Ayer hubo una marcha histórica por las calles de la ciudad de Salta, convocada por trabajadores públicos de la docencia y la salud. Veinte cuadras con más de 10 mil personas fueron las estimaciones más conservadoras sobre la manifestación en reclamo de mejoras sustanciales de sus salarios, comenzando por el incremento de los básicos y el cambio de categoría de todos los ítems que componen el salario estatal (de no remunerativo a remunerativos).
Fundamentalmente, las y los trabajadores de la educación y la salud demandan que sus haberes se equiparen con la Canasta Básica como mínimo que, consideran, tiene un piso de $320.000. La docencia autoconvocada rechaza el acuerdo paritario con los gremios de educación cerrado el viernes pasado y que repercute en toda la administración provincial.
La Asamblea Provincial de Docentes Autoconvocados convocó a la manifestación pacífica para las 10 de la mañana. También programó una conferencia de prensa con los 19 docentes detenidos el atardecer del 25 de mayo sobre la ruta nacional 9 a la altura del ex peaje Aunor. El reclamo salarial atravesó tres encuentros o instancias de negociación, y cinco episodios de represión policial debido a los cortes de ruta que realizó la docencia cuando comenzó a extremar medidas. El punto que colmó el vaso y amaplificó la protesta fue la persecución por parte de la Policía de la provincia el pasado 25 de mayo.
Las distintas áreas de salud pública, con trabajadores autoconvocados que no se sienten representados por sus gremios de base; los establecimientos educativos públicos con maestros, maestras, profesores o profesoras que tampoco se sienten representados por sus sindicatos, convocaron a sus trabajadores reunirse en las cercanías de la plaza central un tiempo antes de la hora pautada para el inicio de la marcha. El Sindicato de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Salta, no firmó el acuerdo del viernes pasado y participó en la marcha.
Sobre la hora señalada, la plaza 9 de Julio se llenó de golpe. A la calle Caseros que cruza frente al Cabildo Histórico, llegaron los guardapolvos blancos, el personal con barbijos, la gente de a pie con sus mochilas, las familias acompañando la protesta. Cada uno con sus banderas, portando pasacalles o pancartas donde imprimieron un reclamo o simplemente un colagge para mostrar el descontento social que recorre la gran conversación social salteña.
“Basta de cacería de docentes”, “Somos docentes, no delincuentes”, “Quiero el 82% móvil”, “Mangione, la grieta es por tu culpa” (por el ministro de Salud, Federico Mangione), “Bajen las armas, aquí solo hay maestros”, “Quiero ganar igual que un concejal” (por la asimetría entre los salarios de trabajadores y funcionarios), “Abajo el decreto 91/23” (conocido también como protocolo antiprotestas), se contaron entre los más duros.
Justamente, mientras en la plaza se concentraban las y los trabajadores estatales de educación, salud, y organizaciones sociales que los acompañaron, el mandatario mantuvo una entrevista radial desde donde envió mensajes. Uno de ellos, caldeó aún más los ánimos: “no hay más plata”, “los autoconvocados deben armar un gremio”. Muchos manifestantes escucharon con atención la entrevista que concedió a una emisora salteña. “Si el gobernador dice que no hay dinero, ¿por qué sí hubo para gastar en las elecciones?”, reflexionó una mujer consultada antes de comenzar la marcha. “Sáenz dice que no hay dinero, arregla con los gremios a la baja (por el acuerdo del viernes pasado con cinco sindicatos docentes) y el ministro de Economía (Roberto Dib Ashur) asegura que tenemos superávit”, comentó otro educador consultado mientras el gobernador aún continuaba hablando.
Más tarde los trabajadores autoconvocados de salud comenzaron a acelerar la salida subiendo el volumen de la música en la camioneta que haría de guía, en el sector del mástil de la plaza, frente al Cabildo Histórico, arrancó la conferencia de prensa. “El gobierno que no dio una respuesta a los docentes autoconvocados de la provincia de Salta. Le presentamos un pliego de condiciones en febrero”, reclamó a viva voz el delegado de los docentes del departamento capital, Claudio Uriona. “La intergremial firmó paritarias a la baja”, insistió. “Exigimos a este gobierno que dé respuesta a los trabajadores de salud y educación”, cerró.
Luego dos de las docentes detenidas el 25 de mayo comenzaron a leer una carta. “Hemos atravesado violencia física y emocional, también violencia de género”, le dijo a todos los presentes Eliana Florez. “Cada una estamos con nuestros títulos porque salieron a decir (por el ministro de Educación, Matías Cánepa) que no éramos educadoras”, aclaró luego mostrando públicamente sus títulos.
“Nosotros celebramos el 25 de mayo luchando”, prosiguió Luz Luna, otra de las docentes detenidas. “Nos corretearon como a gallinas fugadas de un corral. Tiraron balas y apalearon a los compañeros y compañeras como si de verdad estuviéramos haciendo algo dañino y maligno a la sociedad”, siguió leyendo con la voz quebrada y lágrimas en sus ojos. Luego se levantó de esos recuerdos todavía frescos. “¡Exigimos inmediato sobreseimiento de las causas que iniciaron violentamente contra todos las y los docentes detenidos aquel 25 de mayo!”, clamó. “Exigimos respeto para ejercer nuestro derecho a la protesta y al uso de los espacios públicos sin amenaza del aparato de represión estatal. Queremos una policía que defienda los derechos de los trabajadores”, prosiguió ante la mirada atenta de manifestantes y la prensa que la rodeaba.
