Los tucumanos finalmente irán a las urnas el domingo 11 de junio, luego de que la Corte Suprema suspendiera cinco días antes los comicios previstos para el 14 de mayo por la impugnación a Juan Manzur, que bajó su candidatura y le puso nueva fecha a la elección. Siete fórmulas se disputarán la gobernación de Tucumán, donde el peronismo buscará prolongar su hegemonía en la provincia que frente a Juntos por el Cambio (JxC) que intentará desplazarlo.
La boleta del peronismo estará encabezada por el actual vicegobernador Osvaldo Jaldo, que esta vez va como candidato a gobernador con el respaldo del grueso de las corrientes del PJ provincial. Su compañero de fórmula, tras el renunciamiento de Manzur por la impugnación, será el actual ministro de Interior provincial Miguel Acevedo.
Como su principal contrincante aparece el radical Roberto Sánchez, que va al frente de la fórmula de JxC. Lo acompaña como candidato a vice, el intendente peronista de San Miguel de Tucumán y aliado del PRO, Germán Alfaro, luego de una feroz disputa con Sánchez por encabezar la boleta y que puso en peligro la unidad opositora. Esa tensión escaló a tal punto que tuvieron que intervenir a los principales dirigentes nacionales de la alianza macrista para evitar la ruptura.
Otro que busca terciar en la disputa por la gobernación es Ricardo Bussi, nacido en Kansas City (Estados Unidos) y referente tucumano del libertario de ultraderecha Javier Milei. Bussi encabeza la boleta de Fuerza Republicana, la estructura política que diseñó su padre, el condenado genocida de la última dictadura Antonio Domingo Bussi. El actual diputado provincial eligió como compañero de fórmula al colega de su propia bancada en la Legislatura tucumana Gerardo Huesen.
En tanto, el legislador provincial de Libres del Sur y exdiputado nacional Federico Masso, será el candidato a la gobernación por el Frente Amplio por Tucumán. Masso que pregona posicionarse mas allá de la “grieta” entre el PJ y JxC, lleva como candidata a vice a la joven abogada Florencia Guerra.
La izquierda tendrá dos boletas diferentes en el cuarto oscuro de la elección tucumana. Una será la del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FIT-U), encabezado por el economista Martín Correa y Alejandra Arreguez. La otra, de Política Obrera (PO) –referenciada con Jorge Altamira--, la única fuerza que lleva como cabeza de lista a una mujer: Raquel Grassino, junto a Luis Toranzo. Ambos espacios pujan por ingresar por primera vez a la Legislatura provincial.
Completa la grilla, el abogado y profesor universitario Juan Ignacio Coria Vignolo, que junto a Liliana Guzmán son los candidatos por Nos Une el Cambio (NEC). Una boleta que tendrá postulantes a intendente, a legislador y a concejal en la Sección Capital, aunque no en los distritos del interior.
De los siete espacios políticos que disputarán la gobernación, solo dos de ellos utilizarán la estrategia de “acoples”, como se denomina a las colectoras que competirán entre si en distintos municipios y en otros tramos de las boletas dentro de un mismo frente político pero que suman sus votos a la fórmula provincial: el PJ (con 61 acoples) y JxC (15 propios).
Un sistema que multiplica exponencialmente la cantidad de boletas en el cuarto oscuro, que complica a los propios votantes y hace mucho mas complejo el recuento electoral. Y que es en esta oportunidad generó un gasto extra para el PJ, que es el que mas acoples tiene: es la única fuerza que tras la suspensión de la Corte, la renuncia de Manzur a su candidatura y la modificación en la fórmula para la gobernación tuvo que reimprimir todas las boletas. Las demás fueron autorizadas por la Junta Electoral a competir con las mismas papeletas previstas para la suspendida elección de mayo.
Las otras cinco fuerzas políticas inscriptas competirán con una lista única de postulantes en una elección que además de gobernador y vice pondrá en disputa 49 bancas de legisladores provinciales, 19 intendencias, 184 concejalías y 93 comisionados en comunas rurales.