"Historietas: ¿Qué son? ¿Cómo se hacen? ¿Para qué sirven? ¡Ud. podrá encontrar las respuestas a estas preguntas inquietantes! Participe de este curso sobre historietas y, con técnicas simples de dibujo, creará sus propias aventuras. Este curso de 12 clases es coordinado por Mosquil. (Dibujante de los diarios La Capital y El Ciudadano)", anuncia el flyer que, dibujado como una historieta por el propio docente y protagonizado por uno de sus personajes, difunde el taller para todas las edades que comenzará este sábado 3 de junio a las 16 y se extenderá cada sábado hasta las 17:30, en el espacio de AlfonZina editoras, en el barrio La Sexta. (Inscripción y más info, a: [email protected])
El dibujante y guionista Mosquil (seudónimo de Gustavo Rojas) integra el equipo del área de animación -dibujos animados- del espacio recreativo y cultural municipal "La Isla de los inventos". Esta leyenda viviente de la historieta rosarina empezó dibujando historietas en fanzines con sus compañeros de la escuela secundaria. Colaboró en Punto de Fuga, que editaban estudiantes del Instituto Politécnico, y de otra revista "subte" llamada Picaporte. En 1979, participó del mítico happening de Cucaño en la sala Pau Casals. Comenzó a publicar sus trabajos profesionalmente en la revista Fierro, en 1984. Trabajó en revistas como El Porteño, Fin de Siglo, Rock & Pop, y Cerdos y Peces.
El personaje con el que Mosquil anuncia su taller es "la repugnante mosca humana", que creó en los años '80 para el fanzine Enana Turca, donde dibujaban además quienes hoy también son historietistas reconocidos: el Marinero Turco y Sergio Kern (hermano del escritor Elvio Gandolfo). De aquel personaje proviene su nombre artístico. "Me bautizó Mosquil el Marinero Turco, en los tiempos de Cucaño, porque yo hacía la repugnante mosca humana y ahí empecé a firmar mis historietas como Mosquil. Actualmente lo retomé en tres fanzines, que están a la venta en Iván Rosado y en Kraz historietas (Pasaje Pan)", anuncia pidiendo permiso para pasar el "chivo". La saga despliega un disparatado humor paródico que alude al género de ciencia ficción y horror de los '50, objeto de culto irónico para las siguientes generaciones. "Son una trilogía, recomiendo leerlas de un tirón: Carne caliente, En la red de la muerte y La repugnante mosca humana. Y está una de unos personajes que inventé en este siglo: Boni y Clau", detalla en una obvia referencia a la pareja aventurera de Bonnie & Clyde.
"Fue el martes 4 de diciembre de 1979", escribió Osvaldo Aguirre para una nota el el suplemento Señales del diario La Capital en 2007. En plena dictadura y en plena huelga de transportes, el grupo que integraban el "Zapo" Aguilera, Carlos Luchesse y Guillermo Giampietro se atrevía a la rebeldía contracultural. Cuenta Mosquil a Rosario/12: "Me dijeron, un día antes, 'venite media hora antes y traé un objeto que te guste'. Ese día había paro de colectivos, el único en la dictadura. Así que salí caminando desde mi casa en zona sur hasta el centro. En Pellegrini y Sarmiento, encuentro tirado un poste de parada de colectivos (eran de madera), lo cargué y llegué al teatro. ¡Genial! dijeron, y se usó para un sketch. Subí al escenario, paraba el poste y hacía que esperaba el bondi. Atrás mío empezaban a hacer cola Luchessi, Giampietro y otros. Después de un rato, levanté el poste y salíamos del escenario, aplaudidos. Pero primero estuve en la entrada cortando los tickets y separando a los hombres de las mujeres. Después, con la función empezada, me metía, con muletas, entre el público sentado, como buscando mi asiento. Me caía, me levantaba y así...", recordó ayer Mosquil. Para la nota sobre aquella primera intervención de Cucaño, que vino a irrumpir ante el público rosarino con una propuesta surrealista en medio del ciclo Música Popular Contemporánea en la sala Pau Casals, Aguirre entrevistó a Carlos Ghioldi, sumado a partir de esa noche al grupo. Le contó Ghioldi que "Entre el público estaba Fito Páez, que nos gritaba «detractores del arte»".
--¿Mosquil, cómo entraste a la Fierro y con qué obra?
--Fuimos el Marinero y yo a la editorial antes de que saliera el primer número a mostrar nuestros originales. Gustaron, pero dijeron que estarían mejor en un suplemento junto con trabajos de otros historietistas novatos. Así salió el suplemento Óxido en el número 6 de la Fierro. Debutó la Rana Enrique, después el oso Bongo. Más tarde salió una serie ambientada en Jamaica...
--Colaboraste en los medios más pensantes de los '80 y '90, en algún momento te fuiste a Brasil. ¿Cómo fue ese recorrido? ¿Qué otros personajes fuiste creando?
--Paralelamente a la Fierro, publiqué en El Porteño, Cerdos y peces, Fin de Siglo y otras revistas más. También hice la tapa del disco Invasión 88. En San Pablo vendí los mismos personajes y inventé algunos nuevos como "O Verme" para la revista Porrada...
--Este mercado para la historieta y esta forma de vincularse con los medios, ¿sigue existiendo? Si hubo un cambio, ¿cuándo lo sentiste y qué opinás que cambió?
--Cuando volví a Rosario, a fines del siglo pasado, en el diario La Capital me hicieron una pregunta parecida y contesté lo que me parece se está cumpliendo ahora: la historieta sigue vigente pero la distribución masiva quedó para el manga y las editoriales más grandes de Norteamérica. Dije que acá iba a seguir la producción local pero que llegaría al lector por ediciones autogestadas por los historietistas. Bueno, así veo el panorama actual...
--Contame sobre tu trabajo en Rosario para La Capital y El Ciudadano.
--En La Capital metí una historieta e ilustraciones en el Señales e ilustraciones los domingos para una sección llamada Historia del crimen escrita por Osvaldo Aguirre. Para El Ciudadano hice historietas de aventuras con el clásico "continuará", algo que soñaba hacer desde niño. Fueron 7 años, más o menos.
--¿Qué podés anticipar sobre tu taller de historieta?
--Nada, ¡es un secreto! Bueno, es un curso de 12 clases donde se plantean definiciones de la historieta desde sus comienzos hasta las actuales. También se presentarán técnicas de dibujo y de escritura de guiones para que el participante pueda crear sus propias aventuras.
--¿Qué autores o tradiciones sentís que pueden haberte influenciado y qué hacés a partir de esas influencias?
--Mis ídolos son muchos! En escritores están Dick, Brown, Hammett, Stark, la lista es larga. En historietas, Oesterheld, Solano López, Breccia, Pratt, la lista es larguísima... ¿Y qué hago? Reciclo en mi cabeza y creo mis propias aventuras.