Los argentinos y argentinas vivimos al compás de la música: más de 9 personas de cada 10 la escucha habitualmente. Las redes sociales forman parte de nuestra cotidianidad: el 95% se conecta a diario a alguna de ellas. La Argentina es una sociedad híper (o sobre) informada: casi 7 de cada 10 argentinos leemos noticias a diario, a través de la lectura de periódicos, portales de internet y ahora también le sumamos a las redes sociales como fuente de información. De hecho, en la TV el género informativo es el que encabeza las preferencias. Para buena parte de los habitantes de este país, el teléfono móvil es el principal dispositivo de acceso cultural: cada vez más miramos TV, disfrutamos de series, escuchamos música o nos informamos a través de esa pantalla, sin importar sus dimensiones. Eso sí: a la hora de leer libros, preferimos el viejo y maleable formato de papel a la comodidad pero también frialdad de los e-book. Estos son algunos de los datos que se desprenden de la Encuesta de Consumos Culturales 2022, que permite la posibilidad de armar un perfil cultural del ser argentino.
Pese a los problemas económicos y a la lenta velocidad de la banda ancha en el país, la digitalización cultural avanza acelerada e inevitablemente por estas pampas. Hay datos que son contundentes: el 97% de los argentinos cuenta con al menos un celular en el hogar (el 92% con acceso a internet), superando por primera vez al televisor (presente en el 90% de los hogares). El 95% de los consultados en todo el país afirmó haber usado redes sociales en el último año, dando un salto del 25% respecto de la situación de 2017, cuando se hizo la anterior encuesta. El teléfono móvil se convirtió en la principal puerta de consumo cultural virtual. Sin embargo, vale decir que la virtualización cultural lejos está de reemplazar definitivamente a la presencialidad: en 2022 creció la concurrencia a todas las actividades culturales -teatro cines, museos, conciertos, ferias- respecto de 2017. La cultura continúa teniendo un fuerte arraigo presencial y colectivo en el país.
El ADN cultural argentino
La del 2022 es la tercera encuesta de consumos culturales que realiza el Sistema de Información Cultural de la Argentina, dependiente del Ministerio de Cultura. Las anteriores habían sido en 2013 y en 2017, bajo el objetivo de brindar un panorama sobre los contenidos y las prácticas culturales que los habitantes de este país realizan a diario. La posibilidad de analizar la evolución en el tiempo del vínculo de la ciudadanía con la cultura, a través de los tres recortes, resulta muy interesante. En 2013, por ejemplo, la conectividad a Internet era fundamentalmente domiciliaria, a través de PC o notebook: apenas un 9% de la población se conectaba a la red a través del celular. En 2017, el salto fue notorio: más del 70% ya se conectaba diariamente a Internet via smartphone. Hoy, el 92% de los argentinos tiene Internet en su celular. El mundo -como el fútbol- cambió.
¿Qué escuchamos?
La masificación de Internet móvil modificó mucho más que la forma de acceso: propulsó también el crecimiento de otro tipo de prácticas culturales, como hacer más de una cosa a la vez o relacionarse con obras culturales en cualquier lugar. Una de las artes que más se favoreció con la digitalización fue la escucha de música, que se transformó en el principal consumo masivo de los argentinos: el 96% la escucha frecuentemente. La posibilidad de llevarla a todos lados en el celular, en una practicidad como no tuvo nunca antes en la historia, ayudó a fomentar su presencia permanente. En efecto, el 76% de la población utiliza el teléfono móvil para escuchar música, superando ampliamente al viejo y querido estéreo (32%), a la mismísima radio (39%) o a la TV, dispositivo que el 46% de los encuestados dice usar para disfrutar de canciones.
La escucha física -a través de cassettes, discos, CD o cualquier otro formato- queda cada vez más reservada a los melómanos: el 80% señaló que a la hora de escuchar música lo hace por internet. Entre las plataformas que los argentinos eligen para disfrutar de música, YouTube encabeza las preferencias con el 73%, seguida de Spotify con el 32% y Tik Tok con el 11%. ¿Qué escuchan? La “cumbia/reggeaton” es el género más escuchado, con el 62%, superando al rock nacional (59%) y al folklore argentino(48%). Claro que hay que aclarar que el “rock extranjero” es escuchado por el 41% de la población y el “folclore latinoamericano” por el 21%, por lo que el arbitrario recorte del estudio influye en las posiciones del listado final. Lo que no hay dudas es que la musica romántica/melódica perdió terreno, ya que en la encuesta de 2013 era el género más escuchado y en la actualidad se ubica en el cuarto lugar.
La radio es uno de los medios que más sintió el impacto cultural digital: mientras hace una década el 87% de los consultados dijo haberla escuchado, esa cifra cayó al 67% hoy en día, perdiendo un 20% de oyentes. La FM es la frecuencia predilecta: el 54% lo hace frecuentemente, mientras que a la AM solo la sintoniza el 26%. Una novedad de la encuesta es el dato que señala que ya existe un 10% de la población que escucha frecuentemente radios que solo transmiten por Internet. El aparato tradicional sigue marcando la escucha (el 47% lo hace al modo antiguo), seguido por el celular (27%), el estereo o parlante del auto (26%) y la computadora (8%).
