el recorrido es el La Bola de Nieve, en Laprida y Córdoba. Diseñado por el arquitecto francés Eduardo Le Monnier y construido en 1906, fue en ese momento el más alto de Rosario y el primero que tuvo ascensor, todo un adelanto para la época. Era el nombre de una empresa de seguros que tenía su sede en Buenos Aires.
El recorrido culminó en el Palacio de Correos en la esquina de Córdoba y Buenos Aires. La guía muestra una foto de la estructura diseñada por el arquitecto Angel Guido, con una torre que iba tener 75 metros de alto. Pero a Guido le llegó la orden de desmantelar la torre. "Existen dos versiones. Una que cuenta que la orden vino de la iglesia que no quería tener cerca un edificio que fuera más alto. Otra versión indica que la orden vino de Buenos Aires porque el de Rosario se convertiría en el más alto del país. Desmantelar la torre costó en dinero más que terminar el edificio. Guido se enojó y se retiró del proyecto y fue el Ministerio de Obras Públicas el que lo continúa para inaugurarlo finalmente en 1935", precisó Cardozo.
"Rosario tiene una particularidad, no tiene fundador pero toma el modelo español. Era tan fuerte la impronta de lo que pasaba en Latinoamérica que espontáneamente se conforma como un poblado; de hecho, la división de nuestros lotes deviene de lo que se llama las 10 varas castellanas. Los españoles venían con una vara, porque hacían la acción de fundación, de 86 centímetros, y eso va a delimitar cómo se subdividen los terrenos en nuestra ciudad, lo que vemos construido deviene de esa idea", apuntó la directora de Calidad de la subsecretaría de Turismo municipal, Analía Brarda, presente durante el recorrido.
"Cuando mostramos arquitectura, los turistas se sorprenden porque en pocas cuadras todavía tenemos obras de gran magnitud que están muy bien conservadas. Si uno como rosarino que va a recibir turistas no sabe el valor de lo que tiene en su entorno, poco se lo puede difundir y mostrar a otros", consideró Brarda. Al finalizar el recorrido, Cardozo invitó a anotarse en el paseo guiado "Mirando cúpulas", que se realizó ayer, para observar los imponentes edificios del área central que poseen cúpulas. Las actividades programadas concluirán hoy a las 10 con un paseo guiado en bicicleta por la ribera central.