Ladeado por algunos de los popes del círculo rojo y los dos precandidatos a sucederlo en la ciudad de Buenos Aires, el jefe de gobierno y precandidato presidencial de Juntos por el Cambio, Horacio Rodríguez Larreta, responsabilizó al Estado “por no generar trabajo privado” y adelantó una serie de propuestas de campaña de cara a las próximas elecciones.
“La principal razón por la que no se crea trabajo privado es el Estado. El Estado que traba, grava, cobra y genera riesgo”, lanzó el precandidato en línea con el ideario neoliberal de anular la intervención estatal en la política económica.
Es más, para explicar cuál será uno de los ejes de su eventual administración utilizó la definición instalada por Domingo Felipe Cavallo durante el último gobierno de la Alianza: “Déficit cero”. “En la ciudad no se gasta más de lo que se recauda y eso es algo innegociable”, subrayó.
El segundo punto de la lista de promesas que apuntan a beneficiar a las grandes empresas fue “bajar los impuestos”, uno de sus caballitos de batalla discursivos desde hace años.
“Es cierto que el Estado funciona a partir de los impuestos, pero esto tiene que ser razonable y generar los incentivos correctos”, afirmó ante los gestos de aprobación del titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, que estaba sentado a su lado.
Larreta estuvo rodeado también por el presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss; el presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino, y miembros de otras corporaciones. Detrás se él se ubicaron Jorge Macri y Martín Lousteau, adversarios en la interna de Juntos por el Cambio y puestos allí en estratégica vidriera electoral.
“Es una imagen de que tenemos que trabajar juntos”, afirmó. “Nos ponemos de acuerdo y a ese acuerdo tenemos que llevarlo a rumbo común en la Argentina”.
Arrancó con una frase que contradice los índices oficiales: “Llevamos ya 10 años que no crece el empleo privado en la Argentina”. Sobre la base de ese dato falso, citó el axioma peronista de que “el trabajo dignifica” y dijo que “lo que viene en la Argentina es trabajo formal, estable y con buenos sueldos”.
El tercer punto fue lograr el “equilibrio fiscal” que, según él, en la ciudad “se transformó en superávit”. Por eso se va a “reducir la carga impositiva” del Estado.
“Apuntar al déficit cero, y cuando apenas comienza a surgir el superávit producto de la recuperación y el crecimiento, eso se va a traducir en baja de impuestos”, aseguró.
Luego anunció una "reducción en las alícuotas de Ingresos Brutos", un impuesto "distorsivo" que "impacta en las exportaciones". La iniciativa, "que retoma lo que fue el pacto fiscal de 2017 (durante el gobierno de Mauricio Macri), será llevada a la Legislatura porteña.
"Se bajarán las alícuotas en las manufacturas de 1,5 a 1; en la construcción, de 2,5 a 2; y para los sectores agropecuarios, a cero; es decir que se elimina", precisó y adelantó que el sector financiero también se verá beneficiado "cuando el gobierno nacional cumpla y efectivice el fallo de la Corte Suprema sobre la devolución de la coparticipación" federal, cuestionada por varios gobernadores provinciales.
Cuando esto ocurra, “vamos
a incluir en el proyecto de ley la baja automática del impuesto a los ingresos
Brutos a los instrumentos financieros” porque “también es parte (del país) el
poder financiero”.