En el caso de la radio es donde también más se manifiesta el choque generacional: el 80% de los adultos de entre 50 y 64 años escucha el medio centenario. En el extremo opuesto, los que menos la escuchan son lo jóvenes de entre 13 y 17 años: solo el 34% lo hace. Sin embargo, eso no quiere decir que ese rango etario juvenil no escuche “radio”, ya que es la segunda franja de edad que más consume Podcast, con el 16%, solo superado en este segmento por el que va de 18 a 29 años (23%). La escucha de Podcast ya alcanza al 13% de los argentinos.
¿Qué vemos?
La televisión sigue siendo el medio más popular de los argentinos, pero no solo ya no es el centro de entretenimiento principal de los hogares sino que además su atención sigue en caída: el 91% de los consultados dijo haber visto TV de aire o cable en el último año, la cifra más baja desde que se realiza la encuesta (llegaba al 97% en 2013). De hecho, hay un 9% de la sociedad argentina que dice no haber visto TV en ningún medio o dispositivo en el último año. El futuro no parece ser promisorio para la pantalla chica tradicional: el consumo de TV es prácticamente universal entre los mayores de 65 años (98%), mientras que esa cifra cae al 84% entre los jovenes de entre 18 y 29 años que vieron algún contenido en el último año.
¿Qué programas son lo que eligen ver cuando encienden la TV, tanto de aire como paga? En las respuestas se esconde el uso que la pantalla chica tiene en el ecosistema audiovisual actual, como un medio en el que se consume preferentemente en “vivo”: el 70% elige ver programas informativos, el 62% ciclos o eventos deportivos, el 58% películas, el 49% entretenimiento y el 40% series o novelas de ficción. El 77% dice que, además, mira TV a la hora en que se emiten los programas (no grabados). Un dato que empieza a marcar la reconversión del consumo televisivo es que ya el 20% de los televidentes realiza comentarios en redes sociales sobre los contenidos que mira. Pese al avance de otras propuestas audiovisuales como las plataformas , la TV paga (cable y satelital) sigue siendo un servicio de gran penetración en Argentina: el 78% está abonado a alguna empresa (en 2013 representaban el 81%). Es decir: las propuestas audiovisuales parecieran no reemplazarse sino sumarse o complementarse.
Mucho de lo que sucede con el consumo de la TV en Argentina se explica por el auge y crecimiento de las plataformas de streaming, la última y más importante revolución audiovisual. ¿Pero cuál es la penetración real de los servicios on line en Argentina? Los datos de la encuesta son elocuentes: en 2022 el 65% de los argentinos vio alguna serie o película en alguna plataforma audiovisual, un porcentaje de la población alto teniendo en cuenta que una década atrás no existían y que en 2017 esa cifra llegaba al 41%. El televisor es el dispositivo más elegido por los argentinos para ver contenidos de streaming (casi 6 de cada 10 eligen esa opción), aunque el teléfono móvil no se queda atrás: un 28% dice utilizar el celular para ver series o películas. A la hora de explicar las razones de la elección de qué ver, la encuesta revela el peso del algoritmo y pone en cuestionamiento la “libre decisión”: un 42% dijo ser el resultado de alguna sugerencia del servicio (eligió en el momento/sugerencia de la plataforma/publicidad o avance).
Como sucede en el resto del mundo y con la ventaja de haber sido la primera en lanzarse al mercado, Netflix es la plataforma más consumida en el país con el 63% de uso, casi triplicado la penetración con su más próxima seguidora: Disney + (22%). Les siguen HBO Max (15%), Prime Video (14%), Star + (13%), Paramount + (6%). Acción/aventuras con el 48% y Comedia con el 40% son los géneros más elegidos por los argentinos a la hora de elegir qué ver en alguno de los servicios de streaming. El informe también parece echar por tierra algunas máximas que se dicen sin fundamento: el 72% de la población afirmó haber visto series o películas argentinas en el 2022. Las historias nacionales, las que -aún con sus filtros algorítmicos- reflejan cultura e identidad, continúan siendo muy atractivas para el gran público.
¿Cómo nos informamos?
Un aspecto interesante que se desprende de la encuesta sobre consumos culturales es el que señala que la sociedad argentina tiene un alto grado de apego a la información. Los datos detallan que casi 7 de cada 10 argentinos dicen leer noticias en diarios, portales o redes sociales. La inclusión de las redes es un fenómeno relativamente nuevo, ya que no se computaba como fuente de información ni en la encuesta de 2013 (en la que el 73% decía informarse en diarios y portales) ni en la de 2017 (donde la lectura de noticias había caído al 57%). La lectura de noticias a través de las redes sociales no es una práctica aislada, más bien todo lo contrario: el 48% dice hacerlo frecuentemente, en un porcentaje que aumenta al 59% en los jóvenes de entre 18 y 29 años. O sea: 6 de cada 10 menores de 30 años -en edad de votar- se informa cotidianamente a través de redes sociales, donde muchas veces se desconoce la fuente de la “información” y las fake news proliferan con menos vergüenza que en los medios tradicionales. La lectura de noticias en redes sociales se duplicó en 5 años: en 2017 alcanzaba al 23,4%.
