La cuenta regresiva se mide en días, antes de fin de mes cierran las listas para las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) y las elecciones generales. Tiempos de enfrascamiento, de roscas vertiginosas. Los análisis de los medios y las tácticas de los protagonistas revelan marcada ausencia de instancias orgánicas: Congresos con debate, plenarios, asambleas o lo que fuera. No absoluta pero sí predominante en particular en las tres fuerzas que los sondeos indican como aspirantes a entrar en ballotage. La participación te la debo o la confino solo al voto.

Palaciegas las fotos publicitarias, las movidas. Cosas extrañas transcurren en Ciudad Gótica: casi todo se cocina en Palacio pero sin que actúen operadores políticos de alto nivel. O de mediano. Serían funcionales o acaso necesarios, opina uno, pero no hay disponibles, fogueados, astutos.

Pasó de moda suponer que alguna coalición podría ganar en primera vuelta… No significa que sea imposible (tantos pronósticos fallan en la aldea global…) pero sí da cuenta de los imaginarios dominantes. Ningún tercio, hoy y aquí, sueña con la pinta de Carlos Gardel.

En paliques secretos, poco divulgados o clandestinos se manejan cifras ajenas a la gente común. Casilleros a llenar, imprescindibles. Miles y miles de fiscales necesarios para ser competitivo en agosto y octubre, no quedar sin boletas, no sufrir “que te vuelquen las urnas”. El sistema electoral nacional es serio, no se registran antecedentes verosímiles de tales fraudes… pero jamás hay que bajar la guardia.

Unos miles de candidatos si se quieren completar todas las boletas que se someterán a consideración de los ciudadanos. Muchos para ir buscando en la vasta geografía patria, pocos si se compara lo disponible con las ambiciones de compañeros, correligionarios o vecinos que pugnan por candidaturas.

Mucha guita y mucha gente para la logística. Esponsoreo transparente u oculto de mecenas poderosos y demandantes.

Aparte de presidente y vice se renuevan la mitad de los diputados nacionales que relevan a los elegidos en 2019, fecha propicia para el Frente de Todos. Ningún augur imagina que consiga revalidar las bancas obtenidas con el 48 por ciento de los votos en primera vuelta, la que define esa puja. Juntos por el Cambio anduvo por el 40 por ciento, tampoco tiene pinta de llegar a tanto.

Ocho provincias cambian senadores nacionales, los que llegaron en 2017, votación dichosa para los cambiemitas. Buenos Aires, Formosa, Jujuy, Misiones, La Rioja, San Luis, Santa Cruz y San Juan. En la Cámara Alta, JpC arriesga más que el Frente de Todos.

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In the pendientes en bajada: El ministro de Economía Sergio Massa viaja a China, haciendo escala en Mercedes, provincia de Buenos Aires. Retoca un gran tema musical: va en tren, va en avión. El fin justifica los medios de transporte pongalé. La hiperquinesis habilita que comparta escena con el ministro del Interior Eduardo De Pedro y con el diputado Máximo Kirchner. Massa consigue reuniones de alto nivel con autoridades chinas y con la titular del banco de los BRICS, la expresidenta brasileña Dilma Rousseff. La oposición política se dedica a bajarle el precio a los acuerdos, a las tratativas. Periodistas in the pendientes devienen periodistas en bajada. O Embajada. Sermonean a los funcionarios argentinos, les dan cátedra sobre relaciones internacionales. Se hacen eco de monsergas del Departamento de Estado. China es una potencia malvada, el multipolarismo bien entendido consiste en hacerle la venia a Washington.

Los swaps en yuanes transitan un sendero conocido. Al principio la Embajada y los portavoces nativos vaticinan que los chinos, inescrutables, cerrarán la mano. Luego chicanean con los números para más adelante poner en duda para qué servirán. La narrativa fracasó (fue desmentida) años atrás, se repite como mantra.

Se recomiendan las notas del colega Leandro Renou en Página/12 para un abordaje riguroso de la gira y una mirada aguda sobre cómo se vive en Shanghai y Beijing. Para esta columna alcanza decir que Massa consiguió algo bastante parecido a lo que buscó. Sobre todo, si se entiende que un negociador avezado pide un poco más de lo que espera. En el trayecto sostuvo conversaciones con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI). El ministro podría desplazarse hacia Estados Unidos.

