Aunque parezca increíble, ya pasaron nueve años desde que Rubén Blades pisó por última vez un escenario porteño. En aquella ocasión lo hizo en el Teatro Gran Rex, como parte de su gira “Cantos y cuentos urbanos”. Ese mismo año, 2014, lanzó el disco Tangos, donde adaptó sus clásicos al ritmo del 2x4. Y para eso contó con la complicidad del productor y arreglista Carlos Franzetti, la orquesta de Leopoldo Federico y la Orquesta Sinfónica de Praga. Coronando de esta forma un deseo que data de 2010, cuando fue invitado a ponerse a prueba en el género en el Festival Mundial de Tango.
Ahora el salsero regresa a Buenos Aires tras llevar a cabo otro anhelo: encarnar en una big band. Lo dejó patente en el álbum Salsa big band, de 2017, en sociedad con la orquesta de su paisano Roberto Delgado, con la que juntó fuerzas dos años antes en el álbum Son de Panamá.
Al experimento le fue muy bien, y al disco aún mejor. Tanto que ganó el Grammy de 2018 en la categoría “Mejor álbum latino tropical”, mientras que en el Latin Grammy triunfó en las categorías “Mejor álbum de salsa” y “Album del año”. Lo que se convirtió en toda una paradoja o quizá en un salvavidas. Y es que un par de años antes, el ícono panameño había anunciado su retiro de los escenarios a través de un tour al que llamó “Caminando, adiós y gracias”. Pero esos trofeos le hicieron reconsiderar su decisión, al comprender que no sólo eran un estímulo para él, sino también para la salsa como movimiento. Si bien siguió adelante con la idea de despedirse de los shows en vivo, a partir de esto extendió las giras por un tiempo más. El mismo lo dio a conocer mediante un comunicado, fechado en enero de 2018, que aún cuelga en su sitio web.
Cuatro años más tarde, el artista retomó la fórmula con su disco Salswing!, en el que le volvieron a acompañar los mismos músicos. Si la mayoría del repertorio de Salsa big band está compuesto por canciones nuevas (aunque redime joyas de la música afrocaribeña como “Nadie sabe”, grabado con Roberto Roena y su Apollo Sound, en 1977), en este caso se dedicó a revisitar estándars del jazz y el swing. Sin embargo, no sólo rescató los fundamentales “Pennies from Heaven” o “The Way You Look Tonight”, sino que también atavió a los suyos con ese ropaje. Arrebato que evidencia su hit “Paula C”. Lo que aúna a ambos discos es el deseo de Blades de rendirle tributo a las orquestas de leyendas de la música boricua de los años 50, del tamaño de Tito Puente, Tito Rodríguez y Willie Rosario. Al igual que a la era de oro de las big bands (consolidadas con el auge del swing, en los años 40).
Cuando este miércoles se suba al escenario del Luna Park, a las 20 hs, el ídolo caribeño alternará sus himnos con temas de Salsa big band y Salswing! De este último disco se desprendieron otros dos trabajos: Salsa plus! y Swing! “Salsaplus! lo hicimos para los que les da urticaria escuchar algo que no sea salsa”, explicó Blades a Página/12, en 2021. “Mientras que Swing! tiene arreglos propios del swing, por más que algunos temas estén cantados en español”. El antecedente de todo esto se remonta a 2014, tras un recital en el que el ex ministro de Turismo de Panamá se presentó con el trompetista estadounidense Wynton Marsalis y la Jazz at Lincoln Center Orchestra. El show fraternizaba canciones como “Pedro Navaja” y “El cantante” con “I Can't Give You Anything But Love” (cantado por Ella Fitzgerald) o “Too Close For Comfort” (inmortalizada por Frank Sinatra).
En el Latin Grammy de 2021, Blades volvió a levantar el gramófono al “Album del año”, gracias a Salswing!, al tiempo que Residente (ex Calle 13) le entregó el de “Persona del año” (lo otorga la Academia Latina de la Grabación de los Estados Unidos a los artistas que tienen una trayectoria musical extensa).
En tanto que en febrero último obtuvo el Latin Grammy al “Mejor álbum de pop latino” por el disco Pasieros, donde reinterpreta en clave de pop, R&B y bossa nova varios de sus éxitos, con el grupo brasileño Boca Livre.
Esto le significó su onceava estatuilla, llevándose por delante a jóvenes estrellas del género como los colombianos Camilo o Sebastián Yatra. Y es que a sus casi 75 años, que se consumarán el próximo 16 de julio, el artista se encuentra con mucha energía. Tan vital está que es difícil seguirle el trajín.
Es importante destacar que este reencuentro con el público argentino, que ya es sold out desde abril, es el primer recital del cantante y compositor en 2023. Así como el inicio de una gira que después lo llevará por Chile, España, Colombia, Estados Unidos, República Dominicana, Costa Rica y Perú. A Blades lo acompañarán Roberto Delgado y su Orquesta, con quienes tuvo que hacer una pausa en la grabación del segundo volumen de Salswing! para cumplir con esta serie de compromisos.
Aún no se develó lo que incluirá este flamante repertorio. Lo que sí se supo es que la producción musical que prepara Blades es caudalosa. Aparte de esa secuela en la que pondrá a dialogar de vuelta a la salsa con la big band, está finalizando la parte dos de Paraíso Road Gang: proyecto discográfico basado en la historia de su país y en la mezcla de estilos como el rock, el jazz, el rap y la música popular local.
Después de lanzar Paraíso Road Gang en 2019, en este momento trabaja en el primer single de la segunda parte. Tiene como invitado a su compatriota Nando Boom, pionero del llamado “reggae en español” (uno de los antecedentes del reggaetón y del dembow) y conocido en la Argentina a partir de los covers que Los Pericos hicieron de clásicos suyos como “Mi resistencia”. El corte promocional lo produce su amigo y colega Residente.
En paralelo, la otrora estrella de Fania All-Stars protagonizó en 2022 un recital de cinco horas y media en el Coliseo de Puerto Rico, junto a la orquesta de Roberto Delgado, donde repasó por primera vez (y en el mismo orden en que lo grabó) las canciones de una de las obras maestras de la música popular latinoamericana. Se trata del álbum Siembra (1978). Ese show se registró, y pronto verá la luz.
Mientras cavila cuándo pondrá en circulación la segunda parte de su libro de memorias, el salsero llegará a la Argentina al mismo tiempo que circulan en las plataformas digitales una terna de colaboraciones con figuras de la música de habla hispana.
A fines del año pasado prestó su voz para el tema “No pasa nada”, del guitarrista de flamenco Niño Josele. A los que le secundaron dos duetos con pilares de Buenavista Social Club. Ambos publicados en mayo. El primero de ellos es con Omara Portuondo, y se titula “Honrar a la vida”: maravilloso cover de la tanguera Eladia Blázquez (incluido en el nuevo disco de la habanera, Vida).
El otro se llama “Pajarito voló”, y es una suerte de son montuno remojado en country, al lado de Eliades Ochoa (está en el álbum Guajiro, del santiaguero). Hace tres años, Blades cumplió medio siglo cantando. Y su voz, así como su legado, sigue inquebrantable.