Niko Takahashi Cendagorta corre en el campo de entrenamiento de La Masia y siente que la utopía es cada vez más real. En ese mismo centro deportivo del Barcelona, donde se formaron los mejores jugadores del mundo (Pep Guardiola, Andres Iniesta, Lionel Messi) e incluso cantera de entrenadores que luego expandieron su escuela futbolística a nivel planetario, cumple el sueño que anhela cualquier niño que empieza a patear una pelota. Ahí, en esa escuela modelo que desde 1979 se distingue por su esencia pedagógica.
Takahashi nació en España y tiene 17 años. De madre japonesa (Kaori Takahashi) y padre argentino (Federico Cendagorta), su historia llena páginas periodísticas. Sorprende con su triple nacionalidad y acapara la atención de consagrados medios internacionales: The Guardian, medio inglés, lo eligió como uno de los mejores 60 futbolistas del planeta que nacieron en 2005.
A los cuatro años empezó a jugar en Olimpyc Floresta, un club de fútbol sala de su pueblo San Cugat. Su forma de manejar la pelota causó impresión rápidamente y le advirtieron a sus padres que era cosa seria. "Siempre jugaba con chicos dos años más grandes e incluso lo convocó la federación catalana para que jugara con Cataluña. Y ahí decidimos con su mamá y con él que cambiara a fútbol grande", contó su papá en el sitio oficial de FIFA.
Su desempeño hizo que sus padres lo cambiaran de club y lo llevaron a Cornellá. En esa transición pasó a jugar en cancha de 11 y en suelo de pasto. Solo fue suficiente una temporada para que los scouting pusieran el ojo. Su forma de proyectarse por la banda izquierda, la participación en cada ataque y su incansable ida y vuelta, fue el motivo que disparó la pretensión de tres clubes: Barcelona, Espanyol y Girona. Pero al recibir el llamado de cada uno de ellos, no dudó en elegir al equipo Culé. "Yo no me lo pensé dos veces. Es que el Barça es al que sigo desde pequeño", contó el propio Takahashi en 2021.
Con el equipo blaugrana se consagró campeón en la categoría de cadetes A y actualmente juega en el Juvenil A. Su esfuerzo diario está en llegar a jugar en el primer equipo y dejar los surcos por la banda izquierda del Camp Nou.
No soy de aquí ni soy de allá
Su triple nacionalidad lo llevó a tener que tomar otra decisión: a qué selección representar. Estuvo en la Sub-16 española, pero la poca continuidad hizo que se viera seducido en vestir la camiseta de Japón y fue parte del plantel Sub-20 en el mundial que actualmente se disputa en suelo argentino. Ahí sumó muchos minutos de rodaje y su buen pie ilusionó a los nipones, hasta que la derrota frente a Israel del último sábado los dejó sin la clasificación a octavos de final.
En sus redes sociales tiene más de 12 mil seguidores. Su caso cobró gran relevancia y en una foto donde se lo ve con la camiseta de la selección japonesa, no deja de recibir comentarios de argentinos que lo tientan con la posibilidad de ponerse la albiceleste. "En Japón ponete una empresa, pero a jugar a la Scaloneta, papaaaa"; "La selección campeona te espera Niko"; "Aunque ya elegiste para este Sub 20, sabé que tenés las puertas abiertas para probarte con la (ahí hay una bandera de Argentina)"; "Venite con los campeones del mundo".
La historia familiar tiene raíces en Argentina. Su padre nació en La Plata y se reconoce hincha de Gimnasia, pero en los inicios de la dictadura militar en 1976 que encabezó Jorge Rafael Videla, se exilió con su padre y hermanos a Barcelona. Creció en la ciudad española, fue a la escuela, conoció a Kaori –la madre de Niko– y formó una familia. Si bien actualmente están separados, siguen viviendo allí.
El mundial Sub-20 fue la gran oportunidad de regresar a su ciudad natal para ver jugar a su hijo en el estadio Diego Armando Maradona. "Es un orgullo enorme estar acá. Volver a la Argentina, estar con mi familia, poder disfrutar con mi hijo jugando para Japón. Es un sueño hermoso que no podría haber soñado jamás", dijo Cendagorta. Y aclara sobre Niko que "su identidad es 50% del Barça, porque es la escuela donde ha crecido y le han enseñado, 40% japonés y 10% argentino".
Pero igual destaca que tiene una parte bien argentina. "Come asado, vibra viendo jugar a la Selección Argentina como vibra viendo jugar a la japonesa. Tiene la mitad de argentino, su padre es argentino, mis viejos, sus abuelos, son argentinos. Tenemos costumbres argentinas, tiene un montón de familia acá que nos ha acompañado y él tiene un cariño enorme a una parte de la familia que conoce poco y tiene muchas ganas de conocer".