Propios y ajenos concuerdan en que se consiguen parches, salvavidas hasta fines de este mes o agosto, fechas de significado político evidente, hiper cercanas. Zurcir la macro es mejor que dejarla al garete, concuerdan en la Casa Rosada y en Economía. Aunque “la gente” sigue viviendo en la micro, con inflación imparable, ingresos fijos que se quedan cortos para llegar a fin de mes e inequitativa distribución del ingreso. Semanas atrás (parecen lustros) Massa anunció que convocaría a un encuentro entre empresarios, dirigentes sindicales y líderes de organizaciones populares para analizar un mini plan de estabilización, precios y salarios. Nadie recuerda la promesa que entró en el pasado tal vez por ser demasiado ambiciosa para un gobierno y un ministro que no pueden ponerle el cascabel al gato inflacionario.

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Los decisivos votos de la Corte: La Corte Suprema inhabilita al gobernador sanjuanino Sergio Uñac para buscar su reelección. Tres magistrados se pronuncian, el coreuta vaticano Ricardo Lorenzetti se esconde tras los cortinados o farfulla algún pretexto formalista para borrarse. Al decidir, la Corte fuerza una interpretación unitaria de la llamada competencia originaria. Sin entrar en tecnicismos, digamos que manda a la “B” a los tribunales de provincia.

Los fundamentos conjuntos de Juan Carlos Maqueda y Horacio Rosatti se ciñen al ámbito provincial: estudian la constitución sanjuanina, deducen que la candidatura de Uñac la viola. Carlos Rosenkrantz va más lejos… por algo es el más macrista de todos, el de la primera hora. Traza filigranas sobre la república y la alternancia. La reelección indefinida es anti republicana, a sus ojos. Recoge ovaciones en universidades pagas: la de San Andrés (de la que fue rector), la Torcuato Di Tella (UTDT). El sentenciante legisla o se inviste de poder constitucional. Un jurista serio, Andrés Gil Domínguez, tuitea hilo de dudas. ¿Cuántas reelecciones deben considerarse anti republicanas? ¿Una, dos, “n”? Imposible saberlo. ¿Y si al ex rector le parecen riesgosos cuatro años, un solo mandato?

Aporte pequeño de quien les habla. La Constitución nacional de 1994 permite que el presidente reelecto vuelva a presentarse dejando pasar un período. Es más permisiva que la de Estados Unidos, dato que amerita mención. El presidente Carlos Menem probó en 2003. Si ganaba y reelegía en 2007 podría haber gobernado durante 16 años. Cristina Fernández de Kirchner estaba legitimada para postularse en 2018, tras haber cumplido dos mandatos entre 2007 y 2015. Para los autores de la Carta Magna la república no sucumbiría, en tal caso.

La inventiva de Rosenkrantz lleva a una vía muerta o un abuso de la interpretación, a la plenipotencia de la Corte.

Los aplaudidores (todos macristas, confesos o culposos) propugnan un sistema de presunciones anti mayoritario. En caso de duda, hay que anular elecciones, la Corte Suprema debe meter cuchara. La judicialización se torna regla, costumbre, vicio. Sin embargo, lo razonable es lo contrario, la prevalencia del principio federal. La dosificación del conflicto de poderes. La medicina consistente en privar de derechos a provincias, candidatos y en última instancia a sus poblaciones se transforma en pócima indigesta o en veneno.

En caso de duda, no hay que cobrar. El principio debería valer para los árbitros que manejan el VAR tanto como para los supremos.

La Corte activó una dinámica imparable: judicialización en Formosa, en Buenos Aires contra la reelección de intendentes.

