Fueron concentrándose en Oroño y el río, con remeras fucsia, violetas, con pañuelos verdes. Llegaban desde los más diversos barrios. La movilización de Ni Una Menos, a ocho años de la irrupción de este grito en las calles de todo el país, convocó a mujeres -eran la inmensa mayoría- de organizaciones sociales, partidos políticos, federaciones estudiantiles secundarias o universitarias, colegios profesionales, sindicatos. La cabecera de la marcha llevaba la consigna: "Ni unx menos. El ajuste es violencia. El estado es responsable". Las manifestantes llegaron desde los barrios, desde el centro, de toda la ciudad. Marcharon por la costa hasta el Parque de España, donde Michelle Vargas Lobos, Virginia Giacosa y Almudena Munera condujeron el acto sobre una tarima a modo de escenario. Además, hubo espacio para que se subieran algunas organizaciones con sus propias demandas. "No queremos Ni Una Menos, queremos todas vivas, también las originarias. No queremos ser golpeadas", dijo Graciela Gerez, de Los Pumitas. La tía de Máximo, el niño de 11 años asesinado conmovió desde Mujeres de los Pueblos Originarios. "El gobierno está mirando para otro lado por nuestros adolescentes, que tienen derecho a ser tranquilos, de ir a la escuela sin miedo, sin sangre". El reclamo por la desaparición de Samanta Malvina Soledad Aguirre, de 42 años (ver aparte), atravesó a las miles de asistentes que colmaron las escalinatas del Parque.
La proclama fue consensuada por la Asamblea Feminista que organiza cada una de las movilizaciones y marcó el final del acto que se realizó bajo un sol intenso, con mucha humedad, con una temperatura veraniega, muy diferente al frío de años anteriores. Y el calor también estaba en los encuentros, y los abrazos, que compartían las manifestantes. "Nos encontramos las mujeres, lesbianas, bisexuales, travestis, trans, identidades no binarias, villeras, discas, indígenas, originarias, afro y muches más, para decir: ¡Somos los feminismos que seguimos organizándonos en contra de las violencias! Somos todas esas identidades que buscaron oprimir pero que, en unidad, seguimos tejiendo redes, de manera independiente y organizada, apostando al cuidado colectivo", comenzó la proclama, que también exigió una reforma judicial feminista, para que la justicia deje de ser patriarcal y revictimizante.
En la explanada hubo una feria popular feminista, marco de miles de encuentros, y abrazos. Como todo ocurrió al mediodía, los puestos que ofrecían comida tenían cola. "No queremos seguir siendo un número en la estadística, estamos en emergencia. Exigimos políticas públicas y mayor presupuesto para el abordaje integral. Declaración nacional y provincial de Emergencia contra las violencias por razones de género. En Argentina al 28 de mayo del 2023, registramos 154 víctimas de femicidios y travesticidios. Las violencias no se terminan con mano dura. ¡No en nuestro nombre y para la tribuna! Las víctimas se multiplican ante la falta de políticas públicas de cuidado y atención, por el morbo mediático y por la desidia de las instituciones", leyeron las compañeras, ante los aplausos de las miles de asistentes.
Fue Giacosa la encargada de leer el mensaje del colectivo Mujeres en Tribu, enfocado en la violencia obstétrica. La voz de las mujeres que maternan se hizo presente en la jornada destinada a reclamar por una vida sin violencias. Roxana Ré fue la vocera del derecho a una vejez digna, y un nutrido grupo de mujeres sindicalistas subió al escenario junto a Analía Ratner, secretaria general de La Bancaria, quien abogó por el efectivo cumplimiento del convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para lograr ambientes laborales sin violencia ni acoso laboral, entre otras muchas reivindicaciones. La columna de las trabajadoras organizadas fue extensa.
El micrófono amplificó distintas voces, y terminó con la proclama, que fue una construcción colectiva. "¡No estamos todes! Hace más de dos años que nos sigue faltando Tehuel (de la Torre). ¡Las vidas trans también valen!", fue uno de los puntos del manifiesto, referido al joven desaparecido el 11 de marzo de 2021. El punto siguiente fue "¡Sin Paula Perassi no hay nunca más!", en relación a la mujer de 34 años que desapareció el 18 de septiembre de 2011 en San Lorenzo.
Entre tortas asadas, la búsqueda de bebidas frías y las conversaciones al paso entre compañeras, en la proclama hubo lugar para señalar que el movimiento transfeminista sigue "resistiendo en este contexto crítico a nivel mundial y nacional donde las derechas expresan discursos de odio y políticas de retroceso sobre nuestras conquistas. Somos parte de quienes lucharon por esta democracia, por eso no vamos a dar ni un paso atrás". Y por lo mismo, se señaló: "No queremos seguir siendo quienes en forma solitaria seguimos poniendo nuestros cuerpos en la primera línea en nuestros barrios populares. Son las vidas de nuestras niñeces las que se llevan las disputas de la narcocriminalidad".
Con sus remeras rojas, muchas militantes de la organización La Poderosa se sentaron cerca del escenario y pudieron escuchar el intenso aplauso que despertó el punto "ley de reconocimiento salarial para las cocineras comunitarias". El canto de las compañeras fue: "Que nos vengan a ver, que nos vengan a ver, somos las cocineras, estamos luchando por una ley". En la frondosa lista de reivindicaciones, tuvo un lugar central la exigencia de "remuneración para las tareas de cuidado".