El consumo de noticias impresas no escapa al proceso de retracción que se da en todo el mundo: apenas el 28% de los consultados dice leer frecuente y ocasionalmente diarios en papel, mientras que el formato digital es leído por el 55% (en 2017 era del 27%). El proceso de transformación de hábitos de lectura informativa del formato de papel al digital -en sus distintas posibilidades- es un hecho inevitable de la nueva era. Los medios se siguen leyendo, aunque en otros soportes.
Las redes sociales no solo se transformaron en fuente informativa sino también en un espacio de vínculo cotidiano y casi universal de los argentinos: el 95% se conecta a alguna de ellas. La mensajería gratuita WhatsApp es la red más masiva, con un 92%, seguida por YouTube con el 82%, cuando en 2013 solo llegaba al 22% de la población. Si bien cada vez ocupa menos lugar, Facebook es la tercera red social más utilizada por la población argentina, alcanzado al 72% de lo consultados (en 2013 era la más popular con el 24% de preferencias y en 2017 llegaba al 64,4%). En el recorrido, se destaca que Instagram creció exponencialmente en los últimos 5 años, pasando de los 27,3% de usuarios en 2017 a los 58% de 2022. La aplicación Tik Tok ya alcanza al 34% de los consultados, mientras que Twitter es una burbuja con más ruido que usuarios: el 16% se conecta a la red del pajarito (subió sólo 3 puntos porcentuales). Cada vez hay más redes sociales y más argentinos utilizándolas.
¿Qué leemos?
¿Qué pasa con la lectura de libros en el país? ¿Qué hay de cierto que cada vez se lee menos? La Encuesta de Consumos Culturales empieza por desmentir esa idea tan extendida: más de la mitad de la población (el 51%) dice haber leído al menos un libro en el último año. De hecho, ese porcentaje de lectores se incrementó respecto de 2017, cuando solo el 44% lo hacía (aunque por debajo del 57% de 2013). A diferencia de lo que sucede en el consumo de noticias, le lectura de libros mantiene el formato tradicional del papel como principal fuente: solo el 20% de los lectores elige hacerlo en digital. Otro mito que se derriba: el grupo etario que más lee es el que va de los 13 a los 17 años (el 78% dice haber leído al menos un libro), seguido por los que tienen entre 18 y 29 años, con el 58%. No es casualidad, claro, que los que más leen coinciden con los años en los por lo general están cursando el período educativo (escuela y/o universidad). Sin embargo, también señalan que leyeron por sugerencia de la universidad o la escuela solo el 9%, y textos escolares o manuales el 11%. La narrativa (novela y cuentos) es el género más leído por los argentinos, con el 27% de las elecciones.
¿A dónde vamos?
Si bien la pandemia modificó hábitos y costumbres, lejos está de afectar el consumo cultural presencial. Tampoco la virtualización parece dañar las salidas: en 2022 creció la concurrencia a todas las actividades culturales en relación a 2017, aun en un período económico difícil. El teatro es la actividad que más se recuperó: un 15% de los encuestados afirmó haber ido a alguna sala al menos una vez al año, por sobre el 11% que dijo haberlo hecho en 2017. Los shows musicales también tuvieron un fuerte repunte: el 29% afirmó haber ido a algún concierto, lo que significa un 7% más que los que fueron hace 5 años. Aún con la competencia feroz que trajeron las plataformas, ir al cine a ver una película también creció respecto a 2017: un 36% fueron a alguna sala, un incremento de un punto con los que habían ido en la última medición.
La experiencia cultural colectiva y sin mediación sigue siendo una sana costumbre argentina. Incluso, la concurrencia a los museos tuvo un fuerte crecimiento: mientras en 2017 el 13% había ido a recorrer alguna institución, el año pasado lo hizo un 20%. Aquí otra vez el factor educativo cumple un rol fundamental, ya que la franja etaria que va de los 13 a los 17 fue la que mas concurrió. Las ganas de salir y compartir actividades fuera de casa se manifiesta también en que un 56% de los consultados participó de alguna feria o exposición, además de que el 36% (un 10% más que en 2017) fue parte de algún espacio o de alguna actividad realizada por organizaciones de la cultura comunitaria. Por más tecnología que haya, el compartir forma parte del ADN argentino.
La disponibilidad de todo tipo de contenidos a un click de distancia trajo una fiebre por el consumo cultural virtual que se vio reflejado en 2017 con el incremento de la práctica digital y la caída de la presencialidad. Sin embargo, la encuesta de 2022 parece demostrar que se trató de un primer impulso, ya que la concurrencia al cine, teatro o recitales se recuperó. Ese es un dato a tener cuenta, para conocer la real afectación a la experiencia material que en el futuro tendrá el acceso digital a obras culturales. Hoy, la convivencia entre lo virtual y lo presencial parece ser un elemento constitutivo y complementario de la cultura argentina. No hay avance tecnológico que pueda con la experiencia, única e irrepetible, del “aquí y ahora”.