El actor y exsenador Nito Artaza coloca en un brete al tribunal. Acude contra la impresentable precandidatura del intendente de Vicente López Jorge Macri quien, en uso de licencia, se propone como precandidato a Jefe de Gobierno porteño. La Corte tendrá que ver qué piruetas hace para sostener su reputación y al primo del expresidente Mauricio Macri. Uno imagina a la platea de doctrina vociferando: “la camiseta amarilla se tiene que transpirar…”

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Encuestas abajo: Jorge Macri relegó al ministro de Salud porteño Fernán Quirós en una interna falsa, un simulacro. Se anunció que se harían encuestas para dirimir supremacías. Nadie lo creyó. El dedazo suplió a improbables sondeos. El resultado deja huecos incomprensibles. El Jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta defeccionó para construir un sucesor en su distrito “feudo”. Y arrugó al aceptar un Macri, flojo de papeles y no muy vistoso.

El Frente de Todos, a su vez, sigue sin resolver cuantos candidatos nacionales irán a las PASO, si se deja en paz al gobernador Axel Kicillof para que busque la reelección en Buenos Aires.

Como insinuó esta columna el domingo pasado crece el malestar de los gobernadores justicialistas o aliados. En la semana entrante se reunirán, no para unificar personería (les cuesta mucho) aunque sí para conseguir resonancia. Por otras vías protestan porque les cierran las bocas de expendio de dólares oficiales, imprescindibles para mantener equilibrios fiscales más desahogados que los nacionales. Bajo el cono del silencio piden que se rehabilite la obra pública sufragada por la Nación en modo electoral, esto es destinando más plata que en años pares. La praxis de la presidencia de Alberto Fernández se aparta de esa regla de campaña, transversal a cualquier fuerza política. Demasiadas cuitas en los territorios para un oficialismo sediento de votos y de apoyos locales.

Las consultoras hacen su agosto desde hace un par de meses: año de cosecha gruesa, fina, la que usted quiera. Se ensayan por doquier caracterizaciones de los presuntos votantes del diputado Javier Milei. Meses atrás se profetizaba la victoria en primera vuelta de Juntos por el Cambio. El augurio quedó atrás. Alejandro Catterberg, director de Poliarquía explicó ayer en “La Nación” que Juntos “tenía ganada” la votación en aquel entonces. La perdió, glosa este cronista, por almorzarse la cena prematuramente, por vender la piel del oso sin haberlo cazado. En una de esas las tipificaciones sobre los electores de Milei (jóvenes, hombres, pobres o ricos) también pequen por apresuradas. Las lecturas, simplotas o profundas, incursionan en otro formato de época: elogiar las opciones de los votantes, no “apenas” comprenderlos. La moda de elogiar a quienes apoyan opciones de derecha tendrá que debatirse cuando se verifique cuántos y quiénes son. A cuenta: si el pueblo es soberano, si su voto vale y debe ser defendido frente a imposiciones elitistas (judiciales o políticas) “la gente” tiene que hacerse cargo de lo que elige. Son ciudadanos, no ganado ni clientela cautiva. Si eligen ser fachos, debe pensarse por qué para enfrentarlos y no para endiosarlos o describirlos como víctimas que reaccionan contra la injusticia.

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Soberanos y responsables: El sistema político argentino aúna características infrecuentes tan valiosas como dejadas de lado en los análisis y en las sentencias. El federalismo rige en menos del 20 por ciento de los países que integran las Naciones Unidas. El voto universal y obligatorio, derecho y deber que es pilar de la participación masiva, existe en una proporción todavía menor. No importan tanto las cifras estrictas como subrayar que los constituyentes y los partidos democráticos consolidaron un sistema que fomenta la participación de los humildes, la diversidad entre regiones. Los debates legales se deben encarar tomando en cuenta dichos parámetros que expresan escalas de valores.

La derecha activa y presiona. La Cumbre para reactivar UNASUR se empantana por las discusiones sobre Venezuela. El escándalo se promueve desde el Norte, encuentra voceros de izquierda (el presidente chileno Gabriel Boric) y de derecha (el uruguayo Luis Lacalle Pou). La iniciativa del presidente brasileño Lula da Silva no avanza. Lula se consolida como líder regional pero tropieza con un contexto corrido a la derecha, en su patria y en el vecindario.

Todo es difícil en el planeta y en nuestro suelo. Problema que se agrava sin unidad, sin diálogo interno, sin organización básica, sin operadores hábiles.

Estas historias continuarán, a tambor batiente.

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