Finalmente, Jorge Macri fue bendecido como el candidato de Juntos por el Cambio para suceder a Horacio Rodríguez Larreta en la jefatura de gobierno porteño. La designación fue un acuerdo de cúpula confirmada por el actual mandatario porteño a través de una carta publicada en las redes sociales.
“Quiero manifestarle todo mi apoyo a Jorge. Confío en él y estoy seguro de que va a dejar todo para estar a la altura del legado que empezó Mauricio en 2007 y que tuve el honor de continuar desde 2015”, escribió el también precandidato del PRO para la Presidencia.
La que inmediatamente salió a celebrar fue Patricia Bullrich, contendiente de Larreta en la interna por llegar a la Casa Rosada y aliada de Mauricio Macri en imponer al licenciado intendente de Vicente López en la ciudad. “Eras vos”, le dedicó en un mensaje de Twitter.
La carta de Larreta
En el texto de anuncio titulado “El futuro de la ciudad”, Larreta se deshizo en elogios y agradecimientos a Fernán Quirós, su candidato predilecto en la interna. Hizo también un repaso por el ideario macrista en la ciudad, y habló del “legado” que el PRO sostiene en ese distrito que gobierna desde hace 16 años y cuatro mandatos consecutivos sin denuncias de feudo.
También ensalzó la singular metodología de haber definido una interna a través sondeos de opinión pagos. El resultado de estas fue que “Jorge tiene una intención de voto muy consolidada y Fernán una potencialidad muy auspiciosa”, indicó el jefe de gobierno.
Frente a esa evidencia, “Jorge será el candidato del PRO para competir por la Jefatura de Gobierno de la ciudad en las próximas elecciones PASO de agosto”, anunció. El contendiente inmediato que tendrá será el radical Martín Lousteau, cuya candidatura fue posible por la jugada de Larreta que dio pie a ello cuando anunció que las elecciones porteñas serán concurrentes con las nacionales.
De Vicente López a CABA
Para imponer a Jorge Macri, la conducción de Juntos por el Cambio hizo caso omiso de la denuncia judicial de inhabilitación que pesa sobre él por aspirar a ser jefe de gobierno de un distrito mientras está de licencia en la conducción de otro.
Como se sabe, el primo de Mauricio Macri es ministro de Gobierno porteño desde hace dos años pero, para serlo, pidió licencia como intendente de Vicente López, distrito que gobernó desde 2011. O sea que debió tener residencia allí durante al menos el último decenio y sigue siendo intendente bonaerense aunque licenciado en ese cargo.
Lo que establece la Constitución porteña es que quien aspire a ser jefe de gobierno debe “poseer una residencia habitual y permanente (…) no inferior a los cinco años anteriores a la fecha de elección”.
La incoherencia fue denunciada por el ex senador radical Nito Artaza, que pidió la impugnación de la candidatura sobre la base del antecedente que la Corte Suprema marcó en Tucumán y San Juan. Pero, como se sabe, cuando el cuestionamiento pesa sobre Juntos por el Cambio, la balanza del Poder Judicial tarda en moverse y el caso aún no escaló hasta el supremo tribunal.
A pesar de esa objeción (que ya sería sentencia para un candidato del Frente de Todos), para Larreta, Jorge Macri “es un hombre con una experiencia y capacidad de gestión única, que convirtió Vicente López en uno de los municipios más desarrollados del país”.
Luego aprovechó un párrafo para su campaña propia: “Los argentinos estamos viviendo momentos de mucha angustia y dolor. Pero yo estoy convencido de que podemos cambiar. Yo voy a trabajar, trabajar y trabajar para lograrlo”.
La interna porteña del PRO
La candidatura de Jorge Macri avanzó pasando por arriba la de Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, que hasta último momento mantuvo en pie sus pretensiones y que tuvo la exótica idea de decidir la candidatura a través de una encuesta.
No solo lo desfavorecieron los sondeos pagos sino también la correlación de fuerzas dentro de Juntos por el Cambio y corrió la misma suerte que Soledad Acuña, su par porteña en Educación.
Acuña bajó su candidatura a principios del mes pasado, jaqueada por los números de intención de voto que no la favorecieron y presionada por una interna caótica en la que Mauricio Macri comenzó a imponer a su primo como moneda de cambio tras su renuncia a ser candidato a presidente y haber allanado el camino de la competencia a Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.