Como corolario del raid de artistas internacionales de la escena nü jazz que revolucionaron a Buenos Aires en las últimas dos semanas, Bad Bad Not Good se presentará este jueves, a las 20 hs, en Ciudad Cultural Konex. Sin embargo, lo que diferencia a la banda canadiense de los estadounidenses Snarky Puppy, la inglesa Nubya García y el armenio Tigran Hamasyan, es su constante diálogo con la movida indie y por sobre todo con la del hip hop. Su forma de comprender el ritmo, la improvisación y hasta la psicodelia sedujo de tal forma a raperos del calibre de Kendrick Lamar, Tyler The Creator, MF Doom y Gosthface Killah, que tuvieron que hacer fila para colaborar con los de Toronto. De hecho, este último (uno de los Wu-Tang Clan que fue parte del show del grupo en el Luna Park en abril) firmó con el trío en 2015 el disco Sour Soul. Lo que decantó en que Lamar los convocara dos años después para que coprodujeran el tema “Lust”, incluido en su obra maestra DAMN (2017).

Esto derivó en más ajetreo para la terna. Reflejado en “Tried”, canción que consumaron con la banda electrónica sueca Little Dragon. A lo que le secundó la producción del single “After the Storm” para Kali Uchis, el show que protagonizaron para la casa de moda Louis Vutton en 2018, y su participación en la colección de discos curados Late Night Tales. Lo que además condimentaron con el temazo que se mandaron junto al músico de R&B Thundercat y el sobrino-nieto de uno de sus héroes en el jazz, John Coltrane. Se trata del productor de música electrónica Flying Lotus. Entre los tres entretejieron una de las mejores y más exquisitas odas a la psicodelia (de manufactura fantasmagórica) que se haya hecho en tiempos recientes: “King of the Hill”. Mientras se vieron envueltos en ese tornado de proyectos, los Bad Bad Not Hood no dejaron de hacer tours. De hecho, tras su debut local en 2017, en Niceto Club, regresaron en 2019. Pero tocaron en Teatro Vorterix.

En esa reincidencia, donde compartieron cartel con la banda estadounidense Khruangbin, cultora del groove lisérgico, Bad Bad Not Good, en contraste con la luminosidad de su primer desembarco porteño, sorprendió esta vez con un set hermosamente penumbroso. “No me olvido de ese show”, confiesa en el otro lado del Zoom, desde la capital de la provincia de Ontario, el bajista Chester Hansen. “Estábamos en un estado no digo que oscuro, pero sí muy nocturno. Esa noche estuvo increíble. Y ese público fue uno de los mejores que tuvimos”. A los pocos meses, vino la pandemia. Lo que le vino bien a la banda para frenar de una vez la eterna gira de su laureado álbum IV (2016), que los disparó muy alto a nivel mundial, y que, al mismo tiempo, ayudó a reafirmar al jazz millennial. Entonces finalmente pudieron ponerse manos a las obras para terminar su último álbum, Talk Memory (2021), con el que nuevamente salieron de gira.

Hansen adelanta que en esta vuelta a la ciudad harán hincapié en el repertorio de su quinto álbum de estudio. Si bien al principio no tenían mucha idea de lo que querían hacer, a lo que le sumó presión el rotundo éxito de su antecesor, estos nueve tracks mantienen la identidad sonora y estética del grupo que completan el saxofonista y guitarrista Leland Whitty y el baterista Alexander Sowinski. “Sigue siendo nuestro viaje, aunque todavía creemos que el sonido de la banda sigue en constante evolución”, apunta el bajista. “Llegar hasta acá no ha sido fácil, y eso incluye los diálogos que tenemos con otros estilos musicales. Al jazz lo entendemos como una especie de paisaje al que nos adentramos. Una vez que lo estamos atravesando, usamos como guías las influencias que tenemos de otros géneros. O más bien las filtramos”. Y para muestra está el tema que inaugura el repertorio del álbum, “Signal from the Noise”.

Para producir este tratado sobre la alucinación musical convocaron al músico electrónico inglés Sam Shepherd, quien en paralelo a este encargo trabajó con el saxofonista Pharoah Sanders el que terminó siendo el último álbum en vida de la leyenda del jazz: Promises (2021). Talk Memory es el primer disco de Bad Band Not Good como trío, tras la salida del tecladista Matthew Tavares. “A partir de ahora, cubrimos su ausencia con músicos externos”, explica Chester. A diferencia de IV, lo nuevo del trío no tiene voces invitadas. Aunque sí convidaron a varios músicos, entre los que destaca el pianista y compositor brasileño Arthur Verocai, al que conocieron en una gira por Brasil. “Grabamos el disco antes de que llegara la pandemia, y todo el proceso de colaboración con él fue bastante abierto. Se hizo por mail”, evoca. “Hizo sus partes en Brasil. Pero como lo amamos tanto, la primera vez que nos envió cosas, todos quedamos impresionados. Y eso es lo que consta en el disco”.