El presidente de Brasil, Lula da Silva, reunirá a los mandatarios de la región y a funcionarios de alto nivel en una cumbre que busca relanzar la integración sudamericana. La agenda del encuentro incluye la integración regional, salud, infraestructura, energía, medio ambiente y lucha contra el crimen organizado.
El canciller brasileño, Mauro Vieria, aclaró que no se trata de una cumbre de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), fundada en mayo de 2008 por los 12 países de la región.
Según Vieira, durante la cumbre de esta semana buscarán identificar coincidencias y "no diferencias", también van a discutir iniciativas concretas como la infraestructura y la seguridad en las fronteras. El jefe de la diplomacia brasileña aseguró que será un diálogo de alto nivel "libre de cargas ideológicas".
El objetivo de esta cumbre, que se celebrará casi en su totalidad a puerta cerrada, es retomar el diálogo y analizar la posibilidad de que la región vuelva a contar con un foro de integración "puramente suramericano", que sea "permanente, inclusivo y moderno".
Encuentro regional
En representación de la mandataria peruana, Dina Boluarte, estará el presidente del Consejo de Ministros, Alberto Otárola. Boluarte no puede salir del país por motivos constitucionales.
El encuentro entre líderes marcará el regreso del presidente venezolano al espacio de integración regional. Durante su presidencia Bolsonaro interrumpió las relaciones entre Brasil y Venezuela, incluso ordenó el cierre de la embajada y expulsó a los diplomáticos del gobierno de Maduro.
La cumbre tendrá dos sesiones el martes en el Ministerio de Relaciones Exteriores. Después de ser recibidos por Lula, los presidentes participarán de la primera parte del encuentro, en la que cada uno hará una declaración individual.
Por la tarde está prevista una conversación más informal entre los mandatarios sudamericanos, precisó la cancillería brasileña en un comunicado.
Lula y la primera dama, Rosángela Janja da Silva, también invitaron a una cena a los mandatarios en el Palacio de la Alvorada.
Salud, energía, medio ambiente y lucha contra el crimen
Según la embajadora Gisela Figueiredo Padovan, secretaria para América Latina y el Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, la agenda de la cumbre, además de la integración, abarca temas comunes en las áreas de salud, infraestructura, energía, medio ambiente y lucha contra el crimen organizado."La idea es retomar el diálogo y la cooperación con los países sudamericanos. Identificar denominadores comunes para ver cómo se puede iniciar un camino para volver a contar con un mecanismo de cooperación netamente sudamericano”, afirmó la embajadora.
“Quizás es la única región del mundo que no tiene esta institución de diálogo", subrayó Figueiredo Padovan.
“Como la región tiene capacidades y recursos que serán claves en el futuro de la humanidad, como los naturales, el agua, minerales, área para la producción de alimentos, se puede iniciar de inmediato una agenda concreta de cooperación", agregó.
Relanzar una nueva integración
El último encuentro en el que estuvieron los 12 presidentes de los países que integraron la Unasur fue en 2014 en Ecuador. Tras la destitución de Dilma Rousseff en 2016 mediante juicio político, la región vivió una ola de gobiernos de derecha y la Unasur como mecanismo de integración sudamericana pasó a un segundo plano.
"Esto se ve como la reanudación de un proceso que se fue desvaneciendo tras el impeachment de Dilma y las derrotas electorales de los gobiernos de izquierda de la región", afirmó Carolina Silva Pedroso, profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp).
Creado en mayo de 2008 durante la segunda presidencia de Lula en Brasil, la Unasur tenía como objetivo práctico lograr una mayor articulación política entre los países sin necesidad de recurrir a la OEA o a potencias extranjeras, añadió Silva Pedroso. El espacio también le permitió a Brasil ejercer un liderazgo regional.
En 2019, con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil y Mauricio Macri a la de Argentina, la Unasur fue sepultada. En su lugar, los ahora exmandatarios se adhirieron al Prosul, un grupo de la derecha continental impulsado por el expresidente de Chile, Sebastián Piñera.
Sin embargo, el mes pasado el presidente argentino, Alberto Fernández y su par brasileño, Lula da Silva, confirmaron la reincorporación de ambos países a la Unasur.