Enviado Especial a Beijing
Cerca de la una y media de la mañana del viernes último, en la Embajada argentina en Beijing, pidió carbón, rescató algún corte de carne que quedaba en la heladera del anfitrión, Sabino Vaca Narvaja, y prendió el fuego para hacer un asado. El ministro de Economía, Sergio Massa, había sido la cabeza de un encuentro simil agasajo, que con el pasar de las horas fue perdiendo invitados agotados por el jet lag. Quedaron sus más fieles y el círculo íntimo, que comieron carne de un asador que, cuentan, suele extender las veladas incluso en días cargados como los de la gira china.
Uno de los que probó la carne, y no es de los Renovadores, admitió que era raro que no se hubiera hablado nunca de política en la semana en la que el titular de Hacienda giró entre Shanghai y Pekín. Tampoco la charla política pasó en esa mesa, pero quizás el avión de regreso que los depositará en Buenos Aires el domingo, ante la inmediatez de las elecciones sea, sí, un asunto que amerite finalmente la conversación.
Massa se pasó los días gestionando recursos, relaciones, exportaciones y financiamiento para obras, sin correrse de esa agenda. Aunque en su comitiva ya tienen en claro cuál es su idea del contexto, que ya ha manifestado en público al menos tres veces en dos semanas: candidato único y de unidad, sea el que sea, con una idea, un rumbo claro y 30 propuestas. Contaron a Página/12 dirigentes muy cercanos que Massa cree que, con ese lógica, se pueden explicar casi todos los problemas y cuestiones positivas de la gestión actual, además del rumbo futuro.
La caída de Juntos por el Cambio
Hay varios secretarios de estado y funcionarios que son fanáticos de los números. A veces, los números explican cosas. Hace unos días, uno de ellos le llevó una serie de encuestas y focus group que confirman lo que Massa cree y lo ponen aún más en alerta y trabajando para un candidato único: desde noviembre del 2022 a hoy, Juntos por el Cambio perdió 9 puntos de intención de voto. Y prevén, los que leen a la oposición, más tormentas que obligan al oficialismo a aprovechar, ordenarse y buscar unidad.
La última de esas tormentas que adelantan tempestades es la jugada, casi desesperada, del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta de sumar al gobernador cordobés Juan Schiaretti a competir en la interna de Juntos, algo que esperan entre en colisión con candidatos del PRO como Luis Juez.
En ese terreno, y como el ministro abona la teoría de tres tercios de Cristina Kirchner, la cuenta que hacen muchos en las filas del Palacio de Hacienda abre dos escenarios: el primero, que con un candidato de unidad del Frente de Todos, el oficialismo gana la PASO; segundo quedaría el libertario Javier Milei y tercero el macrismo. En cambio, si el FDT va a una PASO con candidatos de talla baja, divide el voto y no sintetiza tiene riesgos de padecer un lunes complejo en los mercados si la foto muestra un triunfo de un precandidato que promete dolarizar y cerrar el BCRA.
Los que más conocen al titular de Economía recuerdan, además, que Massa propuso incluso que el candidato sea un tapado, alguien que nadie espera que sea.
En este contexto, la expectativa es que en la reunión de los Gobernadores del PJ que se celebrará el 7 de junio próximo en el Consejo Federal de Inversiones (CFI), haya una posición de los líderes del interior de un orden similar al que piden Massa y la vicepresidenta. La misma intención tienen sobre la carta que puedan jugar los sindicatos, más precisamente la CGT.
Milei se come a Juntos
El fenómeno libertario y sus consecuencias para los que gestionan parece estar siendo decodificado por casi todos los que no quieren PASO en el FDT. Un histórico del Frente Renovador lo explicó así: Milei dice hacia dónde va, no tiene internas y tiene dirigentes, pocos, pero con más pergaminos que Luciano Laspina y Hernán Lacunza, los economistas de Juntos. Alguien en las filas de Massa recordó el default de la deuda en pesos que declaró Lacunza, lo que consideran casi un knock out para un economista que se pretende en la política.
Por todo eso, no cayó para nada bien en la comitiva la decisión de varios candidatos de lanzarse, bajo el ala de la Casa Rosada, mientras Massa aceleraba y conseguía 10 mil millones del swap chino y la promesa de que Argentina se sume a los BRICS, apadrinada por Brasil y China. En paralelo, el ministro mantuvo un Zoom con una alta dirigente del FMI para darle los toques finales al acuerdo, tocando además terminales en los Estados Unidos.
