Los 175 países reunidos desde el lunes en París para avanzar en el borrador de un tratado contra la contaminación por plástico, no pudieron aún iniciar los debates por desacuerdos sobre las reglas de aprobación del texto. Arabia Saudita, otros países del Golfo Pérsico, Brasil, China, Rusia e India rechazan que el futuro tratado pueda ser aprobado por una mayoría cualificada de dos tercios, si no se llega a un consenso.
En cambio, una mayoría de los países defienden que haya una votación como último recurso, lo que permitiría pasar por encima de una minoría de bloqueo, o bien consideran que esta cuestión puede decidirse "más adelante". "No nos estamos centrando en lo que venimos a discutir aquí, que es la contaminación por plásticos", afirmó Camila Zepeda, de la delegación de México.
"Es una pérdida de tiempo y de energía en discusiones circulares que hemos escuchado ya extensamente de ambos lados", agregó Zepeda, que fue aplaudida por la mayoría de las delegaciones y las ONGs presentes en las tribunas. Un representante de Irán respondió que "los Estados miembros tienen el derecho a hacer sugerencias" y que "no somos partidarios de la definición errónea de consenso que tienen algunos Estados", agregó. "Hace ya dos días que el tratado mundial sobre los plásticos está bloqueado por una coalición de países reticentes, dirigida por Arabia Saudita", manifestó Graham Forbes, un responsable de Greenpeace. "Pedimos a los países que dejen de perder el tiempo y empiecen a hablar de las cuestiones esenciales, para resolver la crisis de la contaminación por plástico", enfatizó.
El plástico, que es un derivado del petróleo, es un material omnipresente en la vida cotidiana, y está en embalajes, fibras de ropa, material de construcción o en el instrumental médico. Los residuos terminan en los océanos, en el estómago de los pájaros, en las cimas de las montañas y se han detectado microplásticos en la sangre, la leche materna o en placentas. En 2019, los plásticos generaron 1.800 millones de toneladas de gases del efecto invernadero,un 3,4% de las emisiones mundiales, una cifra que podría duplicarse para 2060 según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
El Acuerdo de París sobre el Clima, en 2015, o el pacto de Kunming-Montreal de 2022 sobre la biodiversidad, fueron aprobados por consenso, como la mayoría de los tratados establecidos bajo la égida de la ONU, es decir, sin votación e incluso a mano alzada.