“Reclamamos que las prácticas periodísticas sean éticas, con perspectiva de derechos humanos y de género. No demonicen la conciencia colectiva”, lanzó. “Queremos apertura de paritarias con los autoconvocados, no con los gremios”, cerró, con el aplauso de todas y todos los presentes.
Solari encabezó la marcha popular
La voz del Indio Solari aglutinó a las y los trabajadores, en un gran pogo de manifestantes que precalentaban para una marcha que será recordada como histórica. Mientras las organizaciones sociales (Polo Obrero, Movimiento Argentina Rebelde, Partido Obrero Salta, Polo Obrero, Federación Organizaciones de Base, Pueblo Unido Salta, y la Corriente Clasista y Combativa) terminaban de llenar la plaza central de Salta, comenzó a sonar “Ji ji ji” en los parlantes de la camioneta que guió la marcha. Algunos versos se enroscaron con los recuerdos frescos de la represión reciente. “No lo soñé, ibas corriendo a la deriva; No lo soñé, los ojos ciegos bien abiertos”, coreaban mujeres y hombres.
La asimetría de los salarios entre funcionarios y trabajadores atravesó la protesta social. En las pancartas, de manera reiterada, apareció: “Quiero ganar el sueldo de José”, en alusión al concejal capitalino José García, que tendría un haber cercano al millón de pesos.
Algunos turistas miraban la gran marcha desde el clásico hotel de Buenos Aires y Zuviría. “En Buenos Aires tenemos todos los días manifestaciones”, comentó un visitante bonaerense a Salta/12. “Somos argentinos y debemos ser solidarios. La lucha por el salario es la lucha de todos”, comentó otro de los consultados por este medio. Trabajadores de la Secretaría de Cultura de Salta salieron a apoyar la manifestación. “Llevamos cuarenta minutos aquí parados”, dijo a este medio una trabajadora del área de cultura de la provincia. “Los apoyamos porque sus reclamos son también los nuestros”, sintetizó mientras la columna humana doblaba en la esquina de la Iglesia San Francisco (Caseros y Deán Funes) sin alcanzar a vaciar aún la plaza central de Salta.
La manifestación se desplazó hacia la Avenida San Martín con rumbo oeste y luego dobló por la calle Jujuy con rumbo norte y avanzó por la ancha Avenida Sarmiento. Cuando se detuvieron para abrazar a compañeros y compañeras de salud que esperaban en las puertas del Hospital El Milagro, se pudo advertir lo gigantesca de la manifestación. En ese lugar, algunas de las columnas de organizaciones sociales se separaron (Partido Obrero Salta, Polo Obrero): caminaron hasta el palacio legislativo de Salta para desconcentrar. El resto de las y los manifestantes continuaron por la Avenida Entre Ríos con rumbo Este y doblaron a la altura del primer shooping salteño para bajar por la Avenida del Bicentenario hasta el Parque San Martín. Las últimas organizaciones acompañaron a las y los manifestantes para detener el tránsito salteño. En todo el devenir de la marcha, fue notorio el acompañamiento de conductores que quedaron esperando paso en algunas intersecciones de calles y avenidas congestionadas por la enorme manifestación. Casi no hubo bocinazos. Casi no hubo insultos. Existieron, sí, pero no primó el encono contra los manifestantes.
Salteñazo del siglo XXI
“La de hoy fue una manifestación masiva, como lo fueron las que hicieron los docentes durante el gobierno de Juan Carlos Romero”, respondió el historiador Gregorio Caro Figueroa al ser consultado por este medio sobre las comparaciones posibles entre el Salteñazo de finales de mayo de 1969 y el de ayer. “La de hoy fue, además, una marcha sin violencia”, agregó. “Esto da lugar a una pregunta ¿como se explica el contraste de esa masividad lograda, no solo por fuera del gremio docente, sino de docentes críticos de la actual conducción gremial?”, lanzó. “Esto ocurre”, argumentó luego, “no solo en otros gremios (salud acompaña a educación en el conflicto actual), sino también en ciertas áreas del campo político”. “Algunos siguen votando por candidatos provinciales o en municipios devastados por pésimas administraciones y por la corrupción instalada como sistema”, cerró el historiador salteño.
“La masividad fue muy notoria”, respondió a la misma consulta otra historiadora, Alejandra Soler Carmona, “también la solidaridad”, dijo, frente a actos represivos como los de la semana pasara en el ex peaje Aunor. A diferencia de la manifestación de ayer, punto de inflexión en un proceso iniciado el 4 de mayo pasado, para Soler “en los años sesenta y setenta los reclamos iban más allá del salario y las instituciones. Los estudiantes fueron los protagonistas”. En cambio, en el proceso reciente de la docencia autoconvocada, opinó que “son los empleados públicos, docentes, enfermeros, médicos, empleados estatales en general, quienes encabezan las protestas. El estudiantado participa expresando su solidaridad a la lucha salarial sin ser asalariados necesariamente”.