Aquellos que lo conocen a Massa desde la fundación del Frente Renovador entienden que el período "aventurero" está superado y que él sostiene que los salvadores no existen, y que hay que pensar en un armado de boleta fuerte.
¿Hay tiempo para hacer eso?, preguntó este diario a tres dirigentes que estuvieron en China. "El peronismo es el único partido que puede unirse en 24 horas y plantear cinco ideas hacia adelante. Los demás no pueden", arriesgó, pero admitió que la parada es compleja.
Durante todo el viaje, el ministro mantuvo charlas con Máximo Kirchner y compartió datos de la agenda con la agenda de Máximo en la cúpula de poder chino. Hasta chateó el lunes último con la vice, sin que se sepa tema. Lo escucharon decir, además, que con el diputado hay una relación que excede lo político y está cada vez más afianzada.
La última milla con el FMI
Mientras tanto, cuentan que Massa aclara a propios y extraños que es necesario resolver de manera conjunta la deuda con el FMI y seguir tejiendo con otros multilaterales. Se espera que, en dos semanas, el viceministro Gabriel Rubinstein y Leonardo Madcur, el jefe de Gabinete, viajen a Washington a lo que entienden como las "costuras finales del acuerdo" con el organismo. Si fuera necesario, también irá el ministro, pero hay consenso en las partes de la que las cosas están bien encaminadas.
Lo que el ministro busca es que el organismo libere más de 10 mil millones del famoso front load o adelanto de todos los desembolsos. Lo que se negocia en la última milla es cuánto de ese dinero se podrá usar para intervenir en los mercados.
La negociación de Argentina se da, además, en un momento particular del FMI, en el que Kristalina Georgieva está cuestionada por el Tesoro, sobre todo por la demora en los desembolsos para Ucrania. Ese enfrentamiento es relevante puertas adentro del organismo, que además tampoco puede esgrimir como un éxito no cerrar el acuerdo con Argentina. Un dato: hay dos países, Argentina y Egipto, que de no llegar a buen puerto con el FMI estarían defaulteando el 70 por ciento de la deuda que tiene el organismo en su cartera. En el caso nacional, las negociaciones son técnicas y, además, políticas, en nexo con la Casa Blanca.
Inflación, dólares y corridas
Los secretarios que le llevan la agenda diaria a Massa observaron que el escenario inflacionario sigue siendo alterado por los efectos de la sequía, pero también por la emisión y la falta de dólares. Los que miran cifras comprobaron que hay construcciones de precios desde el sector financiero. Según la información que manejan, en las dos semanas posteriores a las corridas cambiarias que se dieron en los últimos dos meses, hubo una aceleración muy importante en la remarcación por parte de empresas que compran al dólar oficial, remarcan al blue y se dolarizan al Contado con Liquidación.
En las filas de Massa esperan que, en este escenario, los 10 mil millones del swap de China y lo que venga del Fondo mostrará que el Banco Central tiene metralla de sobra para combatir la especulación. La foto de cómo se pincharon los dólares blue y financiero la semana que el ministro estuvo en China, muestran que el efecto contracíclico en los precios podría haber empezado a verse.
Los que siguieron de cerca las charlas con el FMI, aseguran que Massa fue claro al manifestar que, si no había intervención cambiaria, no había acuerdo. El Fondo no se negó ahora ni tampoco entonces: en la primera corrida, Massa llamó a Miguel Pesce, titular del BCRA, y le dijo que meterían mano. Luego le avisó al organismo. "Tomamos una decisión política", contaron los laderos del ministro que estuvieron aquel día. Aguardan también que empresas que son fuertes apuesten al comercio en yuanes. Ya hubo dos casos: entre la Mirgor de Nicky Caputo, el amigo de la vida de Macri; y la Newsan, de Rubén Cherñajovsky, calzaron casi 600 millones de dólares en yuanes en la última semana.
Algunos que gustan de arriesgar, aseguran que es posible que, en este contexto, el IPC de mayo, que se comunicará el jueves 14, pueda ser inferior al de abril. Las consultoras, que por ahora venían acertando, ven un escenario inverso a la expectativa de Economía. En Economía, en tanto, piensan variantes para mejorar el ingreso y observan que la economía sigue con números positivos y desconfían de los que avisan recesión. Juego abierto en uno de los temas más sensibles que están sobre la mesa.