Así como Seiya no llegó sólo, los bitcoins tampoco. La aparición del caballero de Pegaso fue una excusa genial para que los caballeros de bronce coparan el santuario. La irrupción de Bitcoin en el mercado trajo consigo al caballo de Troya, la tecnología del blockchain. Y al ser de código abierto, permitió que varias redes lo emularan, dando nacimiento a un movimiento de criptomonedas. Un grupo de investigadores con base en Londres estima que desde 2013 aparecieron 1469, de las que al menos 600 se mantienen activas con transacciones diarias.
Ethereum, Ripple, Litecoin, Dash y Monero, las cinco que le siguen en importancia a Bitcoin, ya coparon el 20 por ciento de la cuota de mercado. Ethereum, por ejemplo, utiliza la tecnología de blockchain para crear aplicaciones. Sus creadores explican que así como el e-mail era uno de los usos de internet, Bitcoin es solo una de las formas posibles de usar blockchain.
Ripple está enfocado en sistemas de pagos para grandes empresas. El banco Santander ya la incluye en algunas de sus operaciones. Litecoin es una versión más rápida, liviana y barata de Bitcoin. Dash asegura tener capacidad de hacer transacciones instantáneas y privadas. Mientras que Monero dice que su sistema de minado es más transparente y evita la centralización intrínseca de la arquitectura de Bitcoin.