Del conjunto de acuerdos y compromisos que obtuvo la delegación a China encabezada por Sergio Massa, sin dudas el que reflejará resultados más inmediatos sobre la economía es el de la ampliación del monto del swap (acuerdo de intercambio de monedas) por 5000 millones de dólares, por encima de los 5000 millones previamente "activados".
¿Qué es el swap? Un tipo de acuerdo bilateral que China tiene planteado con más de veinte países en el mundo, como mecanismo de promover el uso de su moneda, el yuan, en el intercambio comercial y en operaciones financieras.
En el caso de Argentina, el primer acuerdo de swap se suscribió en 2009. El actual, que acaba de ser renovado por tres años, alcanza al equivalente a 19.000 millones de dólares. De ese monto, hasta ahora, se había habilitado el uso de 5000 millones (en moneda china) para el pago de importaciones desde ese país. Es decir, China le financia a la Argentina sus importaciones, con un crédito en yuanes por el monto total de las operaciones que elijan este mecanismo de transferencia.
Según informó este viernes la Administración Nacional de Aduanas de Argentina, "luego de que se confirmara la ampliación del swap en (el equivalente de) otros cinco mil millones de dólares para pagar importaciones, las principales industrias electrónicas de Tierra del Fuego aceptaron pasar pagos que vencían entre mayo y agosto de este año en dólares, a yuanes".
Se trata de Newsan, por compromisos de 256,7 millones de dólares, y Mirgor, por otros 373,6 millones de dólares. Es decir, un total de 630,3 millones de dólares que se pagarán en yuanes. Restando, de ese modo, presión sobre la divisa estadounidense porque desaparece esa demanda de dólares en el mercado cambiario.
La opción que realizan estas dos empresas es un beneficio para la macroeconomía, al "desdolarizar" esa porción del comercio exterior, pero además conlleva un beneficio individual para cada una de esas empresas, porque acceden inmediatamente al medio de pago para cancelar su deuda comercial con China, en vez de tener que esperar varios meses para acceder a los dólares del Banco Central, que por escasez de reservas va pautando y lentificando el proceso de entregas de los dólares.
El equipo de Massa está en gestiones con el FMI para obtener un desembolso anticipado en este mes de junio de unos 10.500 millones de dólares, que fortalecerían las reservas internacionales, pero no está claro que le vaya a otorgar disponibilidad de divisas al gobierno para resolver otros problemas.
Por el momento, el FMI está demorando una respuesta positiva al pedido. Pero si lo concediera, además habría que esperar a conocer los condicionamientos. La primera obligación será pagar los vencimientos de la deuda con el FMI, la más inmediata cae en los últimos días de este mes.
Una vez atendida esa prioridad, que es que parte de los dólares vuelvan al FMI en forma inmediata, ¿permitirá atender con esas divisas la demanda de los importadores, por ejemplo, para evitar que una falta de dólares provoque un estancamiento de la economía en algunos sectores? ¿O intervenir en el mercado para atenuar las corridas cambiarias sobre los dólares financieros?
Muchos presumen que esta última alternativa, al menos, está descartada, puesto que "atender" la corrida hacia la dolarización de cartera con dólares del Banco Central equivaldría a "financiar la fuga" con reservas, una figura que rememora, tristemente, los últimos meses del gobierno de Mauricio Macri.
A medida que se vayan cerrando más contratos de pagos de importaciones en yuanes en reemplazo del dólar, se irá aliviando la tensión de la restricción cambiaria, con lo cual también cede, aunque sea en mínima parte, la presión a la desestabilización por vía cambiaria.
Pareciera una paradoja, pero no lo es. El gobierno argentino debió recurrir a China porque el FMI no le aportó ninguna solución. Por el contrario, el programa de ajuste del FMI, con suba de tasas de interés, de tarifas de servicios y de la paridad cambiaria, con un piso fijado por la inflación anterior, es un factor retroalimentador de la inflación. Desestabiliza, en vez de ser un plan estabilizador como se autodefine.
El acuerdo de monedas con China no significa liberarse del Fondo, pero es un buen paso hacia un camino alternativo.