El presente de Mi Amigo Invencible se revela gratificante: Isla de Oro (2022, Geiser Discos), su octavo álbum, nominado a los Gardel, los tiene de gira y esta noche le toca a Rosario. A las 20.30 en Galpón de la Música (Estévez Boero 980), Mi Amigo Invencible presentará su nuevo trabajo, con las presencias invitadas de la artista local Amelia, y de Lichi con su propia banda.

“Estamos disfrutando mucho de este momento de crecimiento, sobre todo humano. Este disco marca una diferencia, como lo han hecho también el resto de los discos. Nosotros somos, más que nada, una constante hacia adelante, y cada disco es un tatuaje en el tiempo, que queda marcado en el grupo. En este caso, Isla de Oro quedó marcado como una gran experiencia. Es algo que nos suele suceder. Si cada disco es mejor que el anterior, el disco más reciente termina siendo en cierto sentido un disco debut. Siempre está esa sensación; por eso, para nosotros, es un primer disco (risas)”, comenta Mariano Di Césare, cantante y compositor de Mi Amigo Invencible.

El grupo que conforman Di Césare (guitarra y voz), Nicolás Voloschin (guitarra y voz), Pablo Di Nardo (teclado), Lucila Pivetta (bajo), Arturo Martín (batería) y Leonardo Gudiño (percusión), da cuenta de una solidez que explica lo que el músico señala: “Se siente que se ha forjado una especie de fortaleza grupal, y que la amistad se tornó familia. Cada uno cumple con un rol muy específico, que el otro complementa. La identidad de nuestra música es grupal, y ya en el disco anterior, Dutsiland (2019), se logró ese objetivo, que fue el de despersonalizar cierto liderazgo mío en lo estético y llevarlo más hacia lo grupal; fue la primera vez que pudimos grabar en vivo y preparar las canciones en grupo. En el caso de Isla de Oro, si bien claramente las canciones parten de una persona, el tratamiento y la búsqueda terminó siendo tan grupal que eso es lo que se escucha”.

-En ese sentido, ¿qué les aportó Martín Buscaglia, productor de Isla de Oro?

-Él fue un soporte espectacular. Cuando llamamos a un productor o productora, desde el momento en que le confirmamos el trabajo, a todo lo que diga no se lo contradice. No se trata de respetar un lugar de firmeza jerárquica, sino de ir para adelante, con confianza pura. Cuando llamás un productor, estás entrando en un juego de confianza, sin caprichos personales ni enrosques. Martín tuvo un ojo de águila, preciso, identificó los lugares donde tenía que trabajar y distendió nuestras trabas. Todo esto desembocó en una de las cosas más importantes, que fue la de terminar de grabar un disco en 8 días. Por lo general, uno se queda trabajando con las canciones, pero aquí no, nos dimos cuenta de que habíamos terminado el disco en ese tiempo y gracias a su toma de timón. Además, potenció una de las secciones del grupo, que es bastante experimental, donde tenemos una batería y un híbrido entre batería y percusión. Él, siendo uruguayo, con su sangre y experiencia, potenció la base rítmica a un nivel hermoso.

-Qué bárbaro que la música que hacen pueda descubrir esas posibilidades.

-No sé si es temor a aburrirnos fácilmente o una necesidad constante de renovarnos, creo más en la segunda. Es una cuestión nuestra la del amor por la inquietud, la búsqueda y la experimentación; es uno de los motores principales que nos sostienen después de tantos años. Si nos quedáramos con una fórmula que funcionó –hasta ahora no funcionó ninguna fórmula (risas)–, no sé si hubiéramos continuado. Es una forma de resistir, la experimentación es resistencia para nosotros.

-¿Cómo ocurrió la inclusión de “Viento dile a la lluvia” en “La araña”?

-Simplemente la canción cantó, habló. Escuchamos esa canción adentro de la nuestra, y quisimos atrapar esa idea que estaba sobrevolando nuestros oídos. “¡Che, esto se parece a esto!”. “Y bueno, potenciémoslo”. Fue bastante simple y sencillo, nada premeditado. Simplemente lo escuchamos. Las canciones cifran a otras canciones, y en este caso quisimos clarificar esa idea y jugamos con eso. Sobre todo hoy en día, cuando se está disolviendo cierta propiedad privada en relación al arte. Desde nuestro lado, por lo menos, es para jugar, quizás alguien lo quiera hacer con otras intenciones. La música está para atravesar la línea temporal de las cosas y traer esa voz del pasado me parece divertido.

Sobre la presentación de esta noche, Di Césare agrega: “Estamos llevando el show que presentamos en Vorterix en Buenos Aires. Fue nuestro show más grande, para el cual reversionamos canciones que en el disco son más de laboratorio, y les buscamos la vuelta para el escenario, para el vivo. Son canciones que están a estrenarse en las ciudades. Además, está el hecho de compartir la noche con Lichi, que le va a poner un color de buena onda. Nada puede fallar. Se trata de ir a pasarla bien y dejar marcado un recuerdo en el corazón de quienes estén”.