Desde Sevilla
A seis meses de las elecciones en las que se jugará su continuidad en el gobierno, Pedro Sánchez recibió este domingo un claro aviso de los electores. Su partido sufrió un duro revés en los comicios municipales y autonómicos y fue claramente superado por el Partido Popular (PP) de Alberto Núñez Feijóo.
La formación de derecha planteó estas elecciones, en las que se elegían los gobiernos de 13 de las 17 comunidades autónomas, como una primera vuelta de los comicios que Pedro Sánchez deberá convocar antes de fin de año, cuando concluye su mandato.
Si los electores las asumieron de esa manera, el presidente del gobierno se encuentra ante un serio problema. Sumando el conjunto de los votos, el PP sacó una ventaja de 700.000 sufragios y más de tres puntos porcentuales sobre el Partido Socialistas Obrero Español (PSOE).
Se trata de una diferencia difícil de remontar en tan poco tiempo, pero además los resultados son aún más desfavorables para la coalición de gobierno si se toman en cuenta los resultados del resto de los actores políticos.
Vox, la formación de extrema derecha, se ha consolidado como tercera fuerza frente a una izquierda alternativa herida de muerte por la división y la dificultad para atraer lo que debería ser su voto natural. El tiempo en el que Podemos era capaz de traducir en apoyo electoral la frustración de los jóvenes indignados parece ya pertenecer a otro tiempo político.
Revés para la izquierda
Los resultados han empeorado las previsiones más pesimistas del conjunto de la izquierda. El PSOE ha perdido el gobierno de importantes gobiernos autonómicos, como el de la Comunidad Valenciana, cuarta región más poblada de España, Aragón y Baleares. Se trata de gobiernos en los que las encuestas vaticinaban resultados ajustados y donde el escrutinio se ha inclinado claramente hacia la derecha.
Pero el PP también ha conquistado plazas tradicionalmente socialistas, como Extremadura. La formación conservadora se ha consolidado especialmente en Madrid, donde ha barrido tando en las elecciones autonómicas como en las municipales de la capital.
Con estos resultados, el Partido Popular liquida gran parte del poder autonómico socialista al arrebatarle al menos seis de sus 10 gobiernos regionales, lo que supone una gran cuota de poder en un esquema administrativo fuertemente descentralizado como el español.
A nivel municipal, la derrota socialista también ha sido significativa. El PSOE fracasó en su intento de recuperar el Ayuntamiento de Barcelona y perdió Sevilla. La capital andaluza es la quinta ciudad más poblada de España y era la más grande de todas las que gobernaban los socialistas, que también ceden Valladolid, otro de sus bastiones municipales. En total, el PP ganó en 30 de las 52 capitales de provincia y el PSOE no gobernará en ninguna de las diez ciudades más pobladas del país.
El tramo final de la campaña electoral, con la polémica por la inclusión de ex miembros de ETA en las listas de la formación vasca Bildu, aliado parlamentario del gobierno en algunos tramos de la legisltatura, y los escándalos por las denuncias de compra de votos que apuntaron contra agrupaciones del PSOE, fue letal para Sánchez.
A última hora, ya con los resultados sobre la mesa y mientras los análisis coincidían en considerar a estas elecciones un cambio de ciclo político en España, el presidente del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, que le disputará el gobierno a Pedro Sánchez dentro de seis meses, celebraba el resultado asegurando que se trata de una victoria de "la centralidad frente al radicalismo y de otra forma de hacer política".
El líder conservador, que a la luz de los resultados acertó en la estrategia de plantear las elecciones como un referendo sobre la labor de Sánchez al frente del gobierno y de criminalizar los pactos de los socialistas con las formaciones situadas a su izquierda, aseguró que se ha recuperado "la mejor versión" del PP" y calificó de excepcional la victoria de su partido.
Núñez Feijóo afirmó que no son tiempos de arrogancia sino de humildad porque "lo difícil no es ganar sino saber perder" y aseguró que su partido tendrá la misma humildad que si hubiera perdido. Pese a estos anuncios de moderación, en algunas de las principales plazas los resultados obtenidos no le serán suficientes para gobernar en solitario, por lo que deberá conseguir el apoyo de la extrema derecha.
A pesar de estos excelentes resultados, al presidente del PP no le queda por delante un camino fácil. Los resultados han sido excepcionalmente buenos en Madrid, donde reside el ala más ultra de su formación encabezada por la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, quien ha mejorado sus resultados con una incuestionable mayoría absoluta. “Presidente, ahora es tu momento”, dijo la líder regional del PP dirigiéndose a Núñez Feijóo, mientras ambos compartían el balcón de la celebración. El presidente sabe que tendrá una sola oportunidad para derrotar a Sánchez. Si no consigue hacerlo a la primera, Díaz Ayuso comenzará a llamar a su puerta.